MADRID, PATRIMONIO MUNDIAL DE LA UNESCO

Bienvenido el título otorgado a una parte de la capital por la Unesco, en reconocimiento al arte, ciencia y conservación natural que se enmarca en un cuadro no demasiado grande, pero de importante contenido, que se compone por el Paseo del Prado y el Parque del Buen Retiro en el proyecto llamado “Paisaje de la Luz”.

   A decir verdad y con las limitaciones de un pequeño espacio de la gran capital, el contenido que encierra bien lo merece, por sus museos, jardines, academias, artes, letras, ciencia y cultura, además de su gran arbolado, en un “paisaje de la luz” como lo ha nominado el Comité de la Unesco.

   Han sido siete años de trabajo opositando a favor de la candidatura madrileña por parte de los diferentes políticos que ocupaban sus cargos a lo largo de dicha etapa y un éxito de todos ellos, y especialmente para la población madrileña.  Porque Madrid, “era la única capital de Europa occidental, sin ningún bien inscrito como Patrimonio Mundial” hasta la fecha.

   Y coincidiendo con tan importante nominación y en la misma fecha, se inaugura el rehabilitado “Templete de la Gran Vía madrileña”; esa gran marquesina y ascensor del METRO que eran un icono de referencia en la gran Avenida hasta 1970, en cuya fecha fue desmantelado y llevado a O Porriño (Pontevedra) donde permanece el original, como homenaje a su creador Antonio Palacios, que había nacido en aquella localidad gallega…

   Pero Madrid es mucho más que una de las ciudades más importantes de Europa, y que yo enumero en los tres relatos que tengo premiados y publicados por Granada Costa en sus certámenes Ciudad de Madrid de los años 2015, 2016 y 2020. Creo que, alrededor de sus plazas de Cibeles y Neptuno, y el Jardín Botánico, señalados en la demarcación de Unesco hay numerosos monumentos dignos de mención, como un Palacio Real impresionante con la plaza de Armería y la moderna Catedral, y unos alrededores con la gran plaza y Teatro de la Opera que nos aproximan al corazón de Madrid, que es la famosísima Puerta del Sol.

    Nací en Madrid y en la capital permanecí un ochenta por ciento de mi existencia, compartida con las costas de Málaga y Granada de manera intermitente y numerosos viajes internacionales.

   En esos tres relatos mencionados  dedicados a Madrid, pretendía recoger la gran oferta que la capital ofrece a los que se acercan por primera vez a tan inmenso escenario, bajo la cúpula famosa que componía el cielo madrileño. Y en ellos, creo que fui capaz de mencionar las numerosas joyas que contiene nuestra gran capital. Y tal vez tenga tiempo de compilar mis tres relatos en un pequeño libro, que informe desde los kioscos de prensa, las grandezas que adornan a MADRID, una capital que pertenece a todos los españoles.

Julián Díaz Robledo