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Entrevista a la escritora y poeta Marisi Moreau

La siguiente entrevista se enmarca dentro de la próxima edición del libro Broche de Oro a una Carrera Artística de Marisi Moreu. En este libro, un homenaje que le rinde el Proyecto Global de Cultura Granada Costa a Marisi, podrán encontrar la siguiente entrevista ampliada, junto a extenso abanico de amigos y escritores que le dedican sus versos y palabras de cariño, así como un vasto reportaje fotográfico de la vida de Marisi Moreau.

La infancia de esta escritora malagueña, Mª Luisa Moreau Tamayo, más conocida como Marisi, transcurrió a medio caballo entre Málaga y una Estación de Ferrocarril en plena Cordillera Penibética, donde  su padre era jefe de estación de la R.E.N.F.E.

Los paisajes bellísimos y su madre, una maestra del hogar, lectora incansable, le hicieron iniciarse en la escritura desde muy joven y como su madre, a amar la poesía. Su apellido francés le viene de su abuelo paterno, Domingo Moreau, que vino de París a dirigir una gran empresa, se enamoró de una gaditana y se quedó hasta su muerte en España.

A los 21 años, Marisi emigró a Alemania, siguió estudiando hasta conseguir cada uno de los siguientes títulos de idiomas: alemán, italiano, francés y griego. Trabajó durante nueve años como intérprete traductora en Eitorf and Sieg, Alemania. Al casarse, vivió en París cinco años e impartió clases de español. Allí nacieron sus dos primeros hijos, Alejandro y Domingo.

Los dos siguientes, Jorge Luis y Desiré, son malagueños. Volvió a España después de catorce años, donde fue gerente de la empresa multinacional “Broter Andalucía”. Tiene publicados cuatro libros: “Los sabios”, “El último tren”, “Huellas” y “De estas vías mis sueños”. Y ahora nos llega su quinta entrega con este maravilloso poemario “Un mar de letras”.

Colaboró en Radio Madrid hasta el término del programa y durante años, en Canal Sur Radio en el programa “Los sabios”, donde recibió “El olivo de plata”, símbolo de Jaén. Posteriormente, colaboró en “Es Radio” en el programa “Es Amor”, de Ayanta Barilli. Escribió en la revista “Utopía de las Artes” y en la revista malagueña “Solera”; en las revistas “Rebalaje” y “Alma Literaria”, de la Asociación Malagueña de Escritores, y en el periódico “Granada Costa Nacional”.

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Marisi recogiendo la Medalla de Oro al Trabajo Cultural del Proyecto de Cultura Granada Costa junto a su marido José González

Su trabajo ha sido recompensado con los premios: primer accésit del concurso Rodríguez Pastor y PTV Televisión, en los años 2007, 2009 y 2011. En el 2013 le fue concedido el prestigioso “Escudo de Plata” por su compromiso y colaboración con la A.M.E.

Obtuvo el tercer premio en el XVI certamen “Poesía de Navidad” en el 2012, en la Asociación Malagueña de Escritores y PTV Televisión. Primer premio XVII certamen de “Poesía de Navidad”, A.M.E. y PTV Televisión.

Diploma al Talento Poético en “Poesía universal”. Primer Premio en el certamen de 2016, Poesía a Málaga, con el poema “El sol es novio de Málaga”, A.M.E., Rodríguez Pastor y PTV Televisión.

Finalista en el 4º certamen de poesía “Pedro Parpal”, de Granada Costa, con el poema “Desamor”. Finalista del 4º certamen de relato corto “Rogelio Garrido Montañana”, con la obra “Amor platónico”. Primer premio en el certamen de “Poesía de amor”, con el título “Déjame que hoy te diga”. Finalista del certamen poético “Ciudad de Molvízar”. “Medalla de Oro” por su colaboración a la cultura, concedida por el periódico Granada Costa, así como los anteriores galardones.

Nos encontramos en Málaga, en casa de la escritora y poeta Marisi Moreau, quien ha tenido la amabilidad de conceder una entrevista al Proyecto Global de Cultura Granada Costa.

P: Buenos días Marisi, comencemos desde el principio si te parece, ¿qué nos puedes contar de tu infancia hasta que realizaste la Primera Comunión?

R: Buenos días, yo nací el 15 de octubre de 1938 en Málaga. Mi padre era jefe de estación de ferrocarril en la Renfe, y cuando yo tenía cuatro años pidió el traslado a la Cordillera Penibética, específicamente a Gobantes, porque le gustaba cazar. Pero nuestra vida siempre transcurrió aquí en Málaga, mientras que en Gobantes teníamos una especie de segunda residencia, y era el lugar donde mi padre cazaba con sus amigos los martes.

