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EN NUESTRA SOCIEDAD SI PASAS DE 70 AÑOS CORRES UN GRAN PELIGRO

            “Es necesario, organizar, engendrar

un orden en el que el pensamiento,

la acción y el sentimiento

se armonicen” (Christian Jacq)

  Las palabras de este titular no son una exageración, forma parte del sentir y pensar de esta época. El Permio Nobel de Medicina 1973, KONRAD LOREN ya nos advertía sobre estas cosas en su libro “Los 8 pecados mortales de la humanidad civilizada”. Decía esto: “Un hecho verdaderamente inquietante es que hoy día la generación joven empieza a enfrentarse sin rodeos con sus mayores tratándolos como si fueran una subespecie exótica. Así lo revela una multitud de síntomas. En materia de usos y costumbres, la juventud intenta, así mismo, distanciarse todo lo posible de la generación progenitora. En nuestra cultura occidental contemporánea, con su masificación, su alejamiento de la Naturaleza, un espíritu competitivo tan codicioso y ciego ante los VALORES, su horripilante empobrecimiento de los sentimientos y su progresivo embrutecimiento es tan ostensible que se olvida con demasiada facilidad del contenido de verdad y profunda sabiduría de nuestra cultura”.

     Esta alarmante advertencia se difundió hace ya 50 años en conferencias, periódicos, revistas y en toda clase de medios de comunicación pero nadie hizo el menor caso y, por tanto, no se han puesto los medios para solucionar o al menos paliar esta gran amenaza. Así no tiene nada de extraño que el mal haya ido en aumento y ahora estemos cerca de alcanzar el punto más álgido. Y si alguien no lo cree que interprete las palabras del gobernador de Texas DAN PATRICK: “Los abuelos deberían sacrificarse y dejarse morir para salvar la economía en bien de sus nietos y no paralizar el país”.

     El Ministro de Finanzas japonés TARO ASO pidió a los ancianos de sus país, extensivo a todos los países, con estas palabras: “que se den prisa en morir” para que de esta manera el Estado no tenga que pagar su atención médica.

En Europa tenemos a la Presidenta del Banco Central Europeo,  CRISTINA LAGARDE que dijo esto: “Los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global. Tenemos que hacer algo y YA”.

¿Qué quiso decir con “hay que hacer algo YA? Para los mayores, los ancianos no hay duda. Otros lo interpretarán de muchas maneras. Seguramente, las opiniones de estos que se han pronunciado es que no piensan en envejecer, o quizás, que ellos están por encima de la masa y no les afecta.

Ésta es la opinión y el sentir de estas personas con cargos relevantes y, por tanto, de gran influencia en la sociedad, que han tenido el atrevimiento de expresar públicamente lo que ven, lo que oyen, han sido la voz de la sociedad de nuestra época.

Ante estos pronunciamientos, ¿no corren peligro los ancianos? Pues claro que sí. Pero de ninguna manera hay que mostrar miedo, eso es innoble para un anciano, pero sí hay que estar en alerta.

Las manifestaciones de estos personajes tienen alcance mundial o como se dice ahora, global; pero centrémonos en España, en nuestra región, en nuestra provincia y en la familia a ver qué ocurre.

         San Pablo en su II epístola a Timoteo anunciaba estas cosas: “han de saber que en los últimos días sobrevendrán tiempos difíciles, porque habrá hombres egoístas, ingratos, desleales y rebeldes a los padres, desnaturalizados”. Estas palabras las dijo hace 2000 años. Ante la situación que estamos viviendo en la actualidad, esos días difíciles ya están aquí.

    En cuanto a los hijos DESNATURALIZADOS de los que habla S. Pablo y también el Premio Nobel de Medicina 1973, en España desde hace unos 40 años, el incremento ha sido enorme. Esto lo saben bien los sanitarios y personal administrativo de los hospitales que ingresan al abuelo o abuela por alguna dolencia real o fingida para quitárselos de encima durante una temporada, y no se les puede dar de alta porque sus familiares no están localizables. Es una táctica muy habitual, especialmente en el verano y  en época de vacaciones. También se puede reclamar información sobre hijos DESNATURALIZADOS a Cáritas, a las parroquias, a las asociaciones benéficas, al voluntariado y, cómo no, a las residencias de mayores. Los que se niegan a abandonar la casa familiar y permanecer solos, es aún más lacerante. En todos estos casos los ancianos enferman, se incapacitan y mueren rápido, no por el número de años o enfermedades graves sino por falta de AFECTOS. 

