LA IMPORTANCIA MUNDIAL DEL AGUA

El día 22 de marzo auspiciado por Naciones Unidas, se celebró internacionalmente “El día mundial del agua”. Una fecha que debíamos recordar y celebrar de manera muy especial en España, donde cada verano la riquísima agricultura mediterránea, sobre todo, llena las páginas periodísticas y de numerosos medios, lamentando la carencia de agua que obliga a numerosas plantaciones históricas a echar el cierre a sus campos, mayormente familiares, y buscar otros trabajos si es que los hubiese.

   Ha venido a mi recuerdo una vez más, y decidí escribir el presente artículo, por las numerosas veces que acudo al ritual de cada día a lavarme las manos, procurando protegerme en la actual crisis sanitaria que nos afecta con tan lamentable pandemia y que el agua es un elemento fundamental para proteger nuestra salud y la de la familia.

   Recién estrenada la primavera y a la hora exacta de la noche, tan bendita estación regaló a guisa de saludo a la seca Axarquía, un pequeño chapuzón de lluvia que mucho agradecieron los aguacates que todavía quedaban colgados de los árboles, y como preludio de futuras lluvias que cabe esperar en Semana Santa y hasta la llegada del cercano mes de mayo.

   No tengo autoridad para dar ideas a los políticos, pero sí la suficiente por lo que afecta a la agricultura tropical, en vísperas de las elecciones madrileñas, para recordar a los partidos concurrentes, que, según la Agencia Europea del Medio Ambiente, “España es el país de la UE más vulnerable al cambio climático y el que sufre un mayor estrés hídrico de todo el continente”.  Los políticos pocas veces se refieren a la escasez de agua en tantas elecciones como venimos padeciendo, salvo en momentos puntuales de sequía.   Después, suelen ser los pueblos agrícolas los que, en cada situación extrema, elevan sus exigencias a la gobernanza responsable del caso, sin que ofrezcan gestión alguna inmediata. Y así, van pasando los años sin que los cambios de gobernantes aporten alguna solución.

Foto con el Presidente

    Tengo delante un artículo fechado el 8 de diciembre de 2018 cuyo titular dice: “Casado y todos sus barones pactan un plan para recentralizar el agua”. Y es el nuevo presidente del PP Sr.  Casado, quien hace unas declaraciones esperanzadoras diciendo “frente a la parálisis del actual gobierno, queremos que la política de agua sea nacional; no puede ser que haya 17 políticas distintas y que el   agricultor esté a expensas del político de turno”. Y añadía, que “no se proponía devolver la competencia hídrica, sino recentralizarla en lo relativo a los trasvases, para acotarlos desde el Estado.  Lo que se recentraliza son las decisiones autonómicas” añadía…

   En fechas posteriores, el Sr. Moreno Bonilla, nuevo presidente de la Junta de Andalucía, en una visita que reunió a los socios de la Cooperativa Trops, manifestó su especialísimo interés por ayudar a la agricultura tropical de la Axarquía y buscar soluciones a la problemática de la sequía empezando por gestionar el posible trasvase de las aguas excedentes del pantano de la Concepción para reconducirlas a la Viñuela, en lugar de que se viertan en el mar como venía sucediendo.

   Merece recordar al PP, ahora que tendrá ocasión de mencionarlo en su campaña de elecciones de Madrid, que los regantes del arco mediterráneo vienen exigiendo soluciones definitivas para el déficit hídrico que padecemos y que afecta dramáticamente al futuro de numerosas plantaciones arbóreas, entre ellas los aguacates y mangos que tanta riqueza procuran a las tierras andaluzas.

Julián Díaz Robledo

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