EL MUNDO, LA SOCIEDAD Y LA FAMILIA

people standing in front of wood pile

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Echemos una mirada sobre el mundo, sobre la sociedad y la familia.  Todo está organizado en función de la naturaleza humana, lo que significa en realidad en función de la naturaleza animal, de las tendencias, de los deseos y de los instintos aún prehistóricos, primitivos y salvajes. Todas las reglas, las medidas, las normas; todos los criterios de la sociedad, toda la educación, están concebidos en función de esta mentalidad cada vez más extendida: arrimar el ascua a su sardina, acaparar, sacar provecho.

Todo marcha en esta dirección, por eso hay tantas disputas, rivalidades rupturas, guerras, hambre, miseria, violencia y destrucción a causa de esta tendencia. 

¿Cómo queréis que las cosas vayan bien en estas condiciones?

En ninguna otra época se han desarrollado tanto como hoy la tecnología. En el pasado no había nada o casi nada, en cambio hoy se puede encontrar de todo, y es hoy precisamente, cuando los hombres se sienten más desgraciados, más vacíos y más desequilibrados. Todas las técnicas, todos los inventos están ahí para satisfacer a la humanidad, a la que cebamos tanto que acaba por vomitar. ¿Por qué la inteligencia humana no puede comprender que existen otras necesidades prioritarias para el hombre?

Mientras continúen trabajando únicamente para satisfacer sus necesidades ordinarias, que todos conocemos y tenemos, nunca obtendrán los bienes que desean y no alcanzan: la paz, el amor, la felicidad y la igualdad de derechos humanos. Nunca estamos satisfechos, seamos ricos o pobres.

El homo es educado en este mundo según los criterios, las nociones y las tradiciones del vulgo. Es lo que hace todo el mundo y no conciben otro ideal que el de imitar a sus padres, vecinos y a su prójimo, sin ir a buscar más allá. Todos siguen, pues, a la naturaleza ordinara de un ser que está siempre deseoso de vivir su vida independientemente, de obrar a su antojo de satisfacer todos sus caprichos a expensas de los demás. No respetan las leyes y, con el pretexto de ser libres, empujan a otros a romper con todo.

Pero mi análisis no se para ahí, el mundo necesita almas buenas y  grandes de gente sencilla; hombres que luchen por el bienestar de todos y por todos, si mirar raza, pueblos o lenguas. Esto es amor a los demás y a nosotros mismos.

He dicho.

Antonio Medina Olivares

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