Los pactos sin escrúpulos “antinatura”
Visto lo visto después de la constitución de los gobiernos locales o autonómicos no importa lo que voten los ciudadanos, lo que interesa es pillar el sillón o el cacho en términos empleados políticamente hablando. La suerte es que no me extraña los descalabros de Melilla, Madrid, Barcelona, Almuñécar, Granada, Jaén, Palencia, Badajoz u otros por citar algunos ejemplos. Con esto quiero decir, que si para los aspirantes al poder lo que les importa es el pacto por el poder, y lo llamen eufemísticamente acuerdos programáticos sin importar que todo lo que decían que era impensable que coincidiese de unos programas a otros, se quiten las distancias espaciotemporales sin más. Nos lleva a pensar que aparte de la tomadura de pelo, no importa la voluntad de elección de los electores del pueblo. Para eso se deberían crear listas abiertas y votar a las personas en la elección personal, o segunda vuelta pues que gane un partido al haber muchos partidos o fragmentación no es garantía de que habrá un gobierno del partido ganador. Además con el tiempo se ha demostrado que según las ocasiones pero no la ética sea defendido que gobierne el partido más votado, pero la experiencia y los intereses también han demostrado que una cosa es lo que se dice o piensa, y otra cosa es lo que se hace, es decir, el empleo de un doble discurso donde hay que desdecirse o desmentir vetos si sirve para estar en el mando o mandato. Véase lo que ocurre con el Pigmalión naranja. Ni que decir tiene si no es así, cómo se entiende que Granada con 27 concejales pueda gobernar Ciudadanos con sólo cuatro. Una postura de maquiavelismo en toda regla o maquillaje por el vicio del poder, sin importar las decisiones de los ciudadanos por mucho que se les pida el voto y se desplome sus intenciones o confianzas. Lo que prima entonces es la conformación del poder con el reparto de cargos o la tiranía al más astuto o cínico, en el que todo cabe en la manipulación, y ocultar al pueblo lo que el pueblo ha decidido. Luego tienen que estar alerta la legislación ejecutiva si dicen representar la voz popular del referéndum que no la voz de los intereses partidistas o nepotismo partidista basado en los intereses personales. Porque si no es así para qué pedir de un partido el voto en las urnas pues no refleja lo votado para lograr el triunfo, ni los programas o propuestas votadas, ni cómo se mide la ejecución de lo bien hecho con anterioridad, pues los que conforman o constituyen gobierno por pactos, pueden estar y de hecho unos lo están en las antípodas respecto a otros. Aparte de que se debería exigir dar cuenta de lo prometido o cumplir objetivos como todos los trabajadores y no preocuparse sólo de “los fichajes”.
Francisco Velasco Rey