Encuentro de miradas – A TODA COSTA
Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados
Cuando las diferentes comisiones – mujeres y hombres – entran en la plaza de la Virgen, se produce un momento de intensa emoción, los ojos buscan el rostro de la < La Mare de tots els valencians > y en ese cruce de miradas existe un profundo anhelo de gratitud.
Este esperado evento no solo es un acto hermoso y de gran colorido, que lo es, sino un sentimiento que desde dentro de los corazones del pueblo valenciano brota con inusitado fervor.
Público y comisiones durante todo el recorrido tienen la oportunidad de disfrutar de la música, del arco iris floral en brazos de las falleras y de la elegancia de sus mujeres.
En el desfile, los hombres enfáticos, risueñas las mujeres y marciales los músicos, que no cesan de interpretar pieza tras pieza en todo el itinerario.
¡Ay! Amigos, cuando desde lejos distingues la imagen de la Virgen que poco a poco cubre su manto con los miles de ramos de flores que las Falleras le entregan, la garganta se seca, a la mente acuden infinidad de pensamientos y peticiones a la Virgen de los Desamparados.
Describir este sentimiento – que yo he percibido – quizá no está a mi alcance, solo me atrevo a exteriorizar que una deleitable corriente te invade el alma y una lágrima se reprime en los ojos o no, porque los humanos lloramos.
Hablar de cifras es correr el riesgo de quedarte atrasado de un año a otro, sin embargo como referente daremos una aproximación de lo acontecido en los últimos años, antes de la pandemia.
El público que presencia la ofrenda en su amplio recorrido sobrepasa las 175.000 personas y otro tanto los participantes entre los dos días 17 y 18 de marzo, en que se divide el acto de la ofrenda, estimándose que entre ramos y canastillos se alcanzan más de 80 toneladas de flor.
Esto es parte intrínseca del universo de las fallas, así es la devoción a la Patrona, así es el “pueblo valenciano”.
Francisco Ponce Carrasco
Amigo Francisco, estoy muy de acuerdo contigo, aquí en Granada es con la Virgen de las Angustias y con todos los santos de las procesiones, es un sentimiento tan bonito el que te entra que no se puede disimular y hasta muchas lloramos.
Nunca fui a ver las fallas, espero que me lleven pronto prometido:))
Yo salgo en la OFRENDA todos los años con la Casa Regional de Melilla en Valencia y es uno de los actos de feliz recordación que tengo.