ME CASÉ CON UN INGLÉS
Quién me iba a decir a mí que después de terminar un curso de inglés de cinco meses de duración yo conocería a un inglés y encima me casaría con él.
Yo había hecho el curso de inglés en una academia de Torremolinos (Málaga). Me habían dicho que era un curso de iniciación y luego resultó ser de aceleración, era para los que ya sabían incluso hasta “latín”, pero resultó que nadie daba un duro de los antiguos porque yo aceptara el curso y no solo lo acepté sino que lo hice a tranca y barranca pero con la sorpresa de que lo saqué todo aprobado.
Yo recuerdo que estaba con las orejas tiesas como las de un zorro para captar todo lo que en el curso se hablaba y precisamente por escuchar aprendí a entender el idioma.
Después de dos meses de haber terminado el curso, que yo lo había hecho por entender a los demás ya que vivo en una ciudad cosmopolita, un día me fui a bailar con una buena amiga, Conchi de Córdoba. Yo había vivido en la ciudad de la Mezquita casi cincuenta años, hasta que decidí trasladarme en el año 2000 a Torremolinos.
Volviendo al baile que fuimos mi amiga y yo a una discoteca en fin de semana, entró un tipazo de hombre y guapo, vestido todo de blanco como el “Copito de Nieve” y yo exclamé: “¡Qué tío más bueno! Este lo tengo que hacer bailar conmigo como sea”. Me puse manos a la obra y empecé a bailar moviendo mi “cucu”, le dije a mi amiga “este viene a por mí” y así fue. El galán no sabía ni bailar, iba con una trompa de aquí no te menees, pero estaba bueno el “tío”, no hablaba nada de español, pero gracias a mi aprendizaje de inglés aunque era muy escaso nos entendimos bastante bien, tanto que hasta nos invitó a tomar unas copas, pero como él ya iba cargadito por poco se cae por las mesas. En fin que cuando acabó el baile y nos íbamos Thom Jones, que así se llama mi esposo, no es el cantante pero también canta bien, él me pidió mi dirección para escribirme, yo pensé bueno ya tengo un amigo inglés, así practico el idioma.
Cuando salimos de la discoteca y ya nos habíamos despedido, mi amiga y yo salimos antes y cuando ya casi llegábamos a mi apartamento vemos que Thom venía detrás, nos pusimos a correr como locas, yo no quería que supiera donde vivía. En fin que cenamos y nos acostamos y a las nueve de la mañana toca el timbre de la puerta, estábamos todavía en camisón y sin arreglar, me da por abrir la puerta que estaba protegida por una reja y veo que era “el inglés”. Mi asombro fue que yo lo hacía volando para Inglaterra, creyendo que habían acabado sus vacaciones y resultó que las estaba empezando, venía por 15 días y solo llevaba tres y como tenía mi dirección se presentó en mi casa para invitarme a Granada al día siguiente. Yo le acepté la invitación, pero para que no le costara tan caro le dije “no te preocupes, no pagues nada por el hotel porque yo conozco Granada y te la enseño más tranquilamente”.
Al día siguiente mi amiga se marchó a su apartamento y nosotros fuimos a Granada en el coche de línea, donde hasta a Thom le robaron el bolso con el dinero y me tocó pagar a mí todo, menos mal que yo llevaba dinero. Le dije que pusiera una denuncia pero no quiso, no les gusta a los extranjeros meterse en líos, el chófer quiso llamar a la policía pero dijimos que no, que todo iba a ser un lío. Cuando llegamos a la Alhambra vimos a una chica que iba sentada al lado opuesto al nuestro con el bolso y el fajo de billetes, pero como solo allí llevaba el dinero con 15.000 pesetas (unos 90€ de ahora) ¿quién le metía mano a la tipaja que no tenía muy buena pinta que digamos? En fin que lo dejamos correr y pasamos un día maravilloso al pie de Sierra Nevada, viendo la Alhambra, el Generalife y el centro de Granada. Thom quedó súper enamorado de la belleza de esta gran tierra, hicimos muchas fotos y la verdad es que nos divertimos.
Al día siguiente vino Thom a mi apartamento a traerme el dinero que yo puse para el viaje, ya que a él lo dejaron “pelado” y seguimos saliendo todos los días. Yo le enseñaba todo lo que encerraba nuestra Costa del Sol, Puerto Marina, Mijas, Benalmádena, Arroyo de la Miel, Marbella, Fuengirola, Torremolinos, etc.
