Miguel de Cervantes – Mirando por la ventana
En la celda cabizbajo,
piensa para sus adentros,
mirando hacia abajo
para resolver el entuerto.
Siempre tuvo zapatos,
hoy, ya ni le quedan,
recuerdos, con llanto,
el llanto que no quisiera,
Recuerda aquellos tiempos
de sus gentes y sus vidas,
de su trabajo de campos,
y de viñedos y algarabía.
De su Mancha Castellana,
de los vientos y molinos
de campiñas y haciendas
y de sus agrestes caminos,
De Miguel es inventado
su amor por dulcinea,
y con su amigo Sancho,
a los molinos venciera,
Sus años y vida, quisiera,
y de todo lo acontecido,
de vivencias, y quimeras
y lo que no ha conseguido.
Aventuras de aventureros,
de sueños y de molinos,
sea por, dios testigo,
que lo que digo, es cierto,
y por eso lo prescribo.
A Dios, juro y suplico,
paz para el alma mía,
en estas cuatro paredes
para mi dolor y agonía.
Salvarme del entuerto,
que la celda está muy fría,
y mis huesos no soportan,
tanta hazaña y osadía,
venga, dios y lo vea,
tal desgracia la mía.