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LOS ABUELOS, DOS SOLES PARA SUS ESTRELLAS

Carlos Benítez Villodres

Los abuelos son dos columnas fundamentales en la educación de los nietos, ya que les confieren a estos sapiencia, mundología, calma, equilibrio, firmeza… Sin embargo, el beneficio es mutuo, ya que los abuelos también se enriquecen emocionalmente con el contacto de sus nietos.

Conocer las necesidades de ambos, los beneficios y los límites ayudará a que la unión sea mucho más fuerte y positiva. Por consiguiente, “dos de las experiencias, dice Donald A. Norberg, más satisfactorias de la vida son ser nieto o ser abuelo”.

Hoy en día el papel de los abuelos se ha visto incrementado en el seno de la familia, ante la necesidad de trabajar los progenitores. Por consiguiente, la inclusión de la mujer en el circuito laboral llevó a que ambos padres se ausenten del hogar por largos períodos, creando como consecuencia el llamado “síndrome de la casa vacía”.

Los abuelos son las segundas personas, detrás de los padres, que más quieren a los nietos. Un niño que tiene unos abuelos a su lado que puede crecer junto a ellos y poder beneficiarse de todo lo que estas figuras llenas de experiencia y sabiduría… tiene una gran suerte, y es que no todo el mundo puede tener bonitos recuerdos con los abuelos por unas u otras circunstancias.

En cuanto a las emociones, los abuelos son personas que quieren a sus nietos igual que si fuesen sus propios hijos por lo que todo este amor sin duda beneficiará a los niños, que necesitan sentirse valorados y queridos. “Nadie puede hacer más por los nietos, refiere Alex Haley, que lo que hacen los abuelos. Ellos espolvorean polvo de estrellas sobre la vida de sus nietos”.

La mayoría de los abuelos siente adoración por sus nietos, ya que estos “son la manera, manifiesta Mary H. Waldrip, que tiene Dios de compensar a los abuelos por haberse vuelto viejos”. por HeroLos abuelos valen su peso en oro, si se tienen cerca y gozan de buena salud suponen una constante ayuda en el día a día de padres y madres para los que la vida supone un reto de planes y distancias difícil de solventar sin este valioso apoyo.

Nuestros hijos cuentan con unos abuelos que fueron padres jóvenes, y muchos de ellos han llegado a los sesenta, a los setenta, a los ochenta… con buena salud. Esta ventaja generacional se incrementa y se convierte en un beneficio, si tenemos en cuenta que las actuales circunstancias económicas, con el acceso al mercado laboral de la mujer de una manera ya estandarizada, hace que los nietos requieran más que nunca de la atención de sus abuelos.

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