Portada » GRACIAS A GRANADA COSTA

Hace unos 15 años leí en una revista de Selecciones un artículo sobre esa enfermedad que ataca a los mayores y que se conoce con el nombre de  Alzheimer. Lo explicaba con toda claridad, incluso para los que nada sabemos de medicina, en qué consistía el tratamiento poco eficaz que había, pero sí apuntaba unas normas a tener en cuenta para si no evitarla al menos retrasarla, y una de estas, la más importante y al alcance de todos, era el ejercicio de la mente. Aunque desde siempre he venido ejercitando la mente con la lectura de periódicos, revistas, libros y también la escritura, no obstante, a partir de la lectura de aquel artículo dupliqué este ejercicio, naturalmente sin abandonar las otras actividades físicas. Se puede decir que lo primero que aprendí  con el aumento del ejercicio de la mente fue  que ante cualquier situación o circunstancia era pararse y reflexionar para distinguir lo esencial de lo accesorio y dar primacía a lo verdaderamente  importante. Actuar de forma razonada y evitar tensiones, estrés, que deterioran  el sistema nervioso.  Otro de los consejos que se daban era el ser POSITIVOS, tener ideales y la ilusión de vivir aportando algo para mejorar el mundo.

Cosas como éstas eran las que  mantenían joven  a las personas  y lejos de esta enfermedad y de otras. Yo he cumplido ya 88 años y mi espíritu sigue siendo joven, pues como dice el sacerdote Joan Bestard: “uno tiene siempre la edad de su fe y de su esperanza”, y creo tener de las dos la suficiente dosis para mantenerme joven y activo, madurando y aprendiendo.

         Por mis opiniones políticas, tal vez, alguien me acuse de reaccionario. Se equivocan quien así lo piense. El pasado es pasado; el futuro es incierto y desconocido tal y como estamos comprobando con todo lo que está ocurriendo. Sólo el presente es el que podemos y debemos vivir. (Esto no quita que como creyente tenga esperanza en la otra vida). Pero el presente que estamos viviendo en los tiempos actuales deja mucho que desear porque se han perdido por completo los valores morales. La honradez parece ser una virtud pasada de moda, la justicia, algo extraño, la verdad cosa de bobos. Ésta pérdida de valores éticos en los gobernantes está destruyendo la sociedad y al país, España, y como político que fui en otros tiempos, pues se me revuelve el estómago con las actuaciones de la nueva política, y creo que en España más que política lo que necesitamos es moral.

         A menudo los amigos me aconsejan calma mirándose en mi edad y me tachan de inconformista e insatisfecho. Entonces yo les salgo al paso y les suelto aquellas palabras de Ortega  y Gasset: “lo que más vale del hombre es su capacidad de insatisfacción”. Pues claro que sí. La apatía, el callarse ante la injusticia es el mayor de los  pecados.

     Todas las ideas, sentimientos, emociones que me obligan a reflexionar sobre cualquier tema las escribo, y después más calmado vuelvo a releerlas y a consultar libros, revistas… para contrastar otras opiniones  y esto me obliga a pasar mucho tiempo de actividad mental, el mejor ejercicio para evitar el Alzheimer.  Todo lo que escribo no tendría transcendencia alguna y estaría condenado a la nada si no tuviéramos el privilegio y el honor de pertenecer  a un Club y periódico independiente que es GRANADA COSTA. Él lleva 20 años siendo nuestra voz, nuestro mensajero .Él ha llevado por toda España  las bellezas de nuestra tierra de la Costa Tropical, el Valle del Río Verde, con la riqueza de sus frutas tropicales, las delicias de nuestro  privilegiado clima, las soleadas playas, y por supuesto también, nuestras inquietudes y miedos ante la falta de agua e infraestructuras para mantener  este paraíso único en Europa. Él ha sido el que ha llevado  a las administraciones nuestros deseos.

         En la supervivencia de este medio, GRANADA COSTA, se demuestra lo que es capaz de hacer la voluntad, el esfuerzo por mantener vivo una Asociación Cultural que sólo cuenta con sus propias fuerzas, sin subvenciones de ninguna clase de parte de las distintas  administraciones a las que pedimos ayuda, así como de las empresas que además de lo material estén también por las ganancias  espirituales.

Gracias Granada Costa por todo lo que nos has dado en estos 20 años.      Te deseamos que al menos durante otros 20 años seas nuestro portavoz en todas partes.

                        JOSÉ ANTONIO BUSTOS

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