Un día fuimos a Nerja y no se me olvidará lo que nos pudimos reír ese día en la comida en un restaurante al fresquito y en la calle, cerca del Balcón de Europa. Pedimos una ensalada y un pollo asado y se me ocurrió decir “voy a pedirle al camarero que me ponga los huesos del pollo para mi perrita”. Como yo no hablaba muy bien el inglés y él no sabía español me dice “OK, OK, le llevamos los huesos a Conchita”, que era mi amiga, claro como no nos comimos el pollo entero había carne y bueno, a mí me emprendió la risa y a él cuando le aclaré la situación, llorábamos los dos por la confusión del idioma y jajaja.
En fin que se iban pasando los días y cuando llegó el de despedida, yo no sé qué me pasó pero yo que no quería volver a enamorarme, no sé lo que me pasó que por dentro sentí una tristeza y una pena de que todo aquello acabara, nos pusimos los dos a llorar como tontos, lo habíamos pasado tan bien que nos daba pena separarnos. Pero bueno yo me dije otra experiencia más en mi vida, él se fue y yo me volví a quedar sola.
Yo era divorciada y con dos hijos en Córdoba, pero que no los veía, en fin cosas de la vida. Thom era divorciado también, pero sin hijos. Y yo me dije bueno por lo menos tengo mi amigo inglés para escribirnos. Y así fue, nos estuvimos escribiendo muy a menudo pero con poco contenido, ya que a mí me costaba escribir inglés y a él español más.
Un día después de dos meses de su partida me llama por teléfono y me dice que se viene a España a mi casa o a un hotel. A mí me cogió de sorpresa y le dije “tú estás loco, yo no pienso atarme a nadie más”. Pero me quedé reflexionando, le dije que me lo tenía que pensar y como el tren solo pasa una vez a la misma hora me dije “Sole o lo coges o lo dejas ir” y lo cogí. Le llamé y le dije “bueno como ya somos mayores y sabemos lo que hacemos vamos a probar, tú te vienes a España y si la cosa va bien adelante y si no con coger tú el avión de nuevo pues ya está”. Él me dijo “el avión lo cogeré contigo para irnos a Inglaterra” y yo le dije “yo no me voy, nos tenemos que conocer mejor”. Y así pasaron doce meses, nos casamos en Torremolinos con una gran boda en un hotel, nos casamos en el Ayuntamiento y con una bonita felicitación de nuestro Alcalde.
Después de un año de casados fuimos a su casa de Inglaterra
Bueno su casa la vimos solo porque estaba llena de arañas, bichos, telarañas, que ni los Monster vivían peor. Yo me negué a dormir allí, la casa había estado cerrada todo un año porque mi esposo no quiso ir antes si yo no iba con él. Tuvimos que ir a pasar el mes a casa de una amiga suya que fue muy amable al dejarnos una gran habitación para dormir, como la de los príncipes medievales. Tenía un chalet precioso y allí comíamos todos los días. Lo que más me llamó la atención es que en Inglaterra el humor es muy negro, todas las películas de TV eran de crímenes, de terror y las paredes del tren estaban pintadas de negro y la gente iba vestida que no sabías si eran buenos o delincuentes. Encima mi marido me llevaba por todos los sitios oscuros y me metía por jardines de noche, menos mal que yo no entraba al trapo, me negaba y yo me decía “¿me habré casado con un violador?” Yo eso no lo veía bien, pero es que son así, maquiavélicos, y a los españoles nos gusta más la luz. ¡Ah! y como siempre está lloviendo a las 7 a la cama, yo me preguntaba qué hago aquí a esta hora, no podía dormirme y bueno los ingleses son más fríos que los españoles ya saben ustedes, aburrimiento total.
Pasamos unas vacaciones en Inglaterra (Gales) visitando varias ciudades y estuvimos un mes. Yo me creía que me moría, allí me quedé delgada como un fideo a base de tanto té. Eso de comer lentejas, garbanzos y huevos fritos por la mañana no estaba para mí, con lo buena que está una tostadita de pan con aceite, pero en Inglaterra lo que abundan son las grasas y la mantequilla, los sándwich y las salchichas a mediodía y por la tarde a las 6 a la cena con arroz, pollo y dulces. Me lo habían cambiado todo, ¡qué hambre pasé! Y encima como allí no beben agua era té, más té y té. Así que cuando hablé con mi esposo le dije “yo aquí en Inglaterra no me quedo a vivir, si tú te quieres venir a España vale, sino pido el divorcio”. Pero a él se le alegró el corazón, dijo “sí, viviremos en España, a mí me gusta más también el clima, la comida y la diversión”.
