LEGADO DE MIGUEL HERNÁNDEZ
Dejando mi mente en blanco
yo le hablo con dulzura,
mirando solo a la luna
de mis escritos que enmarco.
Silbaba el viento en el campo
y la luna se manifestaba,
mientras la margarita llorando
en el suelo se deshojaba.
La escritura me hace libre
y no quiero parar el viento,
lo necesito en mi cara
para sentirme completo.
Os dejo escrito mi sentir
del amor, la vida y la muerte,
poemas que siempre llegan
como el mar lo hace a la arena.
Tengo mi corazón de luto
por la sangre derramada,
por todos esos hombres buenos
que lucharon por su patria.
Y desde mi encierro entre hierros
lloro a diario por ellos,
y los huérfanos que han dejado
solo con pan y cebollas alimentados.
Hoy no está entre nosotros, Miguel
pero vivirás eternamente,
porque en todas las biblioteca
tu obra tenemos como legado.