LA SAFO GRANADINA: ENRIQUETA LOZANO
“A todas las mujeres que silenciosamente han construido la Historia”
Enriqueta Lozano Velázquez (Granada 1829—1895). Fue una mujer polifacética, culta, inteligente y con una gran capacidad creadora fuera de lo común.
Era hija de Francisco Lozano, un oficial del Ejército, y de Rosario Velázquez, una mujer sencilla y cuidadosa, que murió cuando Enriqueta sólo tenía 6 años. Su padre se volvió a casar, pero al cabo de dos años otra vez, volvió a enviudar.
Entonces, en estas circunstancias, Enriqueta que tenía 8 años ingresó en el Beaterio de Santo Domingo de Granada, donde aprendió a leer, a escribir y las “labores propias” que entonces se enseñaban a las niñas; “cualidades femeninas” que diría el escritor Carderera. En seguida empezó a dar muestras de una sensibilidad especial, artística y literaria, impropia de su edad. Aquí descubrió su vocación literaria. Su precocidad fue tan llamativa, que con 15 años estrenó su primera comedia en el Liceo de Granada, y con el mérito añadido, de que ella era la protagonista de la obra.
Una de las escritoras contemporáneas de Enriqueta, Pilar Sinués Navarro, la define así: “vino al mundo para sufrir esta santa mujer e inspirada poetisa. Más alta que baja, tez blanca, negros sus cabellos y ojos, aire modesto y sencillo, modales dulces y un poco tímidos, vestía sin pretensiones”.
En 1856 Enriqueta se casó con Antonio Vílchez de cuyo matrimonio sobrevivirían tan sólo tres hijos, pues llegó a tener hasta 12. Parece que en su vida personal no fue muy afortunada, estuvo llena de desgracias. Pero a pesar de todo ella seguía consagrada por y para la literatura. Ejerció la docencia como profesora de Ciencias y Literatura. Cultivó todos los géneros: poesía, teatro, novela, ensayo, cuentos, artículos de costumbres, etc.
OBRAS
Enriqueta Lozano escribió más de doscientas obras, fue una escritora muy prolífica. Muchas de ellas tienen carácter religioso, y otras están dentro de la corriente romántica propia de la época, como vemos en sus primeros poemarios titulados “Poesías” y “Lírica Cristiana”, que ella misma se ocupaba de llevar a la imprenta.
Sus éxitos más rotundos los obtuvo por sus novelas y obras de teatro, por los que recibiría numerosos galardones.
Sobresalió la novela titulada “Consuelo y Juicio de Dios”, un típico folletín burgués que fue muy bien recibido en su momento, porque se ajustaba al gusto literario de la época.
Como dramaturga estrenó su primera obra en Granada en 1847, en la Sociedad Literaria y Artística. Se trataba de una comedia en verso y compuesta en un solo acto titulada “Una actriz por amor”, la cual destacó por su originalidad, pues no tenía nada de satírico ni burlesco. “Dios es el rey de reyes”, un drama sacro, en verso y de un solo acto. Otro drama histórico “Don Juan”, en verso y de cuatro actos editado en 1854, año en que también aparecería otro en tres actos titulado “María o la Abnegación”.
En 1873 vio la luz una comedia en tres actos “La ruina del hogar”, que también tuvo mucho éxito; y finalmente, en la imprenta Viuda e Hijos de Zamora apareció otra obra dramática sin fecha de impresión con el título “La primera duda”, se trataba de un drama de costumbres, de carácter romántico, en verso y de tres actos.
A pesar de haber escrito tantas obras, en la actualidad pocas se han editado.
REVISTAS
Enriqueta Lozano también fundó y dirigió varias revistas como por ejemplo “La Aurora de María” (Granada 1868) y “La Madre de Familia” entre 1875 y 1883. Ésta última fue conocida en toda España, y en ella colaboraron importantes escritores de la época como Antonia Díaz de Lamarque, Fernán Caballero y Joaquina García Balmaseda, entre otros. Colaboró en la revista que dirigía Pedro Antonio de Alarcón “El Eco de Occidente”; también en la “Revista Literaria Granadina” o El Guadalbullón”.
Enriqueta Lozano de Vílchez aparece dentro de una importante y extensa bibliografía como por ejemplo: “La perspectiva femenina en el teatro y Escritoras románticas Españolas”, de E. Caldera.
“Autoras en la Historia del Teatro Español”, de Juan A. Hormigón.
“Catálogo de dramaturgas españolas del siglo XIX”, de Tomás R. Sánchez.
“Escritoras Españolas del siglo XIX”, de Carmen Simón.
“Sesenta escritores granadinos con sus partidas de bautismo”, de A. Gallego Morell.
PREMIOS
Una escritora tan fecunda tiene que recibir su correspondiente recompensa. Ganó muchos premios en certámenes literarios desde muy joven. En primer lugar por el ayuntamiento y el Liceo a partir de los años setenta. En 1884 fue distinguida por los Ateneos de Granada y Lérida; y en 1891 galardonada con el Primer Premio de los Juegos Florales de Córdoba.
Fue Socia de Mérito de la Económica de los Amigos del País; Miembro de la Real Academia de la Historia y Socia de Honor del Liceo artístico y Literario de Granada.
Enriqueta Lozano fue una persona muy destacada e influyente en el ámbito cultural granadino. Alcanzó tanto relieve y prestigio en la vida cultural de la ciudad que en 1895 fue nombrada por el Ayuntamiento Cronista Oficial con una pensión vitalicia. Más Tarde se le puso una calle y una placa.
Contó con el apoyo y amistad de importantes personalidades e instituciones de la cultura local y nacional como Carolina Coronado, Fernán Caballero, el poeta granadino José salvador, Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III y la reina Isabel II que le obsequió con un brazalete de brillantes por un poema dedicado a la Virgen de las Angustias, patrona de Granada, a la que tenía gran devoción pues años antes le había regalado un manto.
Enriqueta fue una poetisa y escritora y una mujer excepcional, adelantada en su época. Impresionaba por su cultura, formación y capacidad de trabajo. Poseía una gran sensibilidad: un conjunto de sensibilidades que por razones políticas o sociales había quedado oscurecida, marginada, sin voz. En los ámbitos culturales se le llamaba “la Safo granadina”, comparándola con la célebre poetisa de Lesbos. Tuvo el mérito de haber sido una de las pocas mujeres que se dedicaron a la Literatura en la España del siglo XIX, y especialmente el haberlo hecho en una ciudad provinciana como Granada.
Hoy, por suerte se escribe y se investiga cada vez más en la vida de mujeres que tuvieron un papel relevante en el pasado, reconociéndoles todo su prestigio y sus méritos.
Aurora Gómez Fernández