La Biblioteca en la playa de la Concha de San Sebastián, medida genuina destacable como las lecturas de los pacientes del hospital Virgen de las Nieves granadino.

Si en nuestro hospital granadino se fomenta el hábito de la lectura, llevándoles “un carrito de la cultura” con libros a los enfermos y sus familiares para incrementar el bienestar; en San Sebastián se crea Eguzkiteka,  que es la biblioteca en la playa de la Concha, ubicada en la zona semicircular del voladizo, en la zona debajo de los relojes.  Se ha inaugurado el 7 de julio hasta el 31 de agosto de este verano. Y su horario de apertura es de lunes a domingo de 11:00 de la mañana a 19:30 de la tarde. ¿De qué se trata?:

 Son aproximadamente 60 metros cuadrados dedicados a la lectura y accesibles a todo tipo de públicos. Un espacio de encuentro para disfrutar leyendo la prensa diaria, revistas, novelas, libros sobre nuestra ciudad, cómics, álbumes y libros infantiles.  Cuenta  con un fondo bibliográfico de 700 libros aproximadamente, es apropiado para la lectura informal y puntual. Todos los días, habrá exposiciones, conciertos, teatro y cuentacuentos  para niños, los cuales deberán estar acompañados de una persona adulta.

Para el día de la inauguración y la apertura se organizó una jornada de lectura continuada y multilingüe sobre el libro Robinson Crusoe del escritor Daniel Defoe un clásico de la literatura universal que ha tenido muchas traducciones y múltiples ediciones, incluso adaptaciones, incluida una edición en Lectura Fácil y que resulta muy apropiado para leer en la Biblioteca de la playa. Se leyeron cinco versiones del libro: en Lectura Fácil, en euskera, castellano, francés e inglés.

La apertura de la Biblioteca se enmarca en la política bibliotecaria de búsqueda de nuevos espacios para la lectura en verano, y su incentivación para el ciudadano local y el turista. La finalidad es acercarla al usuario, darle confianza, prestarle el libro, olvidando un poco las normas. Se han  hecho ya muchos préstamos, a personas que se han llevado el libro a la toalla y todos los libros se han devuelto. Se les pide los datos pero sobre todo para llevar la estadística , saber si el servicio ha funcionado. Porque leer es una actividad tradicional relacionada con las vacaciones del verano, y el objetivo es llegar a nuevos públicos e impulsar la lectura, leer fuera de las paredes de las bibliotecas. Si venís a San Sebastián, y a la playa de la Concha, a daros un baño, no olvidéis acercaros a Eguzkiteka : la nueva biblioteca o el nuevo espacio de lectura.

Nueva York  ha sido tomado como el  mejor ejemplo a seguir y referente, y es un caso pionero con espacios de lectura en parques y jardines de la ciudad. En nuestro entorno más cercano también hay casos de bibliotecas en playas y piscinas. La red de bibliotecas de Donostia Kultura hace ya veinte años que cuenta con una biblioteca de verano en Urgull, y ahora se da un paso más en la búsqueda de nuevos públicos con esta biblioteca en la playa de la Concha, uno de los puntos neurálgicos del verano donostiarra.

Resulta no menos curioso y bello,  la lectura mirando al mar porque es un privilegio, como un nuevo servicio que la playa de la Concha está ofreciendo, y que sin duda  va a contribuir a aumentar su prestigio. La especial ubicación de la biblioteca en una bellísima bahía, así como su dinamización diaria con actividades que invitan lúdicamente al placer  y regocijo es una apuesta única y ejemplar para despertar y bañar de magia nuestra sensibilidad durante el verano.

Los libros podrán llevarse en préstamo a la playa para leerlos allí, y tendrán que devolverlos antes del cierre de la Biblioteca. MiKel el empleado de la Biblioteca nos comenta como anécdota que ya hay más de un usuario que viene todas las tardes y continúa leyendo el mismo libro. Al cual le damos un marcapáginas para que apunte la página en la que se ha quedado. Se puede leer en el espacio acotado, o se pueden llevar los libros a la toalla, uno por persona.
Todos los elementos físicos que integran la Biblioteca, estanterías móviles con puertas corredizas, con libros, mesas, sillas y sofás, son retirados al terminar la jornada, ya que así lo exige la normativa vigente de la Ley de Costas; a la mañana siguiente se vuelven a instalar en su lugar correspondiente, manteniendo siempre libre el paso del voladizo ocupado para ello. De modo que los usuarios la han bautizado como biblioteca móvil.

Hasta se ha pensado en las condiciones meteorológicas, que obviamente influirán en el servicio de la Biblioteca,  pues en caso de galerna o muy mal tiempo, si las condiciones de seguridad así lo exigen, se anunciaría el cierre de la biblioteca. Pero de lo que no cabe la menor duda es que cuando no es así las condiciones climáticas embellecen y cultivan nuestros duendes y almas.

Francisco Velasco Rey