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MIRADA AL PASADO: Emérita Augusta

La fundación de la capital lusitana Emérita Augusta, tuvo su origen en la recompensa a los «emeritií», miembros de las legiones que habían estado luchando en las guerras cántabras. Una vez finalizadas dichas campañas, Augusto ideó un plan en el 25 a.c., que consistía en la creación de un asentamiento, dotando de mansión y tierras a estos distinguidos militares, con esta operación se pagaban los servicios prestados, pero también se garantizaba la continuidad de un centro de control geopolítico de la zona.

Con la potenciación de esta gran ciudad se conseguían los enlaces necesarios con Norba (Cáceres) y Metellinum, también el control del itinerario principal como ya era conocida la Ruta de la Plata, vía que unía el sur con el norte de la península.

Pero la decisión más determinante tuvo que ver con la expectativas económicas que expusieron los ingenieros romanos, un territorio ubicado en la fértiles vegas de dos ríos, el Ana y el Barraeca facilitando abundante caudal y aportadores de tierras fértiles, que posibilitaban actividades como la agricultura y la ganadería, pero además unas canteras próximas que permitían el desarrollo urbanístico de la nueva ciudad y de gran parte de las ciudades del imperio. Un conjunto de todo lo expuesto, unido a una necesaria reorganización administrativa, fue lo que posibilitó el nacimiento de esta gran ciudad dentro de las provincias hispanas, la cual se convertiría en la capital de Lusitania.

Emérita Augusta en corto espacio de tiempo se convirtió en un importante centro de atracción, bien comunicada con las principales ciudades de Hispania, como Corduba, Caesaraugusta, Asturica, Olissipo etc. Estas vías de comunicación partían de sus cuatro principales puertas, puntos de contacto con el exterior de su muralla, que abarcaba 72 hectáreas, diferenciando el núcleo urbano del arrabal rural. El equipamiento, tanto administrativo como de servicios culturales y recreativos, fue equiparable al de cualquier otra ciudad de las más importantes del orbe romano. Entre las dotaciones, se contaba con anfiteatro, termas, circo, así como plazas públicas y lugares de culto entre otros.

Teatro romano

Teatro romano

Antecedentes:

Las guerras cántabras. Augusto, convertido en dueño y señor de Roma, tuvo como principal propósito el de culminar la conquista de Hispania. En el año 26 a.c. comenzó una fuerte campaña, para doblegar a los diferentes pueblos del norte peninsular, (denominados por los ocupantes romanos con el nombre global de cántabros), dicha campaña estuvo a cargo del general Agripa, quien acabó con la resistencia de estos pueblos siete años después, no sin una feroz resistencia.

Esta lucha fue totalmente desigual, un ejército dotado de los medios más modernos del momento, tuvo que enfrentarse a pequeños grupos diseminados por los altos montañosos, refugiados en castros mimetizados con el paisaje, construcciones tipo pallozas. El armamento de estos pueblos se componía de los útiles de trabajo como ondas, bastones, lanzas y flechas, todos ellos utilizados habitualmente en la caza y defensa del ganado.

La ventaja respecto a la superioridad militar de las legiones romanas, sin duda fue el conocimiento del terreno que les permitía llevar a cabo multitud de emboscadas. Pero en vista de la tenaz resistencia, Roma optó por desarrollar una vez más la política de tierra quemada, haciendo desaparecer pueblos enteros, no dejando a ninguno de sus habitantes con vida. Así fue como Roma terminó por imponer su «orden».

En el año 25 a.c., se funda Emérita Augusta. Como demostración de su relación con el fin de las guerras cántabras, el teatro de la ciudad se le puso el nombre de Agripa, en honor del general que dirigió la guerra contra los norteños.

Si bien la recompensa a los militares participantes en el mencionado conflicto fue un hecho, los motivos no fueron los únicos. Las posibilidades económicas fueron sin duda otro de los incentivos, los recursos mineros del norte-sur (las auríferas Médulas, Río Tinto, las minas de hierro norteñas), eran suficientes para obtener una buena rentabilidad capaz de financiar la construcción de la ciudad y aportar ganancias a la cada vez más demandante de recursos, la metrópoli y su sobrecargada administración.

Algunos estudiosos sobre las guerras cántabras hablan de que en el mencionado conflicto intervinieron hasta siete legiones, con un total de treinta mil legionarios. Tal despliegue se entiende por el expolio de recursos, ya que dominar a Vacceos o Astures, si no hubiese sido un territorio con recursos, es casi seguro que hubiesen permanecido como reductos olvidados e ignorados para el gran imperio.

