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La fatigosa y repudiada lectura

Querido y desocupado lector, hoy quiero hacer una reflexión pero para concienciar que no para criticar que se lee poco aunque por supuesto siempre ha habido, y habrá buenos y grandes lectores. Eso no me cabe la menor duda pero como no es el caso ahora, yo lo que pretendo es hacer pensar que está ocurriendo con una sociedad, que lleva prisas para casi todo y apenas dispone o planifica tiempo para leer, aunque sí para no pensarlo ni valorar por qué no se lee lo suficiente, y si acaso hubiese algún tipo de remordimiento se justifica con que al menos se lee en las redes sociales, siempre claro está que el dedo no tenga que bajar mucho el texto. Cosa es diferente que se cuelgue una foto o una imagen, o un vídeo pero siempre que éste último no acapare mucho tiempo en la audiovisión.

Luego algo está pasando y si no lo queremos reconocer, no vamos a arreglar o darle alguna solución al problema. Ya sabemos que la sociedad del consumo y sus efectos inmediatos consigue que el esfuerzo, que supone la lectura no se le haga demasiado caso.  La raíz de este absorbente  y endémico mal según palabras del eminente filósofo Emilio Lledó está en la ignorancia y yo añadiría que también en la falta de libertad según el pensamiento de N. Chomsky.  No obstante haré unas aclaraciones para evitar ambigüedad en mi planteamiento. El origen está en los centros de enseñanzas (en todos los niveles) y por supuesto porque nadie tiene que dar cuenta ni se vigila si se lee como marca y regula la norma o legislación educativa. Muchos educadores no están por la labor porque ellos tampoco leen y los planes lectores que deben implicar a toda una comunidad educativa brilla por su ausencia, ineficacia, o por su falta de acción por mucho que trate de incentivar la Administración con premios a las bibliotecas escolares; y eso no quiere decir que sí hay equipos docentes que tienen club o rincones de lecturas, y que fomentan la misma pero quizá no son suficientes porque nadie los obliga como sin embargo ocurre con otras cuestiones.

Unos se escudan en que la Administración educativa prohíbe que se obligue a comprar libros y otros en que los libros no se adecúan a los intereses del alumnado. Sea como fuere otros de los tantos motivos o desmotivación es que no se considera una competencia clave y vehicular que debe atravesar a todas las áreas o materias del currículum, y  si eso no se comprende desde todos los maestros o profesores que participan en el sistema educativo mal vamos a solucionar el problema; y sálvese quien pueda. Con que vayamos al grano si es que interesa y se quiere poner freno a este retroceso que estamos sufriendo en la lectura. No sin antes decir también que  los resúmenes han suplido a las lecturas  de los libros y que algunos trabajos de investigación sólo consiste en copiar y pegar. Así pues no nos extrañe luego que algunos de nuestros dirigentes hagan tesis falsas, falsifiquen títulos si no estudian y no leen porque hay quien se encarga por ellos de hacer tal labor y así nos va.

Francisco Velasco Rey

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