Libro recomendado «2º Certamen Internacional de Poesía (Dedicado al Soneto) Poeta: «Carlos Benítez Villodres» de Gregorio F. Jiménez Salcedo
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Palabras del autor
Lo primero, antes que nada, es, por supuesto, el dar mis rendidas gracias al tribunal que ha tenido conmigo este detalle, tan de agradecer, de haber premiado mi soneto, entresacado de un conjunto de poemarios inéditos.
Después, algo que deriva y se completa con este conjunto de sonetos. Ocurrido lo ocurrido, y con este premio, me obliga a la publicación de un segundo poemario, íntimamente relacionado, precisamente, con el tema de los sonetos.
Admiro y me ha preocupado, siempre, por algo, el tema del soneto. Y aquí llega mi contribución.
El soneto es un poema que, con todo su origen para nosotros y su rotundo extenderse, es una de las muestras, diría que predilectas, en la labor de tantos y tantos poetas. Pero, de aquí surge, como inconveniente, que la acumulación de sonetos puede causar un cierto rechazo en el lector o recitador de los mismos. Algo así, como antes ocurría, en el traqueteo reiterado, monótono e igual, del marchar de un tren, con su reiterado ta-cán, ta-cán, que tan cansino nos resultaba por su ingrato repetirse.
Obsesionado, con lo que acabo de exponer, nació en mí una variante que acabé (si se me permite la expresión) por realizar y descubrir. Y así nació, y doy, ahora, oficialmente, su presencia, que cuenta ya con muchos años esperando su ansiada aparición: y aquí está, por fin, el ASONETO LAURÍDICO. Mi contribución al reino de la poesía.
El “asoneto laudírico” es un sí y un no, al soneto, por sus modos comunes de aparecer y por sus muchos diferentes de actuar. Explicar ahora, por extenso y por completo, lo que es y ofrecer una abundante muestra de los mismos, sería muy extenso. Por eso, prefiero, en su forma total y su por qué, darlo a la luz, que tantos años ha estado esperando, recluso en la oscuridad y tristeza de su no aparición y su cárcel de cajones y de carpetas.
Con mi promesa de publicar, en seguida y como completo ser, expreso mi pertinente entrega a tal menester.
De momento, de nuevo gracias, y mi adiós temporal dentro del mundo, total y verdadero para mí, de repetir mi labor, mi más cordial saludo a todos.
GREGORIO F. JIMÉNEZ SALCEDO.