LOS ROBOTS ¿COMPETIRÁN CON EL SER HUMANO?
Hace unos días pude ver en televisión a dos perros compitiendo en acrobacias artísticas propias de los canes. La diferencia entre uno y otro era simplemente, que uno era de verdad y el otro era de mentira, pero hacían las mismas cosas y al unísono, emulando mejorarlas. El de verdad era un perro de raza cazador, muy inteligente, y el de mentira tenía una figura imitada, pero fabricado con metales articulados. Y corrían y jugaban y se entendían a la perfección y transmitían emociones similares mientras competían. Y estamos acostumbrados a ver las cadenas de montaje de automóviles robotizadas, cómo actúan en el trabajo colaborando con el técnico especializado. Es decir, los robots ya nos resultan familiares.
He leído un artículo titulado “Robots chinos que leen la mente”. Y el contenido decía: se trata de un robot colaborativo que sirve para automatizar procesos industriales. Y ayuda a acelerar el ritmo en una línea de montaje. Según decían, no es nada nuevo y llevan operando en fábricas desde hace muchas décadas. Y al igual que los perros jugaban, estos robots chinos trabajan en esas líneas de montaje al alimón con los humanos y lo hacen con tal seguridad, que, si entran en contacto físico por equivocación, el robot es el que detiene el proceso; para ello están equipados con sensores de seguridad que son una garantía para evitar accidentes humanos…
Los investigadores están en un momento óptimo para crear hombres de metal y lo vienen haciendo ya desde hace años, como camareros, o simulando a los que llamaban “mozos de comedor” que atendían a gente importante en sus grandes mansiones. Es decir, que ya conocemos esos muñecos inteligentes al servicio del hombre. Hasta aquí, resulta curioso todo ello, y práctico, aunque esos monstruitos metálicos vienen ocupando ciertos puestos de trabajo y con ello aumentando el paro humano…
Pero lo que me hace escribir el presente artículo, es el título que anuncia una empresa en su publicidad comunicando: “los robots chinos que leen la mente”. Es decir, robots en los que se aplicará en ellos los estándares culturales de los cerebros más privilegiados del planeta y seleccionados entre filósofos, científicos y técnicos de los más prestigiosos del mundo. De conseguirse, y podrá conseguirse supongo, resultará alucinante. Porque dichos robots estarían capacitados para gobernar las naves espaciales, evitando riesgos a los astronautas humanos y siendo ellos los primeros habitantes de los nuevos planetas que están a punto de alcanzarse.
Desde mi ignorancia en tan macabro tema y llegados a tal componenda, los humanos quedarán muy limitados frente a los robots, porque uno solo de estos monstruos metálicos tendrá en su fabricada mente, los sensores dotados del conocimiento de los miles de investigadores individuales que los crearon y dichos artificios serán muy superiores a los de cada humano de manera individual.
Quiero pensar que todo ello no llegue a tanto, y sea como supongo, pura ciencia ficción. Pero si llegara a producirse, estimo que sería un riesgo terrible para el hombre, porque dotados de tales capacidades, estarían en condiciones de gobernar el mundo y hasta podrían imponer sus afectos, odios y guerras, sirviéndose de los humanos como ayudantes que obedecerían sus consejos. Cabe suponer, que los ingenieros creadores del engendro se habrían reservado el derecho a destruirlos si tuvieran un mal comportamiento… Pero suponiendo que ellos se dejaran, claro.
No soy aficionado al cine y tal vez se haya producido alguna película referida a cuanto ahora expongo y esté ya escenificado; y si así fuera, lo habrán realizado con un fondo humorístico que quite los miedos a los que lean mi presente escrito. Es probable incluso, que haya alguna novela que desarrolle tal posibilidad y en su trama robótica y cómica, estos personajes podrían vivir en las ferreterías y serían capaces de enamorarse y hasta reproducirse… ¿Por qué no?
Julián Díaz Robledo
Pues tristemente Julián yo creo que el final será que los robots harán mucho daño en el mundo y quitaran mucho trabajo, los he visto sirviendo copas, limpiando, haciendo comida, y en el campo, me parecía imposible, pero al final nos los tragaremos a los dichosos robots.