LLAMA APAGADA – Francisco Jiménez Ballesteros

Recita Antonio Feliu Carrasco

LLAMA APAGADA

Con desprecio en la cara te miré lentamente
y unas leves arrugas dibujaron tu frente
¿fue, sorpresa quizá o tal vez, fue un descuido?
Mas, lo mismo me da, porque yo me he reído
al mirarte azarosa y querer evitar
que la luz de mis ojos te pudiera quemar.
Porque sabes de sobra que, al decirme tu adiós
se apagó aquella llama que quemaba a los dos
y la rabia te muerde y te muerde el orgullo
al saber que dejé de sentirme ya tuyo.
Pero, tú lo quisiste, no te quejes ahora
que te ves despreciada como reina y señora
hoy que nadie te mira, al pasar a tu lado,
hoy que tienes tu barco en el dique encallado
porque no hay nuevos vientos que con fuerza le arranquen
ni encuentras pasajeros, que en tu nave se embarquen
te ha llegado el momento de vivir de las rentas
más, con números rojos, se saldaron tus cuentas
derrochaste aquel oro que mi amor te ofrecía
y buscaste el cobre, que te daba alegría
Hoy tu cobre no vale, la alegría es desprecio
y te duele no hallar de la gente el aprecio
pero yo no te odio, ni te guardo rencor
ni me alegro siquiera de tu inmenso dolor,
te advertí con nobleza, que tuvieras prudencia
pero tú te reíste, de mi tonta inocencia.
No querías amor, solamente dinero
lo segundo te falta y también lo primero
pero sigues queriendo ¡hay, qué pobre inocente!
A pesar de los años, dominar a la gente
y te irás de esta vida con tu orgullo prendido
como una seca rosa en tu viejo vestido
y aunque llores ahora y tu llanto me duela
te diré que a mi barco ya le sobra tu vela.

Francisco Jiménez Ballesteros

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