GRANADA COSTA EN SU NÚMERO 500
“Toda creación humana responde a un anhelo religioso”. Esto afirmaba el historiador, ensayista y político Eduardo Aunós. La creación del periódico Granada Costa no sólo fue creado con este anhelo sino que sus horizontes eran mucho más dilatados: intercomunicación social en el más amplio sentido y de variada temática donde tuvieran cabida toda clase de personas, desde el científico, el intelectual, el literato, el político, el periodista en general, gente sencilla del pueblo con mayor o menor formación pero con alma, con corazón, con ideas, sentimientos, emociones… Así ha vivido y con enorme éxito, en estos 20 años de existencia, con muestras de respeto y consideración de todos. Prueba evidente es que todavía vive a pesar de las fuertes tormentas que continuamente amenazan destrucción.
Debido a diferentes circunstancias, por no decir misteriosas, esta creación se presentó en unos de los lugares más emblemáticos, nobles y más bellos de Granada, desde donde se contemplan la más extensa y variada gama de colores y paisajes interminables, donde en cualquier rincón trasciende un aire místico, perfumado, hasta el punto de que uno se cree suspendido entre la tierra y el cielo. Este paraje encantado es: EL CARMEN DE LOS MÁRTIRES. Lugar sagrado en el que los Reyes Católicos fundaron la primera iglesia de Granada y más tarde se asentaría el convento de los Carmelitas Descalzos que dirigió como prior el incomparable poeta místico San Juan de la Cruz.
Recuerdo con emoción aquel acto celebrado a finales de diciembre de 1999. Fue para mí un día hermoso y memorable. Había estado todo el día diluviando, y al término del acto cuando salimos fuera pudimos comprobar que la lluvia había cesado. Miramos al cielo y las nubes blancas de la paz habían desplazado a las torvas nubes negras amenazantes. En un claro entre las nubes una brillante estrella aún temblaba. Aquella hermosa visión la interpretamos como un mensaje premonitorio de esperanza y buen puerto que le esperaba al periódico Granada Costa.
Desde aquel memorable diciembre de 1999 hasta estas fechas, por las páginas de Granada Costa han pasado muchos personajes de la ciencia, de la política, desde alcaldes del pueblo más humilde hasta ministros y presidentes de gobierno, de las Fuerzas Armadas, de la Iglesia, de las Artes… Unas veces con artículos escritos por ellos mismos y otros en entrevistas. (Sin tontas vanaglorias, lo dicho aquí está documentado y puede comprobarse)
Pero lo que ha distinguido a Granada Costa y de lo que todos los que pertenecemos a él, nos sentimos más orgullosos es, el haber sido una ESCUELA DE APRENDIZAJE, de creatividad, de distracción y al mismo tiempo difusora de la cultura en el más amplio sentido.
He resaltado que por las páginas de Granada Costa han pasado grandes personajes y es verdad, pero si importantes son esos no lo son menos esa gente sencilla de pueblo o de capital que leen, que escriben prosa y poesía, que tienen inquietudes, ideas, sentimientos, emociones y ese don imprescindible para la Literatura que se ha definido como la “loca de la casa” o “como el ojo del alma” que es la IMAGINACIÓN y lo plasman en su libreta y allí permanecen dormidas e ignorada condenados a la nada, porque sus descendientes, a su muerte, los arrojarán a la basura muriendo con su autor que lo escribió con todo el amor y sentimiento del mundo. De toda esta gente creativa que es numerosa, sólo Granada Costa le ha dado la posibilidad de que salgan a la luz y tomen vida a través de la publicación en sus páginas; pues en este medio ha prevalecido, más que el modo de decir las cosas, la sustancia de las cosas que se dicen.
El Granada Costa ha estado desde el principio inmerso en un ambiente cultural sin precedentes pues no sólo ha tenido cabida la literatura sino que ha intentado fomentar todas las expresiones del arte como imprescindible función humanizadora: conferencias, conciertos, recitales, exposiciones de pintura, concursos literarios, música, viajes… En definitiva, ha desarrollado una inmensa labor pedagógica en todos los sentidos: interrelaciones, conocimiento de otros lugares y otras personas, amistad, y como algunos han apuntado el “amor hecho novela, y, a la vez madrigal de polícromas estrofas”.
Como coordinador cultural de Granada Costa que he tenido el honor de ser durante 15 años, he oído y he visto muchas cosas, otras me las han contado los mismos interesados y recuerdo con especial emoción lo que en cierta ocasión me dijo una persona de 82 años, que para más señas era labrador, o como se suele decir por aquí, del campo. Sus estudios eran elementales, pero era un gran observador de todo lo que ocurría a su alrededor y a la vez adornado de una imaginación poco común: “cuando tengo que escribir un artículo o un poema siento que mi alma se llena de todas las cosas que hay en el mundo; que el cielo, la luz, los campos, el mar y muchas vidas y todos los amores y todos los deseos y todos los sueños y todas las cosas buenas del mundo están en mí. Me basta con cerrar los ojos y soñar la hermosura de la vida. He plantado muchos árboles, he tenido 4 hijos y por fin he escrito y publicado un libro. Ya me puedo morir tranquilo”. Este comentario de un escritor humilde de Granada Costa ilustra con meridiana claridad lo que ha supuesto este periódico. Y es que ver en las páginas de un periódico lo que uno ha escrito produce un placer inmenso.
Desde mi perspectiva de 20 años como miembro de Granada Costa en el que he participado muy activamente, es mi deseo felicitar a Granada Costa al culminar el número 500, por lo que ha supuesto para mí y para otros muchos, de enriquecimiento cultural en todos los aspectos. Así que en nombre de la pintura, de la arquitectura, de la música, del canto, de la escultura, de la literatura, de la poesía, de la danza, del teatro… con toda emoción y sentimiento, GRACIAS GRANADA COSTA.
ROGELIO BUSTOS ALMENDROS
Enhorabuena por tu impresionante
Forma de plasmar el arte del trabajo de los distintos pensamientos informatibos
Es un honor contar con tu presencia y amistad.Un fuerte abrazo a todos