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Los poetas malditos. “Maldita sea la noche de placeres efímeros, en que mi propio vientre concibió este castigo”.

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Cuantas veces han oído hablar de los poetas malditos, ¿Saben de donde viene ese nombre? ¿Saben que requisitos hay que cumplir para ser uno de ellos? ¿Les conocen a todos?

          Los famosos poetas malditos en verdad es un libro escrito por Paul Verlaine, quien se incluye a sí mismo como uno de ellos. Dicen que Paul escribió este libro donde nombra a escasos poetas franceses, incluídas algunas mujeres, porque todos cumplían una serie de características para pertenecer al mismo grupo y que la palabra “malditos” la sacó de su gran inspiración y del rey de la simbología: Charles Baudelaire.

          Baudelaire es un poeta que bien merece un solo artículo, pero lo que nos interesa en relación a este club, es su poema: “Bendición”, ya que cuenta la leyenda que Verlaine se inspiró en estos versos, más bien en las veces que cita de manera directa e indirecta la palabra “maldito”. Os dejo un pequeño fragmento para que os hagáis una idea.

– “Ah, que no haya parido un nido de reptiles,

antes de alimentar esta cosa irrisoria”.

¡Maldita sea la noche de placeres efímeros

que en mi propio vientre concibió este castigo!

          Que bonito, ¿Verdad? Cuando amor maternal. Pues ese era y es, precisamente uno de los requisitos para estar dentro de este maravilloso grupo. Os enumero a continuación cuales son las líneas generales que definden a los poetas malditos:

          – Idelogía liberal. Una manera de vivir en la que propugnan ser libres.

          – Visión pesimista de la vida. Todo poeta maldito debe tener un sentimiento pesimista de la vida donde no se sienta comprendido por sus contemporáneos, llegando a desvincularse de la sociedad.

          – Ser rebelde por naturaleza. Romper siempre todas las reglas, problemas en la infancia, en la juventud, una inestabilidad en la edad adulta, rechazar la realidad que les ha tocado vivir sientiéndose alejados de la misma.

          – Escribir poemas/textos muy oscuros. Tristes, tenebrosos, la muerte siempre presente, lo trágico, el límite. Lo impensable e incluso rozar lo imaginable.

          – Poesía trascendental. Poesía de tono muy lírico, con emociones delicadamente sugeridas, y un lenguaje elaborado que busca provocar extrañeza, y fuerza la expresión para extraer todo el contenido a las palabras.

          – Lenguaje cuidado. Usando la metáfora y el simbolismo (El rey del simbolismo sin duda es Baudelaire).

          – Belleza en su poesía. En la muerte, en el sufrimiento, en la desdicha…

Y por su puesto: – No haber obtenido en vida el reconocimiento implícito que se esperaba.

Así que, si usted cumple estas bases, ¡ Enhorabuena, es usted un poeta maldito!

          Precisamente a Verlaine esto último fue lo que le llevó a crear este libro, hacerse ellos mismos su propio reconocimiento, donde se incluyó y seleccionó a otros poetas. Posteriormente pocos han sido los que han podido entrar en éste clan. Os dejo una lista de los que Verlaine incluyó en un principio;

Arthur Rimbau. A sus 16 años escribió unos versos realmente exquisitos y a los 19 decidió dejar de escribir. Arthur fue quien obligó a sus amigos a incluir a las mujeres en estre grupo e insistió a Verlaine (con quien mantuvo una relación íntima ) para que así lo hiciera. Lean esta maravilla:

El mal

Mientras que los gargajos rojos de la metralla
silban surcando el cielo azul, día tras día,
y que, escarlata o verdes, cerca del rey que ríe
se hunden batallones que el fuego incendia en masa;

mientras que una locura desenfrenada aplasta
y convierte en mantillo humeante a mil hombres;
¡pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba,
en tu gozo, Natura, que santa los creaste,

existe un Dios que ríe en los adamascados
del altar, al incienso, a los cálices de oro,
que acunado en Hosannas dulcemente se duerme.