De la obra del escritor latino, Virgilio, la “Eneida”, que hace años leí por obligación y ahora, de vez en cuando, por placer, el pasaje que más me emocionó y aún sigue emocionándome es aquel que cuenta la salida del héroe ENEAS, de Troya en guerra, llevando a cuestas a su padre, en su regazo los penates (dioses patricios) y de la mano a su hijo; dice así:

“Pronto, dije, padre amado, súbete a mi cuello; en hombros te llevaré, y ligero me será la carga. Suceda lo que suceda, común será el peligro, una misma salvación para ambos. Junto a mí caminará el tierno Iulo; detrás vendrá mi esposa”.

        Como antítesis de la noble acción de Eneas, traigo un caso actual que refleja bien nuestra época de hijos desnaturalizados. Vamos a llamarle Néstor. Hoy tiene 88 años y es muy conocido por sus actividades profesionales, deportivas y culturales. Tiene 2 hijas y un hijo, todos independizados. A su jubilación dejó sus negocios y los repartió entre sus hijos, así como un no pequeño patrimonio de casas, locales, etc. que había acumulado con enorme trabajo y muchas privaciones, sólo se quedó con su pensión y sus ahorrillos. Su esposa murió hace 5 años y desde entonces vive solo en casa. Las comidas las hace en restaurantes, o bien se prepara algo en casa. Pero siempre solo, porque los hijos están “en sus cosas”. En la pandemia que nos afectó pasó tres meses sin salir por prohibición del “sabio gobierno”, después estuvo otros tres meses sin salir a la calle ni tampoco recibir visitas por indicación de sus hijos. Después de seis meses encarcelado en casa su musculatura, sus articulaciones y todo su organismo se vino abajo, una ruina de cuerpo y espíritu. Los hijos nunca tuvieron tiempo para visitarlo y sacarlo a la calle para que conservara su vigor físico y también su espíritu.

     Fui a ver a Néstor hace unos días y lo encontré hecho una piltrafa, sumamente delgado y sin poder moverse solo, ni tan siquiera  dentro de casa si no era cogido del brazo de la joven hispanoamericana que en la actualidad lo atiende. Solamente estuve unos minutos pues ya le faltaban las fuerzas hasta para hablar. ¡Qué pinto yo ya aquí! Me dijo con tristeza y lágrimas contenidas. Estas palabras me las viene repitiendo a menudo pues voy a verlo cada 15 días. Pero esta vez a la frase “qué pinto ya aquí”, añadió: “Estoy preparado para ese trance final y o recibo con una sonrisa”. Se me quedó mirando unos momentos con una sonrisa extraña en los labios y en los ojos. No recuerdo quién dijo que era cosa egregia aprender a morir porque quien aprende a morir asciende por encima de todo poder y de toda injusticia.

      Néstor ha cumplido hace unos días 88 años, mas no ha sido la edad la que ha causado la ruina de su cuerpo y la de su alma. Sin duda alguna la SOLEDAD y el DESAFECTO de sus hijos. En estos días tristes de derrumbamiento, sigue en soledad y sólo van a verlo una vez a la semana y durante unos minutos. No obstante, Néstor nunca se ha quejado del comportamiento de sus hijos, por el contrario, siempre tenía unas palabras de disculpa cuando se le preguntaba por ellos. No se quejaba pero era imposible disimular su dolor porque en su entonación había una mezcla de melancolía y sentimiento. No se queja porque hay dolores que se pueden expresar con palabras o con lágrimas, pero hay otros que sobrepasan con mucho todo medio de expresarlos y el de los hijos DESNATURALIZADOS trasciende toda forma de expresión.

       Como este caso de Néstor hay muchos, sin duda, estamos en la época de los hijos desnaturalizados ya anunciada. Viejo, anciano, parecen palabras despectivas, ahora se les llama mayores o de la tercera edad, pero están postergados, anulados, “no sirven para nada, excepto para estorbar, crear problemas y complicar la vida a los más jóvenes. Los viejos no saben nada, no están al día y no comprenden la vida moderna”.

