El flamenco pierde a uno de los grandes, Alfredo Arrebola

Alfredo Arrebola Sánchez, granadino del pueblo de Villanueva de Mesía, destacó en el flamenco en todas sus vertientes. Fue cantaor de los grandes, historiador y conocedor al cien por cien de todas las facetas del flamenco en el más amplio sentido de la palabra: el cante, el baile, la guitarra y todos los palos que lo componen.

Fue licenciado en Filosofía y Letras, Doctor en Filología clásica y licenciado en Ciencias Religiosas, Director del Aula de Flamencología de la Universidad de Málaga, escritor en diversos medios de comunicación y colaborador durante dos décadas de nuestro periódico Granada Costa.

Dentro del Proyecto Global de Cultura Granada Costa, destacamos las 24 horas ininterrumpidas de flamenco organizadas, que sirvieron para homenajear a su persona y su aportación al flamenco. En el año 2015 se le concedió la Medalla de Oro al Trabajo Cultural Granada Costa y en el 2017 se le concedió nuestro máximo galardón, el Premio Humanidades Mundo del Flamenco.

La Editorial Granada Club Selección le editó los libros “El flamenco en la obra poética de García Lorca”, “Forjadores del Arte Flamenco”, en otros discos y libros. Destacamos, del primero de los mencionados, el prólogo que le escribió el escritor y poeta, Juan de Loxa:

ARREBOLA AL VUELO Y REVUELO DE LA SABIDURÍA DEL CANTE

No es frecuente, desde aquella simbiosis entre el cantaor Antonio Mairena y el poeta Ricardo Molina que dio a luz «Mundo y formas del cante flamenco», el caso de un artista de un género tan necesitado de celo como el jondo, capaz de proyectar, como único protagonista, el conocimiento teórico del que es generoso divulgador y la práctica en diversos escenarios: teatros, peñas, aulas universitarias, semanas culturales, escuelas e iglesias.

Embajador de una de las páginas más luminosas de nuestra cultura, Alfredo Arrebola, ha participado en importantes eventos, congresos internacionales, etc. donde el catedrático granadino, (que se dio a conocer precisamente en un concurso de jóvenes universitarios, en la Facultad de Filosofía y Letras, a mediados de los años sesenta, donde tuve el placer de aplaudirle al ser el ganador con el primer premio…) derrama toda su sabiduría con el método de un científico y el arte difícil de controlar de quien se sabe poseedor de las esencias de «los grandes maestros» de quienes bebió fervorosamente y, al mismo tiempo, aportando con valentía esos hallazgos que tan sólo los vulnerados por tan especial sensibilidad encuentran en su recorrido apasionado y la garganta y el corazón echan al vuelo.

Es así que podemos considerar a este cantaor como un caso único; existiendo extraordinarios estudiosos del flamenco cuyas bibliografías avalan entusiasmo y entrega, Arrebola consigue duplicarse configurando, con el tocaor, una trinidad que convierte cada una de sus actuaciones en un ágora, donde el conocimiento navega y va a desembocar a los labios, mientras las manos se abren, cierran, acarician o golpean el pecho. O, alguna vez que fui notario, quisieron alcanzar la luna del cielo de Víznar a Garcia Lorca.

Si a principios de 1970, emergía de su talento y audacia el difícil «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías», ha sido, más que nadie (sin subestimar ejemplos admirables de Menese, Valderrama o Manuel Mairena o el inolvidable Pepe Albaicín), el máximo cantaor de la GENERACIÓN DEL 27, hasta llegar a los poetas contemporáneos, que el Maestro ha trabajado, en diversos palos, de manera cabal y generosa. Con esta colección de ensayos, Alfredo Arrebola nos ofrece una lección magistral de lo que es el respeto que debe el cantaor a su propia historia y de igual manera, al público, ya sea aquel que desde tiempo supo dialogar con el misterio o ese recién llegado que ansía acercarse al lenguaje cantaor-guitarra dentro del crepitar ecuménico de los sentimientos.

En el día de hoy, 23 de junio de 2022, nos abandona una de las figuras más influyentes del flamenco en los últimos años, alguien que exploró el sentimiento a conciencia y la relación de este arte con Granada y sus poetas como nadie jamás lo había hecho. Desde el Proyecto Global de Cultura Granada Costa pedimos una sentida oración por la pérdida tan grande que sufre hoy la humanidad y la cultura.

Carlos Álvaro Segura Venegas

Vicepresidente del Proyecto Global de Cultura Granada Costa