(MAL LLAMADA POR SU PADRE, POR SU MARIDO, POR SU HIJO, POR TODOS NOSOTROS, COMO “LA LOCA”)

            No necesita presentación, todos conocemos a la hija de Isabel I de Castilla, todos conocemos a la Reina Juana I de Castilla. Porque si, fue reina durante cuarenta y nueve años. Si, firmó como; Yo, la Reina, durante 49 años. Aquellos documentos que su hijo no podía manipular. Aunque debajo de su firma, él firmara como; Yo, el Rey.

            Sobre juana se han escrito toneladas y toneladas de palabras, millones y millones de hojas, horas y horas de radio, cientos y cientos de podcast.  Y todo está bien, todo es verdad. Pero a mí me gustaría mirar más allá.

            Juana, una niña inteligente, bajo la crianza de una madre culta, preocupada por la educación de todos sus hijos, una niña que en principio solo debería cumplir el papel del casamiento. Sin embargo, Castilla se posó sobre sus hombros, y su padre Fernando la inmovilizaba de una pierna ,mientras su marido Felipe de la otra.

            ¿Quién era Juana? Simplemente una mujer unida a las artes, poco se habla sobre ella de esto, es más morboso el sufrimiento con el amor de su vida.

            Juana era culta, lista, ilustrada, soñadora, alegre, intuitiva, intensa, valiente, diferente…Juana tenía el don de las letras y la música. Pero cerraron sus oídos y helaron sus manos con el frío de Flandes, cuando la casaron con Felipe. Y Felipe le heló el corazón.

            ¿Cómo reacciona un gato cuanto está acorralado? Salta, araña, se defiende, se enfurece.

¿Cómo reaccionarías tú?

            Desde mi punto de vista y en mi humilde opinión, los ataques de ira de Juan, solo era una manera que el alma tenía de salir de la prisión. La necesidad de soñar, de seguir esa vida que ella llevaba, si la palabra, quizás sea artista, porque también dibujaba.

Pongamos los ojos en Lope. ¿Qué era Lope? Un enamorado ¿Por que no se le llama Lope el loco? Porque no tuvo signos de locura. ¿Por que no los tuvo? Porque escribía, porque podía expresar sus sentimientos, porque nadie ni nada se  lo impedían. Porque su responsabilidad no era Castilla. Porque vivía en otro siglo, y porque no era mujer. Aunque sinceramente, a Juana poco le importaba lo que dijeran de ella por ser mujer…

            Si, eso es lo que pienso algo tan sencillo como eso, a Juana no la dejaron ser ella, y cuando a un alma libre la encierran y no le permiten expresar sus sentimientos, comienza la ira. Su

único escape fue Felipe, volcó todo su potencial en él, en amarle, en quererle, en adorarlo, en agradarlo, en hacer que se enamorara de ella.

            No voy a hablar de Felipe, no voy a Hablar de Fernando, no voy a hablar de su hijo Carlos.

            Estoy hablando de una mujer enamorada, que cautiva en su encierro de Tordesillas y faltándole al amor de su vida solo le quedaba soñar. ¿Qué historias no se creó en su cabeza? que maravillosas obras nos hemos perdido de Juana, mas de cincuenta años, venerando al mismo amor y alimentándose de lo poco que él le dio.

            No hay que escandalizarse por nada, esto ocurre todos los días, amores no correspondidos. Cuanta gente hay que está junta y no se ama, y cuanta gente que estando en la distancia quisieran poder hacerlo.

            Está bien que sepamos las maldades de Felipe, Fernando y Carlos. Pero no olvidemos a la protagonista. No olvidemos que montaba a caballo como los caballeros, que sus juegos eran de espadas, que creaba historias para sus hermanos, y que montaba teatros en casa para las veladas. No olvidemos, cuando se perdía soñando por los jardines, cuando se escuchaba el arpa en todo los rincones, cuando recitaba desde el balcón de su habitación. ¿Cómo puede alguien así olivar todo eso?

            Eso no se olvida, solo encerraron al gorrión le cortaron las alas y le enfriaron el corazón. Y ella con tanto que dar, todo lo dio. A su amado Felipe el hermoso, nos caiga bien o no.

Ana Calvo

2 thoughts on “JUANA I DE CASTILLA

  1. Magnífico relato sobre JUANA la que tanto sufrió. Maltratada especialmente por la ambición de sus malvados: PADRE, ESPOSO Y SU HIJO. LA INJUSTICIA que tantas mujeres padecen por su entorno familiar. La envidia que la tenían ellos les llevó ha ser tan miserables

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