P: ¿Tienes algunos recuerdos de tu niñez?

R: Sí que recuerdo algunas cosas, por ejemplo, que yo estaba muy mimada, porque era la más pequeña de todos. Sin embargo, cuando tenía cinco años nació mi hermana Angustias, que, por decirlo de alguna manera, me arrebató la posición de niña mimada. Pero el berrinche no duró mucho, porque la quería con locura, y la sigo queriendo. Recuerdo que le pedía a mi madre que me la sentara en las rodillas, y los abrazos que le daba…

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Marisi (en el centro sentada) en uno de los eventos culturales promovidos por el Proyecto de Cultura Granada Costa

P: ¿A qué edad hiciste la Primera Comunión?

R: A los siete años, fue en el mes de mayo. La verdad es que me lo pasé muy bien, tengo un recuerdo muy bonito, gracias en parte a que lo celebré por lo menos con cuatro de mis amigas de la infancia.

P: A esa edad ya estarías en el colegio.

R: Claro que sí, recuerdo especialmente bien a la maestra doña Ángeles, sin duda la mejor que he tenido, y además era una gran persona. Ella daba clases tanto a los pequeños como a los grandes.

En particular me gustaría hacer hincapié aquí en que fue mi madre quien me inició en la poesía, porque a ella le encantaba. Me acuerdo de que el primer poema que me enseñó fue “el niño y la mariposa”, que es un poema muy tierno. Y ya desde muy niña empecé a leer poesía, que fue mi delirio. Esto, junto a los idiomas.

Hay que tener en cuenta que yo a los 13 años ya empecé a trabajar, ya que quería estudiar, pero mi padre se oponía. Decía que los niños podían estudiar para labrarse el porvenir, mientras que las niñas nos casaríamos y lo único de lo que nos tendríamos que ocupar sería de cuidar del marido, los niños y la casa. Pero yo le respondí que no, que también quería ser capaz de ganarme la vida por mí misma. A esto me contestó: “pues vas a trabajar para ganártelo”, así que me colocó en el economato de la Renfe ayudando a los clientes a elegir los productos. Con el pequeño sueldo que ganaba me puse a estudiar idiomas en la Academia Berlitz. Allí aprendí alemán, francés, italiano y griego, que es el más difícil de los idiomas que hablo. Y fíjate que, aunque a veces me falle la memoria, recordar los idiomas nunca es un problema, todo me viene de inmediato.

P: ¿Gracias a los títulos que obtuviste pudiste conseguir trabajo en algún sitio?

R: Así es. Estuve trabajando en la Renfe hasta casi los 17 años… Aunque en la Academia aprendí bastante, la formación fue demasiado teórica hasta el momento, así que decidí prestar más atención a los idiomas y aprender, esta vez de verdad, los cuatro idiomas que te he dicho.

Cuando cumplí los dieciocho, una gran crisis azotaba España, y para ponerlo peor mi padre se encontraba enfermo, por lo que los ingresos de mi casa disminuyeron mucho. Por lo tanto, tomé la decisión de irme a Alemania a trabajar, y mandar parte de lo que ganara a mi casa, eso sí, con el disgusto de mis padres. Pero hay que tener en cuenta que mis dos hermanos mayores estaban estudiando, y las cuatro niñas estaban en la casa.

Al final, gracias a la Berlitz me hicieron un contrato, pero para trabajar en una fábrica textil, en la que más que nada trabajan mujeres. Tenía hasta una parada de tren, mediante la que llegaba la lana de las Malvinas en su estado natural y salía ya procesado.

Como había estudiado alemán, puede decirse que tuve suerte. Salimos desde Málaga 10 muchachas, que después del viaje llegamos a Colonia. Allí vinieron a vernos representantes de la fábrica, que estaba en Eitorf, un pueblo cerca de allí. Desde un primer momento destaqué por ser la única que hablaba alemán, y cuando fuimos a comisaría para declarar nuestro ingreso al país, hice de intérprete para todas mis compañeras y gracias a eso se les pudo hacer la ficha.

Después de aquello, salimos en un vehículo hacia la fábrica. Cuando estábamos allí el jefe me llamó la atención y me pidió que fuera a su despacho, me sacó una silla y me dijo en alemán: “este va a ser tu trabajo”. A partir de ese día empecé a trabajar como traductora, a la vez que me pagaban las clases en Colonia para aprender más idiomas, con el resultado de que podía traducir del alemán al español, al francés y al griego, y a la inversa, y obviamente mi nivel de alemán mejoró muchísimo. Con la llegada de los turcos, que fue después, también aprendí un poco su idioma.

