(ZAMORA)

 

Nunca he negado que, para mí, el escribir es difícil y que muchas veces, al empezar un artículo, un reportaje o una entrevista y hasta que no la he empezado a crear he tenido muchas dudas de si ese trabajo saldría bien. También es verdad, que una vez que comienzo ese trabajo el camino que creía iba a ser difícil se va allanando mientras realizo tal cometido. Hasta ahora he escrito 25 reportajes de pueblos de Mallorca. Todos ellos han sido publicados en el periódico cultural GRANADA COSTA. Al final de esos reportajes hacía una pequeña entrevista al alcalde o alcaldesa de la localidad. En este caso no será así. Para la realización de esos reportajes siempre encontré las máximas disponibilidad de las autoridades locales. Lo que prueba que para ellos era de máximo interés. Personalmente fue un trabajo muy grato desplazarme para tal cometido acompañado siempre de un fotógrafo, lo que me permitió conocer más profundamente la localidad de turno. Habiendo sido siempre, muy bien recibido por las autoridades de esas poblaciones, ya que, al ser poblaciones pequeñas, consideraban importante el que su pueblo saliera en un periódico que se distribuye por toda España. Aparte de esos reportajes es bien cierto, que también he escrito crónicas de distintas poblaciones de Andalucía, Extremadura, Castilla y León. Pero ha sido relatando lo que yo contemplaba y contaba lo que veía en primera persona y la sensación que en mí producía el poder visualizar y describir sus bellezas, costumbres, historia y hechos acaecidos en esos pueblos. Hoy me toca hablar de un pueblo en el que nunca he estado y lo poco que de él conozco es por referencias y por la visualización que he hecho de algunas fotografías.

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Hoy me toca hablar de MALVA, un pueblo castellano ubicado en una zona conocido como Tierra de pan. Y quisiera más que nunca que este reportaje ¿…?, fuese aceptable por todos los habitantes de esta bonita población, ya que me une a ella lazos de sangre, por residir en este pueblo, largas temporadas, mi querida hermana Filo y mi sobrina y ahijada Mari Carmen y su hija Xiana, y el compromiso adquirido con su alcaldesa doña Adela Calleja Álvarez.

Malva pertenece a la provincia de Zamora de la que dista 32 km. dentro de la comunidad de Castilla y León, y en la comarca de toro y dentro de la mancomunidad Norte-Duero. Enclavado en una altitud de 713 metros y una superficie de 27. 33 km2, con una población de 123 habitantes. Malva está enclavada en plena comarca de Toro. Es un pueblo como tantos otros de Castilla que tienden a su despoblación. Su economía se basa fundamentalmente de la agricultura y la ganadería. Su cota más alta de población fue en el año 1910 que llegó a tener 1.053 habitantes, habiendo descendido sin parar hasta la actualidad, sobre todo, a partir de los años cincuenta, ya que, con la introducción de maquinarias para las labores agrícolas descendió el trabajo y los jornaleros se vieron obligados a emigrar a otras regiones. Teniendo en cuenta que en esta población su único recurso económico era la producción de trigo, cebada, algunas leguminosas, unas cuantas huertas de verano y alguna ganadería principalmente de ovejas. La mayoría de sus trabajadores se dedicaban a la siembra del cereal y posteriormente a la siega y a la trilla. El campo se fue modernizando pasando a hacer más cómodo las faenas agrícolas, pero a cambio, perdió irremisiblemente cuota de población.

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(*) Historia: la presencia humana en el término de Malva se fecha ya en el Paleolítico, época de la que se han encontrado en las inmediaciones de Malva (en el paraje de las tortas) evidencias de un asentamiento prehistórico. No obstante, la fundación de Malva se debería a las repoblaciones efectuadas por los Reyes de León, que crearon la localidad en la Edad Media. En la época fundacional la población se levantó en el entorno de la ermita. Si bien con el tiempo fue desplazándose hasta el valle inmediato, donde a finales de la Edad Media ya se encontraba el grueso de las viviendas. En todo caso en el año 1143 Malva figura como un hito en la demarcación del Alfoz de Toro, apareciendo citada con el mismo nombre. Por otro lado, desde las cortes leonesas de 1188, Malva fue una de las localidades representadas por la ciudad de Toro en Cortes, siendo una de las que integró posteriormente la provincia de Toro, dependiendo desde la Edad Media del arciprestazgo toledano.

