HOMENAJE A ELIO ANTONIO DE NEBRIJA EN EL V CENTENARIO DE SU MUERTE
Antonio Martínez de Cala nació en Nebrija, Sevilla, 1441 y murió en Alcalá en 1522. Sus primeros estudios los hizo en Sevilla con maestros de gramática y lógica, después fue a Salamanca y a los 19 años con una beca del arzobispado de Sevilla se trasladó a Italia, donde destacó como colegial en el Real Colegio de San Clemente de Bolonia. En la universidad de esta ciudad estudió teología, derecho, medicina, griego y hebreo.
Con motivo del V Centenario de su muerte son muchos los actos programados para este año y el próximo. El Gobierno español ha constituido una “Comisión Interadministrativa del V Centenario” formada por 15 instituciones. En este mes de marzo la feria del Libro de Tomares (Sevilla) ha estado dedicada a la figura de Antonio de Nebrija. El ayuntamiento ha realizado un documental titulado: “Nebrija y la Sevilla que conquistó el mundo”, que nos transporta a la Sevilla de 1492. También hubo una mesa redonda en torno a su figura – un recorrido por su vida y obra – compuesta por varios catedráticos de Lengua Española de la Universidad de Sevilla, críticos literarios, Académicos de la RAE, un doctor de la Universidad Autónoma de Madrid, un científico y lingüístico del Ayuntamiento de Cádiz y el director de la Fundación Antonio Nebrija (RAE), Darío Villanueva Prieto, entre otros.
Elio Antonio de Nebrija es el autor de la primera Gramática castellana, publicada en 1492 – tres meses antes del descubrimiento de América – de un primer diccionario latino-español ese mismo año y de otro español-latino en 1494, con bastante anticipación dentro del ámbito de las llamadas lenguas vulgares. De esta Gramática vio publicadas 17 ediciones. La sexta edición (Salamanca, 1486) fue impresa en castellano, con la traducción de Nebrija, por orden de la reina Isabel la Católica para que pudieran estudiar las religiosas sin necesidad de maestros varones. A este libro se le conocía popularmente como el de Antonio, pues era el libro de texto obligatorio en numerosas universidades.
IDEAS GRAMATICALES DE ANTONIO DE NEBRIJA
Aunque Nebrija se basó en la obra de gramáticos latinos como Prisciano, Diomedes y Elio Donato, sus ideas le llevaron a discrepar de ellos en algunos puntos, pues él consideraba que la gramática era la base de toda ciencia. La Gramática se dividía en: ortografía, prosodia, etimología y sintaxis. Y las partes de la oración en ocho. Actualmente se divide en: fonética, morfología, semántica y sintaxis. Los gramáticos suelen incluir la prosodia y la ortografía en la Fonología.
Según la RAE la Gramática es la parte de la Lingüística que estudia el conjunto de normas y principios que rigen una lengua. La palabra “gramática” procede del latín: grammatica y hace referencia al arte de dominar una lengua tanto hablada como escrita. Una parte muy importante, si no la que más, es la sintaxis que estudia el orden de las palabras, la formación de los sintagmas y las oraciones, es decir, elaborar textos coherentes.
Nebrija consideraba al latín como lengua superior a las otras, y por ello, cuanto más se acerca una lengua al latín más perfecta es, afirmaba. Su obra tuvo gran influencia en el mundo universitario y europeo siendo una de las cumbres del humanismo en España. Veía la lengua castellana como un factor unificador de los territorios de los Reyes Católicos – la reina Isabel fue su protectora – del mismo modo que en Florencia Cristoforo Lamdino o Lorenzo de Médici habían defendido la lengua toscana para unificar Italia. De ahí la conocida frase de Nebrija en su Gramática diciendo que “siempre la lengua fue compañera del imperio”.
Nebrija escribió también obras sobre pedagogía, pesas y medidas, numeración, cosmografía, teología, derecho, medicina, etc. Demostró sus conocimientos de hebreo en su obra De Literis Hebraicis (1515), primeras transcripciones fonéticas del hebreo al latín y al castellano. Sus interpretaciones de la Biblia a partir de los originales hebreos y griegos y no del latín le acarrearon numerosos problemas con las autoridades eclesiásticas y académicas de Salamanca y de Alcalá. Se llegó hasta tal punto que el Inquisidor General inició un proceso inquisitorial del Tribunal del Santo Oficio contra él, pero se libró de la cárcel por mediación del Cardenal Cisneros cuando llegó a presidir dicho Tribunal.
Fue además de gramático, filólogo, lexicógrafo, historiador, pedagogo, impresor, editor, cronista real, escritor y poeta. Su carrera como profesor y autor fue muy extensa para la época; abarcó más de medio siglo – desde 1470 hasta 1522 – año que falleció. Ejerció sus cátedras en las universidades de Sevilla, Salamanca, Bolonia y Alcalá. Estuvo casado con Isabel Montesina (Isabel de Solís) y tuvieron nueve hijos.
En honor al mejor humanista de todos los tiempos y uno de los hombres más relevantes del Renacimiento, existen numerosas instituciones que llevan su nombre, vinculadas con la educación y la cultura: institutos, colegios, residencias universitarias para estudiantes, pueblos de Madrid, de Murcia y de Extremadura: Zalamea de la Serena donde Nebrija escribió parte de su Gramática castellana. También una Asociación Cultural Nebrija, un Centro de Estudios Hispánicos Nebrija, en Sevilla, y, desde 1987 existe en Madrid la Fundación Antonio de Nebrija, origen de la Universidad Nebrija, creada en 1995; y que es la única universidad en el mundo que lleva el nombre de Nebrija.
En España tenemos el privilegio de conservar los primeros manuscritos y códices escritos en castellano durante la Edad Media (s. X-XI) que se conservan en el Monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja). Son las glosas Emilianense y Silenses: una Pasión, un breve Oficio de Letanías, la misa de los santos San Cosme y San Damián, un libro de Sentencias y unos sermones de San Agustín, entre otros muchos.
Este monasterio hoy es la sede del Centro Internacional de Investigación de la Lengua Castellana.