EL PESEBRE. Un lugar perfecto para el cordero de Dios.

Llegadas estas fechas tan entrañables, donde todos celebramos la Navidad con gran conocimiento, amor, pero sobre todo con agradecimiento a lo que simboliza.

Me gustaría contar una curiosidad, que quizás sea conocida por muchos, pero muy poco hablada y sobre todo muy mal representada en todos los “Nacimientos” que vemos en estas entrañables fechas.

            La historia de Jesús de Nazaret es una historia llena de simbología, de referencias, de aprendizaje, de amor, de devoción y de fe. Es por ello que me gustaría hablar sobre algo muy importante que aparece representado en todas las imágenes del nacimiento de Jesús; El pesebre, aunque estemos acostumbrados a verlo representado de madera la verdad es que el pesebre donde posaron al bebé,era de piedra y tiene su significado histórico ya que nada es por causalidad y este es su por qué:

            Belén, la ciudad donde nació Jesús, era famosa por sus corderos inmaculados, ¿Qué es esto de cordero inmaculado? Cuando nacía un cordero perfecto, sin ningún tipo de manchas, por ejemplo, se dejaba para el sacrificio por los pecados.

            Un pesebre de piedra, no es nada cómodo, pero los pesebres de aquella época en Israel estaban hechos de piedra. Que por otro lado los sacerdotes de la época conocían que la piedra era un símbolo de protección, todo perfecto para un ritual religioso.

Así que cogían al cordero inmaculado nada más nacer, lo envolvían firmemente en una suave tela y lo colocaban en el pesebre de piedra, para posteriormente ofrecerlo en sacrificio por todos los pecados cometidos por el pueblo.

¿Que fue si no, lo que hizo Jesús por nosotros? Morir sacrificado por todos nuestros pecados.

            Es por ello que la primera vez que se menciona en la historia los pesebres, es contada por pastores, ya que estos eran también, a parte de los sacerdotes los conocedores de este ritual, porque eran los que ayudaban a traer al mundo a los corderos.

En Lucas 2 leemos: “Esto será señal para ti; encontrarás un bebé envuelto en tela y acostado en un pesebre”

            Por este motivo los pastores acudieron a postrarse ante el salvador, porque eran conocedores de la relación entre la tela y el pesebre, con el sacrificio para el perdón de los pecados. No debemos olvidar por supuesto que se esperaba la llegada del Mesías, la llegada del Salvador.

            El bebé no era solo un recién nacido postrado en un pesebre, era el hijo de Dios, envuelto en una fina tela, protegido por piedra, inmaculado, sin pecados y Santo. Era el cordero perfecto para ser sacrificado por todos nosotros.

            La sangre del cordero inmaculado es la que limpia de todo pecado. Esto se ve representado en casi todas las religiones que han pasado o perduran en nuestra historia.

Además, lo repetimos constantemente cada vez que asistimos a la Iglesia para oír misa o en nuestra intimidad hablamos con Dios. Por aquello de:

“Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros”

Ana Calvo