MADRE
Victoria Expósito eleva en Madre una oración de amor eterno, donde la fe, el dolor y la esperanza se funden en un canto profundo a la figura materna, convertida en símbolo de vida, sacrificio y eternidad.

Oh señor
tú que fue tu destino,
encontrar la paz y el amor
indícame a mí el camino
para seguir tu función
que hace tiempo ando perdida
sin encontrar solución
cógeme a mí de tu mano
y juntos vayamos los dos
por tu sendero divino
luchando por mi razón
no es mi suplica un cumplido
y no en vano te ofrezco yo
que en esta plegaria mía
recojas mi corazón,
si con ello he de ver cumplido
el sueño que tengo yo,
de callar ese quejido
de la que tanto me amó.
Es tan grande mi esperanza
y es tan fuerte mi dolor
que solo busco en mi venganza
una réplica de amor.
Por querer a una madre
es mi vida un sufrimiento
por mis venas corre su sangre
con un mismo sentimiento.
Ella calla su lamento
para que no oiga su llanto
pero es tan grande mi sentir
que por ella yo estoy llorando.
Son sus lágrimas las mías
que en mis ojos están brotando
y es su dolencia la mía
por eso la quiero tanto.
Si para verla feliz
he de jurar juraría
que para mí su sufrir
y para ella la vida mía.
Elogio como homenaje a mi querida y amada Madre que está en el cielo con todo el amor de mi corazón.