Y así lo hicimos, arreglamos todos los papeles y cuando cogimos el avión para España nos dicen que no podemos salir por problemas técnicos. Cuando vi que en la cocina sacaban todo a una gran velocidad como si buscaran una bomba a mí me entró una flojera en las piernas que le dije a mi marido Thom “me voy a desmayar”, pero en mi interior yo quería hacer como que me desmayaba para que me sacaran de allí. Fue tal la sugestión que cuando acordé estaba en el túnel del avión con oxígeno y la mascarilla puesta, me había desmayado de verdad. Alrededor de mi cabeza solo veía cabezas de chinos, ingleses, gente de color y yo pidiendo que me hablaran en español y no había nadie que lo hiciera. ¡Qué mal lo pasé! Me querían llevar al hospital, pero yo me negué, yo decía “yo me quiero ir para España, por favor sacadme de aquí”.
Llevábamos dos horas anunciando los problemas técnicos y al final la gente al ver que a mí me sacaban todo el mundo quería salir, hasta que lo conseguimos. Yo me decía “madre si esto explota en el aire ¿dónde vamos a parar?” Yo veía que mi esposo hablaba con árabes, chinos, negros y hasta se me metió en la cabeza si me había casado con un terrorista. Pobre hombre, yo le cogí hasta miedo y le dije “yo no me monto en el próximo avión porque van a ir los mismos, yo me quedo en el aeropuerto y hasta mañana por la mañana no cojo ningún avión”. Además de la claustrofobia que tenía en lo alto, yo decía me casé con un inglés y me están empezando los problemas, me estaba arrepintiendo de todo.
En fin esperamos hasta las 6 o las 7, no recuerdo muy bien, y cogimos el avión después de descambiar los billetes para España. A mi esposo no le cayó muy bien esperar en el aeropuerto, pero yo así me quedaba más tranquila, me dije si los terroristas van también en el próximo avión qué puede esperarnos.
Me acuerdo que cuando montamos en el otro avión llevaba tal pánico de todo lo vivido que me agarré al asiento y cuando Thom me decía algo yo con la boca apretada le decía “no me hables, no me digas nada, calla por favor”. Le llevaba los brazos y las manos llenos de pellizcos de la fuerza que le apretaba. A partir de ahí le cogí pánico a los aviones, no me he vuelto a subir a ninguno más por miedo, por toda la experiencia pasada.
Cuando después de tres horas y pico aterrizamos en España hice como el Papa de Roma, tirarme al suelo y besar mi suelo. Qué alegría veme en Torremolinos, ver el sol, el mar, el pescaito frito, el folklore y a mi gente. Yo no sabría vivir en otro país que no fuera el mío, adoro a mi país. Menos mal que cuando le pregunto a mi esposo “¿tú te irías otra vez a tu país U.K.?, lo único que ha aprendido a decir en español después de 20 años es “nunca jamás”. Creo que lo alimento muy bien y lo tengo muy bien cuidado y contento.
A raíz de venir a España de nuevo, a mí como siempre me gustó el baile, en 15 días le enseñé a mi marido a bailar y nos presentamos a los Campeonatos de España y Europa. Yo a Thom le había atado los pies a los míos para los ensayos, porque me daba unas zancadas enormes y me pisaba. Debajo de los sobacos le ponía pelotas de tenis para que guardara la posición del vals. En fin al pobre le hacía perrerías, pero aprendió, sí señores aprendió y poco a poco conseguimos varios trofeos llegando a campeones de Cáceres, Almendralejo, de Badajoz por tres veces y de Andalucía por dos veces. Además llegamos a Campeones de Europa de Javá, que es un baile francés muy divertido y que la gente nos pide que lo bailemos en muchas ocasiones. Ha sido toda una satisfacción poder bailar durante quince años seguidos por toda España, viajando y viendo cosas bonitas y maravillosas. Es una gran experiencia y más habiendo sido yo operada de un cáncer de matriz por lo que me dejarían hueca completamente y a mi marido le tuvieron que implantar un marcapasos.
Hoy estamos dejando un poco los campeonatos de baile y nos hemos dedicado mi esposo a pintar y yo a escribir, haciéndome escritora y llevando ya dieciséis libros escritos y más de 30 compartidos. Además escribo en un periódico de Cultura, Granada Costa, en el que me brindaron la oportunidad de poder escribir relatos, poesías y como me han nombrado corresponsal también hago entrevistas personales. Y mi marido tiene también ya más de cincuenta cuadros pintados y quiero que pronto pueda hacer una exposición.
Todo esto lo comento para que vean que por la edad no hay obstáculos, si uno quiere realizar algo puedo hacerlo si se lo propone. Nosotros somos ya mayores de 70 años y tenemos muchas ganas de hacer muchas más cosas y seguir disfrutando del baile siempre que nos lo pidan. Ahora no tanto, porque mi marido lleva 4 años con cáncer de piel (melanomas) y varias operaciones, le quitaron 14 ganglios inguinales, uno con metástasis y así vamos.