              Malva tuvo cierta importancia en siglos pasados, como lo demuestra el hecho de haber contado con un hospital llamado de Nuestra Señora, y también con una ermita-humilladero dedicada a la Vera-Cruz, ambos dependientes de la Iglesia Parroquial de San Miguel. Ya en la Edad Contemporánea, al crearse las actuales provincias en la división provincial de 1833 Malva quedó encuadrado en la provincia de Zamora. La Iglesia de San Miguel Arcángel data del siglo XV. En su interior, bajo una armadura de madera, se alojan varios retablos, algunos procedentes de San Juan, de los cuales el mayor es de estilo barroco.

Ermita de la Virgen del Tovar: Se alza sobre una loma donde sobresale su airosa espadaña barroca. En la Edad Media fue Parroquia, bajo la advocación de Nuestra Señora del Castillo, época de la que solamente conserva la portada (siglo XIII). En su interior alberga la imagen de la Virgen titular y un crucifijo gótico de tamaño natural, del siglo XVI. Iglesia de San Juan. Se alza en las proximidades del caso urbano. Ya existía en el siglo XV, quedando arruinada a principio del siglo XX.

FIESTAS: son varias las festividades que se celebran en Malva, como San Isidro (15 de mayo). Santa Justa (17 de julio), o la más importante la de la Patrona local, la Virgen del Tovar (12-15 de septiembre), con misa en la ermita y procesión con la imagen que llevan desde la Parroquia hasta el Santuario.

Una extensa llanura rodea a Malva por donde se puede hacer senderismo por sus polvorientas veredas, donde podremos observar la abundante flora y fauna que existe en su territorio. Cuenta con varias especies autóctonas, que se han convertido en un reclamo turístico del pueblo. Algunas rutas recomendadas son las de: Alameda-Santa Justa-Malvasía. Valcuebro-Bustillo-El platero- la ermita; Montote-Fuentes secas-Tomillares- La fuente. Sendero de la Cruz, etc.

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Malva dispone de una amplia gastronomía que hace las delicias de cualquier paladar, por ejemplo: sus embutidos son deliciosos, con ellos se hace el cocido malvavisco, que sacia el apetito del más voraz. Sopas de ajos, ensalada de “abarbaja” etc. El visitante o senderista que llegue a Malva, deben degustar estos y otros manjares en el Restaurante La Pacheca, ubicado en la calle Rioseco, 3. Abierto desde las 11 de la mañana hasta las nueve de la noche. Sus platos y servicios merecen la mayor calificación, todo ello regado con buenos vinos, algunos de ellos de la comarca. El trato es familiar y acogedor en donde su propietaria doña Adela, los tratará como si familiares fueran y a precio asequible.

Para llegar a Malva desde Zamora deberemos coger la Autovía del Duero dirección Valladolid a 11 km., cogeremos la carretera provincial 303, esta nos llevará hasta Malva, pasando antes por: Algodre, Gallegos del Pan y Villalube.

El escudo y la bandera que representa al municipio de Malva, fueron aprobados oficialmente el 30 de abril de 2007.

Llegamos a Malva y lo primero que encontramos son sus calles llanas y púlcramente limpias. Sus casas son en su mayoría de muy buena factura, destacando algún que otro elemento decorativo. Otras casas están casi abandonadas por la despoblación. Pero pasear por sus calles, como la calle Toro, Santa María, Juan Misol, etc. es encontrar una paz presencial y un silencio aturdidor. El pueblo está abierto a que puedan llegar parejas de jóvenes con niños, y se puedan asentar en él, para ello el Ayuntamiento ofrece toda la ayuda y facilidades posible para que, puedan vivir en la población y puedan montar pequeñas empresas. El sitio es ideal, en donde los niños encontrarán aire limpio, convivencia sana y una calidad de vida que no existe en la ciudad. Los habitantes de Malva, son abiertos, generosos y trabajadores, en general laboriosos y amigables. Sus mujeres son guapas, sencillas y hacendosas y sus infinitas cualidades resaltan sobre todas las cosas. Visitar Malva es adentrarse en un paisaje único, es encontrarse con la genuina Castilla, en donde en el mes de abril y mayo se podrá contemplar un inmenso campo de trigo en sazón moviéndose a los compases del viento y escuchar el canto de la perdiz, escondida sobre un infinito mar dorado y bajo un cielo purísimo: el cielo de Castilla.

 

Marcelino Arellano Alabarces

Palma de Mallorca

 

Boton Marcelino

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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