Pero se sobresalta, cuando madres uncidas
a la angustia y que lloran bajo sus cofias negras
le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.

Paul Verlaine. El culpable de este libro y el genio de esta idea. Él mismo se incluyó sobre todo porque sentía una gran carga desde su infancia al haber sido abandonado en un orfanato. Quizás ahora entendemos mejor por qué eligió el famoso poema de Baudelaire para inspirarse en el nombre de la obra. Debió de leer los versos y pensar que justo eso es lo que su madre pensaba de él al quedarse embarazada (Versos que he citado con anterioridad). Miren lo que era el otoño para este poeta:

Canción de otoño

Los sollozos más hondos

del violín del otoño
son igual
que una herida en el alma
de congojas extrañas
sin final.

Tembloroso recuerdo
esta huida del tiempo
que se fue.
Evocando el pasado
y los días lejanos
lloraré.

Este viento se lleva
el ayer de tiniebla
que pasó,
una mala borrasca
que levanta hojarasca
como yo.

Stéphane Mallarmé. No lo leían, no querían sus obras, puesto que en esa época hablar de pobreza y maltrado no es que no estuviera bien visto, es que no iba con la idea del modernismo que se pretendía y que se creó. ¿Cómo podían no querer leer algo así?

Angustia

Hoy no vengo a vencer tu cuerpo, oh bestia llena
de todos los pecados de un pueblo que te ama,
ni a alzar tormentas tristes en tu impura melena
bajo el tedio incurable que mi labio derrama.

Pido a tu lecho el sueño sin sueños ni tormentos
con que duermes después de tu engaño, extenuada,
tras el telón ignoto de los remordimientos,
tú que, más que los muertos, sabes lo que es la nada.

Porque el Vicio, royendo mi majestad innata,
con su esterilidad como a ti me ha marcado;
pero mientras tu seno sin compasión recata

un corazón que nada turba, yo huyo, deshecho,
pálido, por el lúgubre sudario obsesionado,
¡con terror de morir cuando voy solo al lecho!

Tristán Corbiere. Fue considerado poeta maldito por su rebeldía como persona, no quería el éxito ni la gloria. De hecho se burlaba de todo aquel que trabajaba como escritor y vendía sus poemas y prosa. Pero la verdad es que era un gran poeta, en éste poema se puede ver claramente sus ideas sobre el tema. Para no desear el éxito lo hacía bastante bien:

Auxilio

Si tú, guitarra mal templada,
kriss indio, bárbaro tres veces,
caja en los suplicios versada,
con mi pobre voz no enalteces
la dulzura de mi martirio,
y tú, cigarro, si a otros yerros
no me llevas, cual faro o cirio…
–¡Maldito este oficio de perros…!
Si la tromba de mi amenaza
pasajera cuando maldigo,
todo lo enturbia o deslavaza,
–La mudez sea conmigo…
Y si es mi alma un encendido
mar que no tiene ola ni brisa,
–Por estar helado y cocido…
escurro el bulto a toda prisa.

Auguste Villiers de L’Isle-Adam. Fue incluido porque no tenía el suficiente reconocimiento de su obra. Escribió cuentos, novela, teatro, poesía… Me quedé pasmada cuando leí estos versos por primera vez:

Encuentro

Agitabas tu oscura antorcha,

no pensabas haber muerto.

He forjado cancela y hierro:

mi corazón sabe de tu entierro.

Ignoro qué llama áun

ardía en tu mortal seno.

Aquello no me preocupaba:

me has hecho reir del alba.

¿Crees en la reencarnación?

¿Que los sentidos solos embriagan?

Pero me dormía entre tus musas:

no resucitarás nunca.

Por aquí dejo la breve lista de mujeres, por favor tengan siempre en cuenta que no podemos juzgar la historia desde el presentismo.

Marceline Desvordes Valmore. Para que os hagáis una idea, su manera de escribir se comparaba con la de Santa Teresa. Llegaba a lo más profundo en cada palabra:

No escribas

Estoy triste y quisiera extinguirme.
El hermoso verano sin ti, es una noche sin luz.
He cerrado mis brazos que no pueden alcanzarte,
Llamar a mi corazón es llamar a una tumba.
¡No escribas!

