El día de la bandera andaluza y la igualdad, y la libertad por la autonomía

En un principio, mi artículo está en consonancia con la importancia de la igualdad, porque tan relevante es la autonomía de una Comunidad Autónoma como cualquier otra. Y si después de casi 47 años, se recupera el acto de la efeméride que reivindicaba el símbolo de la autonomía para los andaluces, no es menos significativo que ante los privilegios que se le están otorgando a Cataluña y al País Vasco, no lo sean en detrimento de las atribuciones al resto de Comunidades. Porque de lo que se trata es de que todos los españoles seamos considerados iguales ante las leyes y competencias transferidas. Ya sabemos que Cicerón decía que la lengua era la compañera del imperio pero actualizando y adaptándolo al contexto actual, la lengua debe ir acompañada de la cultura, que a su vez debe de acompañarse de principios que éticamente regulen el compromiso y la solidaridad entre los que convivimos en un mismo territorio o país. Por eso no hay que discriminar políticamente para beneficiar a unos más que a otros porque si no puede originar prebendas y nepotismo respecto a unos representados y representantes sobre otros. Y para que entandamos que la derecha o la izquierda es una dirección u otra que no está reñida con la autonomía diatópica porque cada población tiene o debe defender sus señas de identidad, independientemente del sesgo político. Así pues si el PP de Juanma Moreno reivindica que el acto del día 4 de diciembre debe ser símbolo de Igualdad, debe ser para igualarnos con el resto de los españoles, y exigir la misma igualdad de trato porque todos tenemos derecho a ser españoles andaluces, extremeños, asturianos, catalanes, murcianos y demás como residentes de primera. Todos tenemos unas características o idiosincrasia que nos distingue de los demás. Por tanto tener nuestro homenaje al día de la bandera como también en la misma línea que la reivindicación de la familia a García Caparrós, por ser considerado como mártir de la lucha autonomista tiene la misma cabida si representa la lucha por la libertad. Porque lo que debe suponer además es recuperar el espíritu de defensa de lo nuestro propiamente andaluz, y la paz. Para que no caiga en olvido su legado y no politizar si no queremos que caiga en saco roto si no asumimos todos los andaluces la misma versión de lo que supuso el espíritu reivindicativo andaluz. En definitiva, las efemérides son una forma de hacer memoria. Para conmemorar y para entender los lazos entre el pasado y el presente. Para pedir que el café y el tren fuera igual para todos y, porque Andalucía no quería ser más ni menos que otros. Comenzaba de esta manera un período marcado por la esperanza de que el nuevo poder político andaluz fuera alternativa y solución a la crítica situación socioeconómica por la que atravesaba la ya Comunidad Autónoma de Andalucía. No obstante, el camino sigue siendo largo y tortuoso porque hoy continúa sin resolverse una articulación sólida y de igualdad territorial del Estado que tenga en cuenta a todos los espacios en convivencia por igual. Se trata de humanizar las señas de identidad para que llegue y llene el espacio de convivencia que tenemos que asumir sin colores políticos que nos lleve a adoctrinamientos de un lado u otro cuando es más sencillo ir todos a una identidad única…Juzguen ustedes
Francisco Velasco Rey