Así que sí, gracias a los idiomas mejoró mi situación laboral.

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Marisi recitando poesía

P: ¿Cuántos años estuviste trabajando allí?

R: Estuve nueve años trabajando allí, hasta los 27 y hasta el final me trataron divinamente.

P: Cuando te volviste, ¿ya estabas casada?

R: Cuando volví ya estaba casada. La historia es la siguiente: a los 17 años me eché un novio de aquí de Málaga. Él era mecánico y profesor de autoescuela, y no le hizo mucha gracia que yo me fuera, aunque entendió la situación, así que finalmente se cortó la relación sin más percances. Sin embargo, desde que me fui él estuvo buscando la oportunidad de venir a Alemania a trabajar, pero lo que finalmente consiguió fue un contrato en París. Una vez que estaba allí, él viajaba de vez en cuando a Colonia para visitarme, y alguna vez me pidió que le buscara trabajo donde en la fábrica para que no tuviera que viajar tanto. Y yo… No lo hice. En la fábrica yo iba vestida muy preparada con tacón alto, muy elegante… Y me dio vergüenza que a él le dieran el trabajo de mecánico, y estuviera siempre manchado de grasa… Hasta que una de las veces me pidió que nos casáramos, y yo le dije que sí, porque la verdad es que nos queríamos.

En este punto tengo que aclarar que por el trabajo que tenía en Alemania a mí me alojaron en una buena casa con su jardincito. Así que me llevé a mi madre (después de que falleciera mi pobre padre), a mi hermana Conchita, a la pequeña, Angustias, a Manoli… Por lo que estábamos allí muchos de mi familia.

Mi hermana Manoli, una persona bellísima y muy noble, se casó con un alemán, y dio a luz a mi sobrino, que es ingeniero allí en Alemania. Lastimosamente mi hermana y su marido murieron en un accidente de coche cuando mi sobrino tenía 14 años… Y fue Conchita, la mayor de las niñas, la que se fue a cuidarlo.

Volviendo a la pregunta, me casé con 27 años y él tenía 30. Como podrás imaginar, uno de los dos tuvo que dejar el trabajo… y fui yo. Aunque en la fábrica me suplicaron que no me fuera, y eso que dejé en mi lugar a mi hermano Juan, que había aprendido bastante alemán.

P: Así que te fuiste a Francia. ¿Allí trabajabais los dos o sólo tu marido?

R: Yo también, nunca he dejado de trabajar. Allí empecé a dar clases de idiomas en las casas de las personas que necesitaban aprender español. Había una chica que hacía patinaje artístico sobre hielo que me contactó y el compañero en las competiciones también se apuntó a las clases. Gracias a ellos mi clientela aumentó muchísimo. Ganaba más dinero, con diferencia, que en mi anterior trabajo.

P: ¿Cuánto tiempo estuvisteis en París?

R: Estuvimos cinco años en París y para aquel entonces ya había nacido el primero de mis hijos, Alejandro y también el segundo, Domingo. Ya con dos niños pequeños no podía desplazarme a dar clases.

Marisi Moreau

Marisi Moreau junto a Carmen Carrasco

P: ¿Es entonces cuando decidís volver a España?

R: Sí, nos volvimos directamente de París a Peña Rubia, en Málaga, donde la familia de mi marido tenía unas tierras. Allí estuvimos muy poco tiempo, entre otras cosas porque todo lo que tenía mi suegra fue anegado por el Pantano del Chorro, que lo agrandaron. Hasta la iglesia del pueblo la tuvieron que derribar.

Después de eso nos establecimos en Málaga capital, y allí seguí trabajando, esta vez en el economato de la Renfe de nuevo. Esto fue así hasta que nació el tercero de mis hijos, Jorge Luis. Aunque mi familia me ayudaba, yo era consciente de que me tenía que ocupar en mayor medida de mis hijos. Y después llegó la última, Desiré.

P: A partir de aquí, supongo que tuviste una familia como podríamos considerar “normal”. Hasta que llegó el momento en que tu marido falleció.

R: Así es, falleció cuando apenas llegaba a los cincuenta años.

P: Y tuviste que volver a buscar trabajo fuera del que conlleva una casa, que no es poco.

