EL GRAN CAPITÁN (1ª Parte)
Gonzalo Lozano Curado
D. Gonzalo Fernández de Córdoba y Enríquez de Aguilar, nacido en Montilla el 1 de septiembre de 1453 y fallecido en Granada el 2 de diciembre de 1515.
Fue mayormente conocido como el Gran Capitán, era un noble caballero y gran militar castellano que pronto alcanzó el rango de Capitán General de los ejércitos de Castilla y Aragón por sus batallas durante la guerra de Granada (1482-1492) y especialmente por la primera guerra Italiana (1494-1498), además de la guerra de Nápoles (1501-1504), cuyos sorprendentes méritos lo convirtieron en el Virrey de Nápoles entre los años 1504 y 1507. Además, lo nombraron Duque de Santángelo, Terranova, Andría, Montalbo y Sessa. Finalmente pudo regresar a Castilla y en sus últimos días ocupó la alcaldía de Loja, trasladándose a Granada unos meses antes de su fallecimiento.
TRAYECTORIA DE EL GRAN CAPITÁN
Permaneció de servicio a la corona de sus majestades, entre los años 1464 y el
1504. Conocido en todo el ámbito castrense incluso fuera de él… Con el sobrenombre de El Gran Capitán. Un hombre que demostró siempre su máxima lealtad a la Corona de Castilla y Corona de Aragón.
Desarrolló su carrera militar en Los Tercios Españoles, alcanzando diversas condecoraciones por su valía y gran estratega en los conflictos armados al servicio de la patria: Sirva estos como representación de los mismos:
- Ducado de Santángelo
- Ducado de terranova
- Ducado de Andría
- Ducado de Montalto
- Ducado de Sessa
- Rosa de oro
Asumió los cargos de: Capitán General de los Reales Ejércitos de Castilla y Aragón, Capitán General de la Compañía expedicionaria al Nápoles en 1494 y Lugarteniente general de Apulia y Calabria en 1501.
Participando en los complicados conflictos de la: Guerra de Sucesión Castellana, en la de Albuera en 1479, en la Guerra de Granada, en la Batalla de Tajara, Batalla de Íllora, en la Conquista de Montefrío, Conquista de Loja, en la 1ª Guerra de Italia, en Seminara 1495, Atella 1496, Ostia 1497, 3ª Guerra Turco-Veneciana, Cefalonia 1500, 2ª Guerra de Italia, y Ruvo, Ceriñola, Garellano, en 1503.
No pasó mucho tiempo en el que lo declararían Gran servidor de su país, lo que le permitió salir airoso y conseguir una gran posición dentro de la corte, al serle concedido el Estatus Legal de Excelentísimo Duque.
A Dº. Gonzalo, le dio a luz su madre el 1 de septiembre del año de Nuestro Señor de 1453, en Montilla provincia de Córdoba, bandera de la Corona de Castilla.
Su triste fallecimiento ocurrió el 2 de diciembre del año de Nuestro Señor de 1515, a la edad de 62 años en Granada, bandera de la Corona de Castilla.
El fatal desenlace se debió a que el Gran Capitán contrajo la malaria.
Una de sus grandes ocupaciones fue la de Virrey de Nápoles, entre los años 1504 al 1507. Se desposó en dos ocasiones y de ambas le nacieron dos hijas:
Beatriz y Elvira Fernández de Córdoba y Figueroa, influenciadas en bien por su padre, su pérdida les dejó hondo pesar del que tardaron en sobreponerse.
El cortejo fúnebre de gran pompa y beatísimo con los restos mortales del Gran Capitán, se paseó por gran parte de la capital donde la población pudo presentar sus respetos al gran militar. Después se trasladaron hasta el Real Monasterio de San Jerónimo (Granada), donde dieron cristiana sepultura a Dº. Gonzalo Fernández de Córdoba.
Fue nombrado, Caballero y Comendador de la Orden de Santiago y en su honor, el Tercio de la Legión Española acuartelado en Melilla, lleva su nombre.
La juventud de Dº. Gonzalo:
Capitán Castellano que vino al mundo en el castillo de Montilla, a la sazón, perteneciente al Señorío de Aguilar y al servicio de los Reyes Católicos.
