EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍAS Y DIAPOSITIVAS EN CAN GELABERT DE BINISSALEM

Si hay algo genuino que defina el paisaje mallorquín, dentro de sus innumerables bellezas, es, sin duda alguna, los pocos llogarets que quedan, dentro de un entorno privilegiado y único. Desgraciadamente, el abandono y muchas veces la desidia han hecho que vayan desapareciendo esos centros poblacionales que daban vida al campo mallorquín y que fueron en tiempos no muy remotos una forma de vida sosegada y única. En los llogarets se vivía diferente a como se vivía en las grandes urbes de Mallorca. El tiempo pasó sobre ellos, muriendo el recuerdo y quedando sepultados en los escombros de sus paredes los sueños de muchas personas que, por distintas circunstancias, tuvieron que abandonar el sitio que los vio nacer.

            Con cada llogaret que se abandonaba, Mallorca perdía una forma de vida e iba disipando un poco su identidad, de recuerdos auténticos y de una filosofía que hoy día ya no se practica, que era la solidaridad entre ellos. Algunos de sus habitantes marcharon a zonas más favorecidas económicamente, otros emigraron a países lejanos, con la certeza de que jamás volverían a ver su roqueta.

            Afortunadamente, existen todavía algunos llogarets en los que han sido restauradas algunas de sus casas y se vuelven a oír voces de regresos y vuelve la vida    –quizás diferente a la que era antes–. Sonidos nuevos sobre un paisaje antiguo abandonado, y quizás también haya un rumor nuevo en las hojas de los árboles y hasta los pájaros tendrán un cantar diferente. En las puertas de las casas abandonadas antes, ahora crecen geranios de diferentes colores, y dentro de las casas entran rayos de sol ahuyentando los fantasmas que quedaron encerrados dentro de las estancias ruinosas al marchar sus moradores.

            Pero gracias a la sensibilidad y amor por Mallorca del artista fotógrafo Pep Ramis, todos esos llogarets han vuelto a tomar vida y gritar con voz alta que aún siguen existiendo, aunque solamente sea ya en el recuerdo difuso de algunos ancianos. Pep ha sabido dar vida y rescatar del olvido esos llogarets, escondidos y no reconocidos ya en el paisaje rural mallorquín, cuya existencia muchos mallorquines ignoran. Pep se ha recorrido toda la isla incansablemente, buscando y rescatando la historia de esa forma de vida de antaño, por caminos intransitables, escondidos en sitios de difícil localización. Ha andado por caminos y veredas desconocidas y poco transitadas buscando las huellas de algún llogaret ignorado y olvidado en el tiempo. Ha andado cientos de kilómetros buscando algún elemento, por raro que le pareciera, si sospechaba que allí había habido un asentamiento de antiguos payeses, o de mineros que, una vez cerradas las minas, desaparecieron de esos asentamientos. Pep ha sabido fotografiar el alma y el recuerdo de esas gentes, dándoles nueva vida, aunque haya sido a través del ojo mágico de su cámara, y ha servido para que muchos mallorquines y no mallorquines hayamos podido descubrir una forma de vida especial, llena de sacrificios, pero, sin duda alguna, repleta de autenticidad.

            Por otro lado, podemos decir que Pep es un historiador, ya que no solamente ha sabido dar vida a través de sus fotografías de las ruinas de las edificaciones, sino que ha puesto al pie de esas imágenes un texto en el que explica dónde están ubicadas, para ello ha creado un mapa orientativo del enclave exacto de los llogarets de Mallorca, de los que aún tienen vida y de los que desaparecieron. Su trabajo es imponente y digno de ser premiado por las autoridades culturales de la Isla de Mallorca.

            Recientemente, en Can Gelabert de Binissalem, Pep Ramis ha tenido dos actos: una proyección de audiovisuales, al terminar hubo un coloquio con la intervención del público asistente, entre otros estuvo el Sr. alcalde de la población, y una exposición de 40 fotografías en blanco y negro, tipo dibujo, similar a los dibujos realizados por el archiduque Luis Salvador. Este estilo es una creación de Pep, que ha conseguido tras muchas horas de trabajo y pruebas, enganchando a todas aquellas personas que han tenido la oportunidad de poderlo ver.

Pep es un artista incansable que está realizando una gran labor dándonos a conocer esos sitios olvidados, que son partes inseparables de la geografía mallorquina. Pep ha ofrecido ya múltiples exposiciones de fotografías por toda la isla, obteniendo un gran éxito, y puedo asegurar que durante esas proyecciones no se «oía ni respirar» por la atención y emoción que todos sentían. No es para menos. Yo, no siendo mallorquín de nacimiento, pero sí amando a Mallorca, me emociono cada vez que visualizo esas bellas fotografías, llenas de historias que hacen trasladarnos a épocas no muy remotas.

            Pep ha sido noticia estos días por dos sendos reportajes que le han dedicado los periódicos Última Hora y Mallorca Magazín, este último en alemán. Ambos reportajes han sido extensos y descriptivos, destacando la gran labor que Pep realiza mostrándonos una parte de la historia de Mallorca.

Su libro Llogarets de Mallorca ha sido todo un éxito de ventas y le valió ser destacado en la prensa como uno de los libros más vendidos en Palma. Ello le ha motivado a editar una segunda edición ampliada con más fotografías y ha corregido y aumentado los textos para su mejor interpretación. Tanto la primera publicación como esta segunda han sido editadas por la Editorial Granada Club Selección. Aconsejo a quienes no hayan tenido la ocasión de ver y leer el libro de la primera edición que se hagan con un ejemplar de esta segunda edición de LLOGARETS DE MALLORCA. Me lo agradecerán.

Marcelino Arellano Alabarces

Palma de Mallorca