Los microrrelatos están vivos – A TODA COSTA
Esta práctica mantiene ciertas ventajas si los comparamos con otros textos literarios
Su principal atractivo reside en su brevedad y estimulan la comprensión textual por parte del lector, si se redacta de forma que mantenga el interés hasta el final, preferente con una moraleja.
Algunas de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna son verdaderos cuentos de apenas unas líneas, asimismo Rubén Darío y Vicente Huidobro publicaron minicuentos desde diversas estéticas.
También invitan a una segunda lectura, que permitirá substanciar matices que quizás fueron pasados por alto en una lectura anterior.
Como el espacio lo condiciona todo, el autor, a diferencia de lo que pudiera ocurrir en otros géneros literarios, apenas utilizará recursos estilísticos, prevaleciendo la precisión.
Los lectores, en ocasiones, se verán inmersos en el análisis y el sentido del texto, sospechando por su parte el final más adecuado, lo que es participativo y atractivo, para el que lo está releyendo.
Pero lo más placentero de todo, es el gozo estético, fascinante, apuñalante y mordisqueante, que proporciona emplear pocas palabras para tratar de decir mucho.
¡Junto a la brevedad, tiene que existir hondura de pensamiento!
AMOR DE MADRE (microrrelato)
–¿Dónde estabas, hijo mío, tanto tiempo ausente? – pregunto la madre.
–Estuve meciéndome entre las nubes, alisando las plumas de las alas de los ángeles, tirando de la blanca barba de San Pedro, sacando agua dulce del mar para repartirla en el secano y enjugando las lágrimas de todas las almas tristes.
La madre le creyó cada palabra. Sabía que su hijo no le mentiría.
Francisco Ponce Carrasco
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