Era pariente de Fernando el Católico y miembro de la Gran Nobleza Andaluza.
Perteneciente a la Casa de Aguilar, fue hijo segundo del Gran Noble caballero Español Dº. Pedro Fernández de Aguilar, V Señor de Aguilar de la Frontera y de Priego de Córdoba, que falleció siendo muy mozo, y de Dña. Elvira de Herrera y Enríquez, a la sazón, prima de Dña. Juana Enríquez, Reina Consorte del Reino de Aragón, ya que esta era hija de Dº. Pedro Núñez de Herrera, señor de Pedraza y de Dña. Blanca Enríquez de Mendoza, que fue hija del Almirante Dº. Alfonso Enríquez (Hijo de Dº. Fadrique Alfonso de Castilla) y de Dña. Juana de Mendoza, apodada ´´La Ricahembra´´.
Dº. Gonzalo y su hermano mayor, Dº. Alfonso Fernández de Córdoba, se criaron en Córdoba Capital al cuidado del siempre prudente y discretísimo Caballero, Dº. Pedro de Cárcamo.
Siendo aún niño Dº. Gonzalo, fue incorporado como paje al servicio de Su Alteza el Príncipe Dº. Alfonso de Castilla, hermano de la que más tarde sería, Reina Isabel I de Castilla, y a la muerte de este, el Gran Capitán pasó al séquito de la Princesa Isabel.
La hermana de ambos, conocida con el nombre de Dña. Leonor de Arellano y Fernández de Córdoba, se desposaría con Dº. Martín Fernández de Córdoba, Alcaide de los Donceles.
En la Guerra de Granada, fiel a la causa Isabelina, iniciaría Dº. Gonzalo su periplo militar que correspondía al de un segundón de la nobleza, en la Guerra de Sucesión Castellana.
En el conflicto bélico de Albuera en 1479 contra los Portugueses, ya aparece su nombre, distinguido entre los más sobresalientes militares, en las filas del Gran Maestre de la Orden de Santiago, Dº. Alonso de Cárdenas.
En este periplo, fue designado Voz y Voto Mayor del Cabildo de Córdoba y contraería matrimonio con su prima Dña. Isabel de Montemayor, hija del Señor del Carpio, la cual fallecería muy pronto, coincidiendo con su primer alumbramiento.
Como presente de boda, su hermano le regaló la Alcaldía de Santaella, y allí sería donde caería prisionero de su propio primo y a la vez enemigo, Dº. Diego Fernández de Córdoba y Montemayor, a la sazón I Conde de Cabra, quien lo tuvo encerrado en el propio Castillo de Cabra, hasta que fue liberado en 1476 por intersección de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando.
Pero en fin, sigamos…
Fue en la muy larga y dificilísima Guerra de Granada, donde Dº. Gonzalo Fernández de Córdoba destacaría como soldado en el sitio de Tajara, enclave que también se conocía como el Castillo de Tajarja o la Torre de Tajara, situada la misma en el actual Pago de las Torres de Huétor-Tájar, Granada.
Aquí demostró grandes dotes de mando, así como un gran ingenio muy práctico, al idear un artefacto de asedio hecho con puertas de las casas, para proteger el avance de sus tropas.
Pero las acciones que más le distinguieron, fueron aquellas realizadas en la conquista de Íllora, Montefrío, donde capitaneando el cuerpo de asalto, fue el primero en subir a la muralla a vista del enemigo y en la Ciudad de Loja, haría prisionero al mismísimo Monarca Nazarí Boabdil, el cual se entregó bajo la petición de que se tuviera piedad para con los vencidos y moradores.
Boabdil, acompañado por Dº. Gonzalo Fernández de Córdoba, a quien más tarde terminaría considerándolo su amigo, se presentó ante el Rey Fernando arrojándose a sus pies como acto de sumisión.
En 1486, Dº. Gonzalo fue nombrado por el Rey Fernando, Alcaide de Íllora, con la estratégica misión de fomentar las disensiones entre Boabdil, el cual tenía el apoyo de los Abencerrajes y el Zagal.