Me casé con un inglés y eso no saben ustedes lo que es en la vida privada nuestra. Me río porque en mi casa se habla como Tarzán y la mona Chita, seguro que si alguien nos grabara sería para morirse de risa. Thom no aprende español ni loco, se come los verbos y solo dice lo que él cree que se le puede entender, pero el único que se entiende es él. yo he aprendido a saber escucharle y por inercia lo entiendo, antes de que abra la boca ya sé lo que va a decir, es como si lo hubiera parido, igual le entiendo solo con verlo. Tanto es así que la gente no lo entienden y enseguida me dicen “¿Sole qué dice? Traduce”. Pobre de mí si no me he vuelto loca de milagro, todo porque en vez de aprender yo inglés, ya que no íbamos a vivir a Inglaterra, le obligué a él aprender español. Lo metí en una academia y lleva veinte años y todavía no ha aprendido. Lo malo es que a mí se me está olvidando el inglés y a él igual, ya no sabe ni lo que habla. En casa tenemos un chapurreo que es de risa y además nos peleamos y todo, él lo mejor que ha aprendido es a decir a todo que NO y como se emborrica aunque sea que SÍ pues discutimos. Yo me pongo hecha una fiera porque eso de que yo esté viendo una cosa y que se me diga que es mentira me pone de los nervios “atacá”.
Como verán no es fácil la vida de países de diferentes lenguas, pero nosotros nos lo pasamos muy bien porque él entender entiende español lo mismo que yo el inglés, pero a la hora de hablar él se come los verbos y habla para volverme loca, pero “lo entiendo”.
Menos mal que un día, como me seguía detrás de mí a todas partes, le dije “cariño ponte a pintar y déjame ya tranquila” y lo vi que cogió un lápiz y un papel y el dibujo que hizo estaba bastante bien, por lo que le compré cuadernos, acuarelas y todo lo necesario para pintar. Con el tiempo lo apunté en la escuela de Cultura de Torremolinos a que hiciera el curso. Yo estoy súper satisfecha de haberle mandado a pintar, ya tenemos tantos cuadros que mi casa parece un museo y pinta de todo. Ahora lo que mejor se le da son los castillitos en sepia, estamos haciendo una colección para poder hacerle una exposición.
Conque cuando terminamos de comer él se pone a pintar y yo a escribir mis artículos de prensa para el Club Granada Costa al que pertenezco y así se nos pasa la tarde. Yo le recito mis poesías y hago de crítica para sus dibujos y él así está más distraído y no me agobia como antes que iba detrás de mí para todo, ya nos hemos estabilizado y aprovechamos más el tiempo.
Me ayuda a la casa, vamos a bailar a los hoteles, salimos de viaje, vamos a la playa y también ¡los médicos! Nos tienen locos, pero es cosa de la edad, pero estamos muy contentos porque vamos saliendo de todo gracias a Dios.
Yo quiero con este relato hacer ver que la vida no es fácil para nadie, pero que con un poco de voluntad se sale de todo y hay que saber organizarse y adaptarse.
La vida es muy bonita y hay que saber aprovecharla y con los años te das cuenta que se pasa pronto y quieres aprovecharla mejor. El aprender nunca ocupa lugar y la edad no cuenta para nada, solo hay que proponerse algo y ponerse en marcha.
Y esta es mi vida desde que me casé con un inglés y hasta que Dios quiera. Ahora estamos pasando una mala racha todo el mundo con este covid-19 que nos ronda y hemos tenido que frenar todo un poco hasta que se le vea una solución pidiéndole a Dios sea pronto.
Parece un cuento, pero es una historia real. Espero que disfrutéis leyéndola y que todo el mundo puede escribir algo de su historia, solo hay que ponerse y luego te satisface leer todo aquello que has vivido, es como un cuento en el recuerdo y yo lo plasmo aquí en ME CASÉ CON UN INGLÉS.
Soledad Durnes Casañal
Sincero y ameno. Es real como la vida. Deseo que Thom se recupere pronto.
Admirada pareja, incansables, siempre bien dispuestos hacernos pasar magníficos ratos con su gran arte y pasión, la danza, la pintura de Thom y la literatura de Soledad, quien tuviera su energía, es pura magia verlos bailar, mi enhorabuena, ser felices y cuidaros mucho. Un fuerte abrazo, a estos dos grandes artistas y amigos.
Clementa López Pérez
Gracias amigas por vuestras opiniones y gracias a granada costa un abrazo
Bonita historia, me ha encantado, cuántos recuerdos de todo lo que hemos vivido juntos en los campeonatos de baile .
Cuidaros mucho y muchos besos