R: Además de que les pagaba los estudios a todos… Entonces entré a trabajar como Gerente de una multinacional que se dedicaba a la maquinaria de confección, de tricotar. Y me cogieron porque hablaba más de un idioma. Allí me pidieron que hiciera un tallaje para todo tipos de edades. Pero yo no sabía, porque nunca me había dedicado a ello. Entonces, mi hermana Conchita, que es modista, me hizo el patronaje. A parte de eso, también tuve que aprender a lidiar con maquinaria electrónica, porque las máquinas con las que trabajaba eran muy modernas.

Estuve allí hasta que perdí la vista. De esto me recuperé tras una intervención del Doctor Barraquer, allí en Barcelona.

No tenía la edad de jubilarme, pero sí que había cotizado los años necesarios. Así, me quedé con pensión alemana y española por mi trabajo, y francesa, por el de mi marido.

P: ¿Y es entonces cuando retomas esa pasión que tu madre te había inculcado de niña?

R: Con toda el alma. En ese momento retomé la poesía y la escritura, y ahora tengo cinco libros publicados. Aquí en Málaga, me metí en la AME, la Asociación Malagueña de Escritores, de la que tengo muchos premios… Y ahí es donde conocí a José.

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Marisi recibiendo un diploma por sus trabajos literarios

P: Por supuesto, os conocéis, os hacéis pareja y escribís vuestro último libro, “el último tren”, título en honor al que iba a ser el último bolo de Lina Morgan, del mismo nombre, aunque finalmente no fue así.

R: Evidentemente, “el último tren” tiene muchas más connotaciones como título, pero sí, Lina Morgan nos cae muy bien y es una especie de referencia. Precisamente Lina Morgan estaba también en la clínica del Doctor Barraquer cuando fui a operarme de la vista. La verdad es que me cayó muy bien, porque era cariñosa, amable, simpática…

En cuanto a José, llevamos diecisiete años siendo pareja, y la que nos unió fue su hija. Antes de eso nos comunicábamos solo por la radio, nos dedicábamos algún poema… Pero todo de oídas.

P: Bien, toda tu trayectoria como escritora surge con la presentación de un libro en la Asociación Malagueña de Escritores, también teníais un programa de radio en Canal Sur de Málaga…

R: Sí, el programa se llamaba “Los Sabios”, al igual que mi primer libro. En él entrevistábamos José y yo a periodistas, escritores, políticos… Y también entraban algunas personas, mujeres en su mayoría, que tenían unas penas como para llorar con sus vivencias.

P: Después de este primer libro, rápidamente llegaron los siguientes.

R: Sí, otros cuatro libros; “De estas vías mis sueños”, “Huellas”, “Mar de Letras” y “El último tren”.

P: Y esta vida nueva en común, dedicada a la cultura, ¿cómo la afrontáis?

R: Con muchísima ilusión y llena de vivencias. Por ejemplo, nos encantaban los circuitos a los que hemos asistidos junto a Granada Costa en el Hotel Helios. Unas experiencias muy enriquecedoras y placenteras.

Interviene José: Como pareja, pues estamos muy unidos, nos queremos mucho. Nos llevamos muy bien y la verdad es que pienso que Marisi es una gran mujer. Yo ahora vivo para ella más porque tiene ciertos problemas de vista, de cadera (se la rompió hace poco). Hemos viajado mucho, hemos estado en muchos países, muchas provincias de España… En fin, disfrutábamos mucho, pero ahora con la pandemia y la cada vez más acuciante edad…

P: Pero sí que habéis sido muy productivos en el plano literario en el último año, ya que habéis escrito varios libros cada uno. Bueno, como introducción biográfica creo que ha estado bien. ¿Hay algo más que queráis añadir?

José y Marisi: Pues la verdad es que tenemos que recalcar lo bien que nos lo hemos pasado con el Proyecto de Cultura Granada Costa con todos los eventos en los que hemos participado. Estamos deseando volver a las andadas y ver al resto de socios y amigos.

Entrevista por Carlos Álvaro Segura

Playa San Cristobal

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0 thoughts on “Entrevista a la escritora y poeta Marisi Moreau

  1. Muy buena entrevista plena de vivencias contadas con sinceridad por una gran persona, poeta y escritora. Enhorabuena, amiga Marisi y Álvaro.

  2. Querida Marisi. Me ha gustado mucho tu entrevista. (El entrevistador magnifico)
    Mi enhorabuena por el libro broche de oro, tu trayectoria lo merece.
    Os deseo a Pepe y ati salud y felicidad. Bssss

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