HIPERCIFOSIS DORSAL: CÓMO CORREGIR LA ESPALDA ENCORVADA

Dr. Juan Gustavo Benítez Molina

Málaga

 

La hipercifosis dorsal es una curvatura exagerada hacia delante de la espalda. Popularmente se conoce como joroba o giba. Puede suceder a cualquier edad, pero es más habitual en las mujeres mayores.

            La hipercifosis relacionada con la edad, a menudo, se debe a la debilidad de los huesos de la columna vertebral. Esto ocurre, sobre todo, con la osteoporosis.

            La hipercifosis leve ocasiona pocos problemas. Sin embargo, la grave puede originar dolor y deformaciones importantes.

            El dolor, la rigidez en la espalda y la curvatura anormal y exagerada de la columna vertebral es la clínica más frecuente.

            Las vértebras (los huesos individuales de la columna vertebral) se asemejan a cilindros apilados en forma de columna. La hipercifosis dorsal tiene lugar cuando las vértebras de la parte superior de la columna adquieren forma de cuña (como si se aplastaran de forma progresiva por su zona anterior).

            ¿Cuáles son las causas más frecuentes para que se produzca este acuñamiento de las vértebras?

  1. Fracturas: las vértebras fracturadas o aplastadas (fracturas por compresión) pueden ocasionar esta deformidad.
  2. Osteoporosis: se trata de la disminución de la densidad de la masa ósea. En este caso, las vértebras se adelgazan y se pueden llegar a romper. Se da con más frecuencia en mujeres mayores o en personas que toman muchos corticoides.
  3. Degeneración de los discos: entre vértebra y vértebra existen unos discos suaves y circulares que actúan como amortiguación. Son similares a unas esponjas. Con la edad, estos discos van perdiendo agua, se secan y se encogen, lo cual puede empeorar la hipercifosis.
  4. Cáncer y tratamientos oncológicos: un cáncer en la columna vertebral puede debilitar las vértebras y hacerlas más propensas a sufrir fracturas por compresión. Lo mismo sucede con los tratamientos con quimioterapia o radioterapia.
  5. Patologías en edad pediátrica: enfermedad de Scheuermann, ciertas anomalías congénitas (de nacimiento) o algunos síndromes, como el de Ehlers Danlos o el de Marfan.

            Asimismo, es importante resaltar que este trastorno está asociado a los estilos de vida. El sedentarismo y las malas posturas conducen al desgaste y a la degeneración de los discos intervertebrales y, consecuentemente, al aumento de la curvatura.

            En cuanto a las consecuencias y complicaciones podemos citar las siguientes:

  1. Limitaciones funcionales: dificultad para realizar las actividades de la vida diaria como subir una escalera o levantarse de la silla.
  2. Alteraciones musculoesqueléticas: postura adelantada de la cabeza, escápula alada (en forma de alas) y disminución de la estatura.
  3. Hernias discales: los discos intervertebrales se salen de su sitio originario.
  4. Desequilibrios musculares: contracturas musculares dorsales e interescapulares.
  5. Problemas de respiración: una hipercifosis grave puede comprometer la expansión completa de los pulmones.
  6. Problemas digestivos: la compresión del sistema digestivo ocasiona problemas como el reflujo ácido o la dificultad para tragar.
  7. Problemas con la imagen corporal: aislamiento social, ansiedad o depresión.

            Un examen físico completo por parte del médico, así como diferentes pruebas de imagen (radiografía, TAC o resonancia) nos darán el diagnóstico definitivo.

            ¿Cuál es el tratamiento? La hipercifosis dorsal de carácter leve se trata con medidas conservadoras: ejercicio físico adecuado, rehabilitación y controles periódicos. Sin embargo, cuando es de grado alto, en casos de fuerte dolor o de deformidad considerable, se ha de recurrir al tratamiento quirúrgico. Los corsés se han de emplear solo en casos muy específicos y cuando el médico los recomiende.

            ¿Qué ejercicios podemos realizar para intentar corregir esta alteración de la postura?

IMAGEN ARTÍCULO HIPERCIFOSIS DORSAL

Ejercicio 1: para este ejercicio precisarás de un palo como herramienta extra. Se realiza para estirar el músculo pectoral mayor. Para ello, colocaremos el palo justo detrás de nuestra espalda, con el fin de mantener una posición erguida, e intentaremos pegar o juntar las escápulas. De esta manera, llevaremos los hombros hacia atrás.

Ejercicio 2: en este caso necesitarás estar acostado sobre una superficie horizontal. A continuación, dejarás caer uno de tus brazos por fuera de la superficie, al tiempo que giras el cuello en la dirección contraria. Sentirás tensión en el pecho y por encima del hombro, pues estarás estirando músculos como el trapecio y el pectoral mayor. Al finalizar, haz lo mismo con el otro brazo.

Ejercicio 3: aquí deberás recostar tu espalda en una superficie horizontal hasta el nivel de las escápulas. El resto del cuerpo quedará por fuera, suspendido en el aire. Si estás apoyado sobre una mesa, puedes colocar una almohada para que el borde de la superficie no te moleste. A continuación, sujétate bien a la superficie, respira hondo y deja caer el cuerpo, buscando cada vez una mayor amplitud. En esta postura sentirás cómo tu espalda se endereza, al mismo tiempo que tus músculos pectorales y dorsales se estiran.

Ejercicio 4: ahora acuéstate en el suelo del piso y apoya las piernas estiradas sobre una pared que esté cerca (ten en cuenta que, mientras más acerques las piernas a la pared, mayor será el grado de estiramiento). En cuanto sientas tensión, lleva las puntas de los pies hacia abajo, estira los brazos hacia atrás e intenta llevar la cabeza como si una persona te estuviera traccionando. Además, puedes abrir ambos brazos a los lados del cuerpo, con el fin de estirar el músculo pectoral. De este modo, estirarás de forma global las piernas, los muslos y parte de la musculatura dorsal.

            Con todo lo anteriormente expuesto podemos llegar a las siguientes conclusiones: el ejercicio físico con el fortalecimiento de la musculatura de la espalda, la rehabilitación, así como la práctica de natación, yoga o pilates, nos reportarán enormes beneficios para la salud de nuestra columna. Los ejercicios de estiramientos y el mantenimiento de una correcta y saludable higiene corporal (a la hora de sentarnos, de caminar, de subir una escalera o de dormir) también nos serán de gran ayuda. Perder peso y no someter a la columna a cargas pesadas son, igualmente, otras medidas muy a tener en cuenta.

0 thoughts on “HIPERCIFOSIS DORSAL: CÓMO CORREGIR LA ESPALDA ENCORVADA

  1. Me encanta siempre estos comentarios de ayuda que nos das siempre, son muy aconsejables, muchas gracias por compartirlos siempre, Juan Gustavo Benítez Molina.

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