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LUZ TURQUESA, poema de María Blázquez dedicado al Cardenal D. Carlos Osoro

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LUZ TURQUESA

Sentida vida, dulce llama que enaltece,

tu luz bordea el lienzo del sendero,

la salud es el regalo que me enriquece,

templo divino, aliento puro y fiero.


El amor eterno es un fuego que no cesa,

manantial de los sueños y esperanzas,

abraza con su cálida promesa,

y en su fulgor disipa las mudanzas.


Mi bienestar, suave brisa que reposa,

equilibrio sutil, paz deseada,

tu armonía convierte cada cosa

en un himno de vida venerada.


Divinidad, refugio de los hombres,

misterio que en los cielos resplandece,

tus manos guían pasos sin pronombres,

y el alma en tu presencia se estremece.


Experiencia, maestra de los días,

tu voz susurra historias infinitas,

destilas las verdades escondidas

y pintas los caminos con tus citas.


Agradezco la luz, la fe, el destino,

la chispa que en la sombra no se apaga,

la vida es un radiante peregrino

que al sol del alma vuela y se propaga.

María Blázquez

En Luz turquesa, la poeta madrileña María Blázquez nos sumerge en una profunda meditación sobre la espiritualidad, la fe y la trascendencia del alma. A través de una lírica envolvente y llena de simbolismo, dedica este poema al cardenal D. Carlos Osoro Sierra, evocando en sus versos la luz divina que guía y fortalece a quienes buscan el camino de la verdad y el amor eterno.

La obra es un canto a la vida como un don sagrado, donde la fe es el manantial que sostiene la esperanza y la paz se convierte en un refugio divino. María Blázquez nos lleva por un sendero de contemplación en el que la presencia de Dios ilumina cada paso y enaltece el espíritu.

Este poema, más que un tributo, es una plegaria poética que exalta la armonía del universo y el papel de los guías espirituales como el Cardenal Osoro, cuya misión es disipar la oscuridad con la luz de la sabiduría y el amor incondicional. Con imágenes de profunda belleza y una cadencia serena, Luz turquesa nos invita a abrazar la fe como un faro que nunca se apaga.

Comentario por Carlos Álvaro Segura Venegas

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