No escribas. No aprenderemos más que a morir
No pido más que a Dios… más que a ti, ¡tanto te amaba!
En el fondo de tu ausencia escuchar que me amas,
Es vislumbrar el cielo sin alcanzarlo.

No escribas. Te temo, tengo miedo de mi memoria
Ella ha guardado tu voz que me llama a menudo
No muestres el agua a quien no puede beber
Una escritura es un retrato vivo.
¡No escribas!

No escribas esas palabras dulces que no me atrevo a leer:
Parece que tu voz las extiende en mi corazón
Y que las veo arder a través de tu sonrisa,
Parece que un beso las imprime en mi corazón.
¡No escribas!

Luisa Collet.

…….¡Ah! Cuando se desbocaba así la poesía,
torrente impetuoso, frenesí que ardía,
en mi alma vibraba con indecibles acordes.
Como la ola marina bajo el huracán arremetía,
bajo la musa el corazón en mi pecho latía,
pero mi lira nunca igualaba mis goces…


Amable Tastu.

Romance

Adiós, soledad tranquila,
testigo de mi feliz esparcimiento;
Dulce paz, poesía, estudio,
renuncio a todos tus placeres.

Flores que adornan mi cabello,
amables chicas de la mañana,
huyen;

Armadura pesada
cubrirá mi cabeza y mi pecho.

Lyre, demasiado tiempo descuidada,
Hijo de las artes, querida por el amor,
Intérprete de mi pensamiento,
¡Adiós! … ¡Tal vez para siempre!

FINAL.

Un Dios me guía y me inspira,
su voz me manda, obedezco;
Lo escucho constantemente:
lucha y salva a tu país!

CORO.

Tomemos la lanza homicida;
Con una espada armemos nuestras débiles manos;
Que el metal oculte una frente tímida:
que los dioses cambien nuestros destinos.


Anais Segalas. (Me vais a perdonar pero no he encontrado de ella textos traducidos).Agradecería enormemente si alguno de los lectores de éste artículo pudiera facilitarlo, que así lo hiciera.

          Nos falta uno verdad ¿Creéis que me he olvidado de Baudelaire?, para nada, pero este artículo es solo una breve introducción de lo que serán los siguientes, pues creo que cada uno de ellos merece su propio espacio. Aun así no puedo despedirme sin dejar por aquí algunos de sus versos.  Uno de mis favoritos:

El hombre y la mar.

Hombre libre, ¡Tú siempre preferirás la mar!

Es tu espejo la mar; y contemplas tu alma

en el vaivén sin finde su lámina inmensa,

y tu espíritu no es menos amargo abismo.

Y gozas sumergiéndote al fondo de tu imagen;

tus miembros acarician y hasta tu corazón

se olvida por momentos de su propio rumor

ante el hondo lamento indomable y salvaje.

Ambos sois tenebrosos a la vez que discretos:

Hombre, nadie ha explotado tus abisales fondos,

¡oh mar, nadie conoce tus íntimas riquezas,

tanto guardáis, celosos, vuestros propios secretos!

Y entretanto han pasado innumerables siglos

desde que os combatís sin tregua ni piedad,

hasta tal punto amáis la muerte y la matanza,

¡Oh eternos gladiadores, oh implacables hermanos!

          Hay mucho que hablar sobre Baudelaire y sobre todos los demás. Así que después de esta introducción. Nos vemos en el siguiente artículo, que mejor que el otoño para conocer a:

Los poetas malditos.

Ana Calvo

7 thoughts on “Los poetas malditos. “Maldita sea la noche de placeres efímeros, en que mi propio vientre concibió este castigo”.

  1. Excelente artículo Ana. Muy interesante y acompañado de los escritos para leer y así conocer a sus autores mejor. A mí «Las Flores del Mal» de Ch. B. me impactó y marcó … Agradecido.

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