Todas estas formas de pensar y actuar de los jóvenes es  general y se da en todas las escalas sociales y con independencia de la educación que hayan recibido. Lo expuso muy bien el psicólogo Emerson: “Los hombres se parecen más a sus contemporáneos que a sus progenitores”.

Cuenta Guillermo Díaz-Plaja en uno de sus libros que en un viaje a Oceanía, cómo le impresionó al saber que ciertas tribus al ocupar una isla llevaban en la expedición junto a mujeres, hombres y jóvenes para trabajar y guerreros para defenderse, un grupo de ancianos cuya misión era transportar la sabiduría racial, los relatos de los antepasados, las tradiciones, su folclore, la historia para ir enseñándosela a los jóvenes colonos y a sus hijos. Los ancianos eran una biblioteca viviente; y la muerte de un anciano equivalía al incendio biblioteca. Qué contraste con nuestra actual sociedad que se dice privilegiada y progresista. Si posible fuera los eliminarían sin escrúpulos. Cuántas veces hemos oído esta frase lapidaria al tratarse de un anciano sano o enfermo: “ Debería morirse por su bien, para que no sufra, ya ha vivido bastante”.

      Volviendo al caso de Néstor; ha sido un buen padre, les ha dado una buena educación, cariño, protección, y, finalmente, abundancia económica, ¿Ha recogido los frutos que sembró? No siempre es así. En este caso y en otros muchos podríamos decir con orgullo la frase irónica del actor italiano Victorio Gassman: “El único error de Dios fue no haber dotado al hombre de dos vidas: una para ensayar y otra para actuar”. Néstor es una víctima más de nuestra época, sin corazón, sin sentimientos.

En aquellos momentos de mi visita no sabía qué medios emplear para animarle, me sentía desconcertado, y, se me vino a la memoria aquellas palabras de Séneca: “Dios se halla cerca de ti, está contigo, está dentro de ti”. Y,  sin más me fui.

ROGELIO BUSTOS

0 thoughts on “EN NUESTRA SOCIEDAD SI PASAS DE 70 AÑOS CORRES UN GRAN PELIGRO

  1. Nestor se equivocó, por eso se deberían vivir las dos vidas mencionadas, ´»una para ensayar y otra para vivir». No debió despojarse de todo porque, sin nada que heredar ya no tenía valor alguno. Quien da tanto o todo lo que tiene a los hijos, sufre mas, porque se entrega por completo y no obtiene el reconocimiento esperado en la vejez cuando las fuerzas y la energía se ausentan para dar paso al cansancio y la tristeza del recuerdo de los años compartidos con amor, dedicación y sacrificio.
    Siempre hay excepciones, mi madre murió con 99 años, se quedó viuda a los 75 y estuvo conmigo en Madrid temporadas hasta que ella decidía volver a Cartagena porque decía que no quería, si se moría, estar en tierra extraña. Vivía con mi hermano y mi cuñada que la cuidaban estupendamente y cuando yo iba los meses de verano a la playa se venía conmigo, la bañaba en el Mar Menor todos los días, con el andador, después con la silla de ruedas hasta dos años antes de fallecer que ya tampoco quería ni podía moverse nada más que de la cama al sillón. Murió en casa y atendida, PERO NO SOMOS JÓVENES DE LA GENERACIÓN ACTUAL.

  2. Que tristeza da ver qué la historia de Néstor no es un caso aislado.
    Muy bien relatada la situación que tenemos y lamentablemente vamos a peor.
    Que Dios nos ayude.

  3. Increíble, querido Rogelio. Tenia en mi mente grabado el deseo de replicar “algo” parecido a tu espectacular artículo, desde que, Lagarde y otros personajes famosos por sus millones, se vinieron ocupando de publicar, sin que se les cayera la cara de vergüenza, el problema que ocasionamos los viejos a sus dineros y su deseo declarado de que desaparezcamos cuanto antes del maravilloso planeta Tierra.
    No he tenido tiempo de redactarlo, de lo cual no me arrepiento. Nunca hubiera podido ni sabido, escribir tan fantástica denuncia, de manera tan magistral como tú lo has hecho.
    Muchas gracias amigo y que Dios te siga dando capacidades para sorprendernos con tus conocimientos.
    Felicidades y el abrazo fuerte de siempre.

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