Cualquier visitante de estos territorios se dará cuenta que son tierras propicias para la actividad que practicaron aquellos pueblos autóctonos, el pastoreo y la caza.

La minería romana

La minería romana

Emérita Augusta capital de Lusitania:

En la elección de su ubicación, como hemos dicho, intervinieron varios factores, fue una decisión desde el punto de vista político y estratégico muy importante, con un territorio entre dos ríos que lo hacían poseer unas tierras fértiles, siendo augurio de riqueza y sostenimiento para la futura población.

Esta provincia peninsular creada por Roma se convirtió rápidamente en un centro de desarrollo económico, permitiendo dotar a la ciudad de un desarrollo urbanístico extraordinario, alcanzando cotas de monumentalidad propias de la mejor ciudad del imperio.

La industria conservera fue otra de las fuentes de riqueza, entre los productos fabricados estaba el «Garum», salsa muy considerada en aquellos tiempos, obtenida a base de pescado y que se empleaba para aderezar diversos platos. Lo cual prueba el gran número de restos arqueológicos procedentes de viejas factorías dedicadas a dicha actividad que se desarrollaba en las zonas bajas de los ríos Sado y Tajo.

La estrategia política, esto suponía garantizar la seguridad del territorio interior y una buena comunicación entre el norte y el sur del interior peninsular, facilitando de esta forma la salida del oro del Bierzo, entre otros minerales.

Recompensa de excombatientes, la necesidad de crear una clase dominante y adicta al régimen, fue el motivo que originó la idea de dotar de mansión y tierras a destacados legionarios que se habían distinguido en la lucha contra los cántabros. De esta forma se conseguía una estabilidad social, esta nueva casta social proporcionaba empleos a los naturales del entorno, impidiendo revueltas de grupos desfavorecidos.

En el aspecto cultural, fue un lugar muy destacado dentro del Imperio Romano, el equipamiento de centros como teatros, anfiteatros, circos, stadiums etc., formaban parte de un catálogo propio de cualquiera de las ciudades más relevantes del imperio.

La lengua lusitana actual, tiene un fundamento autóctono como el resto de las lenguas de estructura latina, pero al igual que sus hermanas pertenece al grupo de las lenguas romances. Es cierto como lo demuestran el hallazgo de inscripciones arcaicas, que esta lengua se habló en gran parte del actual Portugal y Galicia, pero siguiendo este mecanismo de investigación, nos encontramos con testigos en la población extremeña y cercana a la capital cacereña de Arroyo de la Luz, situando su foco central en el nordeste de Portugal y zonas próximas a la Sierra de la Estrella en España.

Castro Astur

Castro Astur

Modelo clásico de ciudad romana:

A la hora de decidir una nueva implantación de ciudad, la administración romana era tremendamente escrupulosa, teniendo en cuenta diversos condicionantes que hicieran de la futura ciudad, un núcleo sostenible en su tiempo.

Los abastecimientos de las ciudades eran vitales para la decisión de establecerlas, sobre todo el agua y la posibilidad de tolerancia de los residuos. En cuanto al abastecimiento de agua potable se medían los recursos y las necesidades de una hipotética población, poniendo en marcha embalses, acueductos, red de distribución y red de cloacas capaces de desaguar las aguas residuales. (En este sentido tenemos que reconocer que actuaban de forma más correcta que muchos municipios actuales).

También contemplaban ciertos conceptos que gozan de actualidad, tales como desigualdades sociales, un ejemplo es el de recursos básicos como el de la vivienda, no permitiendo que todo ciudadano dispusiera de un techo, pero en aspectos lúdicos tenemos ejemplos como que los de rentas altas, pagaban en las entradas a espectáculos la parte proporcional que les correspondería pagar a las gentes de bajos recursos (de esta forma se garantizaba el acceso a la cultura y diferentes eventos al resto de la población, esto se puede entender como una forma de tener acallados a los grupos de  población más pobres).

La planificación urbana era muy tenida en cuenta dotando de plazas y zonas verdes para el esparcimiento de la población, pero también el dictado de leyes que contemplaban el mantenimiento de las ciudades mediante planes de consolidación, así como planes a los usos y el planeamiento urbano. En contraposición a esta regulación urbana, tenemos los pueblos orientales cuyo desarrollo surge con la fórmula que los técnicos denominan como generación espontanea. Ejemplos los encontramos en muchos de los cascos antiguos de nuestras ciudades, como una herencia de la etapa árabe, poblaciones sin duda con un encanto especial y adaptadas al terreno como es el caso de muchas poblaciones de la serranía entre Málaga y Cádiz, entre otras.