Sería durante este tiempo, que contraería segundas nupcias en el Palacio de Portocarrero, en Palma del Río, con Dña. María Manrique de Lara y Espinosa, Dama de la Reina Isabel y perteneciente al Linaje de los Duques de Nájera, con quien tendría dos hijas: Dña. Beatriz y Dña. Elvira Fernández de Córdoba, siendo esta última su heredera.
Su brillantísima carrera estuvo a punto de finalizar por un rifi-rafe nocturno a las puertas de Granada, justo antes de la conclusión de la guerra; porque al caer su caballo en medio de esa refriega, hubiese muerto de no ser por su leal servidor a la familia que, montándole en su caballo, dio la vida por la de su señor.
Fue buen espía y buen negociador, haciéndose responsable de las últimas negociaciones con el dirigente nazarí Boabdil, para la sumisión de la ciudad a principios de 1492. Aunque entablaron una gran amistad e incluso acompañó al monarca a su exilio en Fez en 1494.
Por todo ello, por sus destacados servicios, El Gran Capitán recibió una Encomienda de la Orden de Santiago, El Señorío de Órgiva, y algunas rentas de la producción de la seda Granadina, lo que influyó en el engrandecimiento de su fortuna.
En 1494 y fallecido el Rey Dº. Fernando I de Nápoles, hijo de Dº. Alfonso V de Aragón, es proclamado Rey su hijo Dº. Alfonso II de Nápoles.
El Rey Carlos VIII de Francia decide que, para reconquistar los Santos lugares (Objetivo principal de varios Reyes coetáneos), debía conquistar primero los territorios de Italia. Para cubrirse las espaldas, firmó con el Rey Fernando un tratado secreto, que, en algunas cláusulas difundidas, se veía que era una alianza contra los turcos, pero, en secreto, fue más bien una alianza de amistad.
Es decir, España no se interpondría en las guerras de Francia, salvo en las dirigidas contra el Papa, lo mismo que haría Francia.
Pero cuando el Rey Fernando descubre las intenciones de Carlos VIII, este actuó hábilmente, considerando a Nápoles un territorio infeudado al Papa y por lo tanto, de su propia incumbencia.
Fernando II de Aragón, inició una gran ofensiva diplomática en ayuda de su pariente, consiguiendo la aprobación del Papa de Roma, de Florencia y la neutralidad de Venecia.
En 1495, se reune a todos los puertos del Cantábrico y de la costa gallega para que aporten naos que deberán concentrarse en Cartagena y Alicante, para ponerse a las órdenes de Dº. Galcerán de Requesens y Joan de Soler, Conde de Trivento y su General de las galeras de Sicilia.
Se logra reunir, sesenta Naos y veinte leños en los que logran embarcar seis mil soldados de a pie y setecientos jinetes.
El Gran Capitán se pone al frente de la expedición y se hacen a la mar con bastante mal tiempo, por lo que el convoy se divide en dos.
El grupo que se adelanta, el de Requesens, logra hacer puerto en Sicilia donde esperaría en Mesina al contingente de las tropas, las cuales llegarían a puerto el 24 de mayo, donde serían recibidos al completo por la Familia Real Napolitana.
El Gran Capitán, trasladó toda la flota a Calabria, logrando entrar en el Reino de Nápoles donde ocupó el Regio de Calabria y los pueblos circundantes.
Su gran estreno del todo exitoso, por cierto, como “Príncipe de su Militiae” sería en la batalla de Albuela, en febrero de 1479, frente a los portugueses, donde, junto a otros jóvenes caballeros y donceles, Dº Gonzalo, recién llegado al mando de la Caballería, pudo demostrar toda su valía gracias a lo que había aprendido al respecto. Tan sólo unas semanas antes de que falleciera Juan II, este hizo Rey de Aragón a Fernando y cuyo alrededor, sus hombres de más confianza, los Caballeros de su propia casa, sus amigos, sus primos Enríquez, entre los que se encontraba Gonzalo, apuntaban ya, los objetivos políticos de una Monarquía unitaria en Castilla y Aragón.