III  EL CLUB DE LAS SIETE DAMAS  

En política, lo más importante es

      llegar a los resultados: ganar;

                            los medios son indiferentes  (Napoleón)

      He oído por tercera vez a las damas del club comentando la actualidad española. Escuchar sus opiniones es un gran placer por los temas que abordan, por la información que poseen y por la forma de exposición: ponderada, sin estridencias, sin gritos, sin insultos, aunque no se esté de acuerdo, nada se dice al tontún, sino razonado y donde el sentido común prevalece sobre cualquier consideración. Elegancia en la forma y profundidad en la idea. No pude evitar comparar aquella pequeña reunión de personas sensatas y educadas con el esperpento que se ve en el Parlamento de los Diputados. La presidenta, como es costumbre, abre la sesión explicando los últimos acontecimientos políticos que nos atañen a todos, y a continuación la pregunta a comentar, ¿Quién de los dos candidatos a la presidencia del gobierno está mejor preparado? Por lo visto, esta pregunta la tenían todas muy claro, porque todas dijeron: “entre 47 millones de habitantes, ¿no hay nadie mejor que estos?” Después de un leve rifirrafe, sin trascendencia, tomó la palabra la profesora de Derecho Político, que comenzó así:

         Tal vez si supiéramos lo que quiere decir candidato podríamos juzgar mejor a los políticos y a la política. Esta palabra viene del latín y quiere decir puro, limpio, blanco, sencillo…  Por esta razón en la Antigua Roma, las personas que aspiraban a un puesto público, candidato, vestían con una toga blanca por su simbolismo, pues el blanco, además de pureza, integridad, significaba el triunfo del espíritu sobre la materia, la perfección, poseedor de todas las virtudes morales…

      Sabiendo esto ahora, podréis juzgar si alguno de estos dos candidatos podría vestir de blanco.

     La presidenta hace otra pregunta sobre la entrevista de la Vicepresidenta del Gobierno con el fugado de la Justicia, Puigdemont, que la ha justificado diciendo que la hace a título personal o como presidenta de su partido.

     Como la vez anterior, cada una da su opinión, más o menos lógica, y también su punto de vista. La que parece ser la mayor de todas ellas, la que habla en pesetas, dijo:

“Yo no sé deslindar esta cuestión, si es legal y ético desprenderse del cargo -como si fuera un vestido- por razones de conveniencia, pero os voy a contar lo que en cierta ocasión me contó mi marido ¡Dios lo haya perdonado y lo tenga en la Gloria! cuando hacía la mili en un cuartel de Madrid. Un día se le ocurrió ir a una casa de alterne, o sea, de putas, como se decía entonces (fue antes de conocerme a mí) y mira por donde se encontró allí con el cura de su pueblo. El encuentro en aquel lugar dejó sin habla a ambos. El soldadito reaccionó primero y exclamó: ¡Padre, cómo usted aquí! El cura como no tenía muchas salidas, sólo se le ocurrió decir: “yo no estoy aquí como cura, sino como hombre”. Sencillo, todo aclarado. Pues creo que es un caso parecido al de la Vicepresidenta y Ministra de Trabajo.

   Esta vez la presidenta de las damas se dirige a la profesora de Derecho Político, y le pregunta cómo es posible que un fugado de la Justicia por delitos tan graves, como son los de Puigdemont, tenga amparo en un país de la Comunidad Europea. La profesora, quizá, para no comprometerse en un asunto tan escabroso, contesta con la carta que un juez jubilado le escribió a su hijo cuando fue nombrado juez. Dice así:

“No sé, hijo mío, si celebre o llore la noticia que me das de haberte honrado su Majestad con esa toga. Contémplote en una esclavitud honrosa, mas al fin esclavitud. Ya no eres mío ni tuyo, sino público. Las obligaciones de este cargo, no sólo te emancipan; también deben desprenderte de ti mismo. Ya se acabó el mirar por tu comodidad, por tu salud, por tu reposo, para mirar por tu CONCIENCIA. Tu bien propio lo has de considerar como ajeno y sólo el público como propio. Ya no hay para ti paisanos, amigos ni parientes. Contempla que te pusieron en la silla, no en el altar; que no eres ídolo a recibir cultos ni ofrendas, sino oráculo formado a articular VERDADES; porque la impunidad de las maldades multiplica los malhechores. El modo de dar paso seguro a la Justicia es desembarazar el camino a la verdad y para esto no hay otro arbitrio que el castigar con gran severidad la MENTIRA”. Y Dios nos libre de que un magistrado empiece a enriquecerse”.

Así que esta carta lo explica todo, claro que eran otros tiempos, hoy no importa “mancharse la toga con el polvo del camino”.

     Para mayor abundamiento, dijo la presidenta os remito al libro Eclesiástico de la Biblia: “no solicites que te hagan juez, sino te hallas con la virtud y fortaleza que es menester para exterminar la maldad”.

    Con la pobre imagen que está dando España al mundo por medio del bochornoso espectáculo del Sr. Sánchez “candidato” y la amnistía de los delincuentes catalanes del golpe de Estado, ¿Creéis que España es respetada y valorada como el gran país que fue siempre? ¿Qué solución planteáis para resolver este problema? Una de las damas intervino con rapidez: “La solución es que el Rey lo nombre duque y se marche de la política” ¿Se contentaría con ese título de nobleza para marcharse? Replicó la presidenta. Pues que lo hagan príncipe, dijo otra, ¿Se contentaría con un principado, conociendo la ambición del Sr. Sánchez? Insistió la presidenta. Una tercera dijo: “En la antigua Roma a los emperadores los divinizaban, los hacían dioses y los adoraban, ¿Por qué no lo hacen dios? Iba a intervenir otra y la presidenta mirando el reloj dio por terminada la reunión, y como tema a tratar para la próxima reunión dejó caer esto: “tiro en la nuca, golpe de Estado, beso a una mujer por un hombre, ¿qué es más grave?

ROGELIO BUSTOS

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