La importancia de la higiene y la salud, era muy importante dedicando una atención primordial a complejos como las «Termas Mayores», indispensables en cualquier ciudad de cierta importancia, ubicadas estas siempre junto a las principales redes de abastecimiento y saneamiento, garantizando de esta forma no solo el suministro si no también el desagüe de las aguas residuales.

Esta ciudad contó con varios embalses, el más importante sin duda fue el de Las Pardillas, situado a unos 5 kilómetros al norte de Mérida y con una extensión de unos 15 kilómetros cuadrados. La conducción del agua hasta la ciudad, se hacía mediante acueductos y otros tantos túneles, estas obras fueron realizadas con el «opus caementicium» (el famoso hormigón romano).

Esplendor y declive de una urbe:

De su época de esplendor, hablan sus edificios aún en pie y algunos teniendo actividades culturales consolidadas como son los festivales de teatro clásico.

El teatro y anfiteatro, son dos de los principales referentes mejor conservados, también tenemos varias villas en diferente estado de conservación, alguna de ellas dotadas del «hipocausto» (sistema de calefacción por el suelo y los pavimentos). Otras casas relevantes son las conocidas Casa de Mitreo y las casas del Anfiteatro, situadas junto al elemento del cual reciben el nombre, construcciones del siglo I y visitables en la actualidad por el público.

Otro de los referentes de importancia, es el puente romano situado junto a los restos de la antigua calzada que unía Emérita con las ciudades más importantes de Hispania. El templo de Diana es otro elegante edificio, una brillante muestra del periodo de esplendor, el arco de Trajano con sus quince metros de altura y el acueducto de los milagros son otros vellos referentes.

Como máximo exponente del ocaso de esta gran ciudad romana, tenemos hoy el lamentable estado de abandono en el que se encuentra el circo, una obra del siglo I a.c., cuyo aforo tuvo capacidad de albergar a 30.000 espectadores. El ocaso de Emérita Augusta, está muy ligado a la caída del Imperio, circunstancias que son comunes a casi todos los imperios conocidos. Por un lado, el expolio de recursos al mismo tiempo que logran el sometimiento de los pueblos para hacer posible la obtención de los mismos. En el momento que dichos recursos son agotados y las cargas económicas continúan, se produce un deterioro de la maquinaria imperial alcanzando su desaparición tarde o temprano.

Las grandes infraestructuras, al carecer de los recursos necesarios para su mantenimiento, entran en una fase de abandono. Por otro lado, el cuerpo de funcionarios, encuentran dificultades para percibir sus salarios, entrando de esta forma en un periodo de descomposición administrativa. En definitiva, es la radiografía que se ha venido produciendo en todos los casos de descolonización.

Emérita Augusta fue una ciudad colonial, al servicio de los intereses de la metrópoli, al contrario de lo que se ha venido diciendo por algunos hispanistas de forma machacona, que Roma fue fundadora de una Hispania proyectora de la actual España. Lo cierto es que la invasión romana, solo fue para llevar a cabo un expolio de recursos, no reparando en eliminar a los pueblos que se opusieron a semejante operación. El caso de Numancia es llamativo, pero en la península existieron muchos pueblos que dieron sus vidas por defender lo que era suyo.

Circo romano

Circo romano

Conclusiones:

Es un hecho que los imperios jamás tuvieron como principal objetivo el establecer de forma sostenible unas culturas que tuviesen continuidad. Entre los debes de Roma, tenemos el barrido cultural que llevó a cabo entre los pueblos autóctonos de nuestra península. Pero el aniquilamiento donde encontraba focos de resistencia, fue otro de los debes más llamativos y todo por un afán colonialista de hacerse con unos recursos que no tenían en sus tierras de origen.

No negaré que durante el tiempo que duró la ocupación, se produjeron avances de todo tipo, pero no es menos cierto que cualquier sociedad en tan largo periodo produce avances lógicos.

Como ocurre en repetidas ocasiones, el discurso imperial cala en reducidos extractos de la población, con un carácter más mítico que real. Esto lo observamos en ciertos grupos políticos, en sus enseñas, cánticos incluso en sus saludos, como le ocurrió al nazismo y fascismo en el siglo pasado.

Afortunadamente la Mérida actual, es una ciudad capital de toda una región como la extremeña, sostenible con una población orgullosa de su pasado, pero con los pies firmes en la tierra.

José María Escribano Muñoz

Hendaya-Francia

Peñón s

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