El desfile, WORLDPRIDE ha demostrado por primera vez un acercamiento de las posiciones políticas, no ocurrido desde el tránsito a la democracia.
El desfile, WORLDPRIDE que es el Orgullo Mundial, fundado en el año 2000, sobre la libertad de género y orientación sexual celebrado en Madrid a finales de junio de 2017, ha demostrado por primera vez un acercamiento de las posiciones políticas, no ocurrido desde el tránsito a la democracia.
La manifestación del Orgullo Gay para reivindicar los derechos del colectivo LGTBI se ha expresado con un aire festivo y reivindicativo y se ha cerrado con la presencia de entre uno y dos millones de participantes, y un despliegue de 3.500 agentes de policía y servicios de emergencia y sanitarios que han estado a la altura de este colosal evento. Para exigir que los transexuales y cualquier opción de género o sexual dejen de ser considerados personas enfermas, dentro del respeto a la libertad elegida. Han desfilado para el mundo entero 52 carrozas desde el pasado 23 de junio hasta el 2 de julio, fecha que va a ceder el testigo de la próxima edición a Nueva York. Respecto al género, normalmente se ha confundido con el sexo biológico y con las características físicas de cada individuo, como los genitales, pero no tiene relación. Nos reivindica que cada uno no se define por cómo nace, sino por cómo se siente. Y en cuanto a la orientación sexual: la atracción emocional o física por otras personas se define según su clasificación por sexo y que todos deben poder vivir en libertad. Lo que todos debemos sentir sobre nuestra manera de ser. Es el sentimiento de afirmación de una persona sobre su orientación sexual o género, o de la comunidad a la que pertenece. Es una festividad, reivindicativa a nivel mundial que se celebra con el compromiso de defender la igualdad, la dignidad y la libertad que compartido y difundido en las redes sociales se ha convertido en el mejor ejemplo, para romper las barreras del espacio y el tiempo.
Haciendo un repaso etimológico, diremos que LGBT es la sigla compuesta por las iniciales de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales. En sentido estricto agrupa a las personas con las orientaciones sexuales e identidades de género relativas a esas cuatro palabras, así como las comunidades formadas por ellas. La expresión tuvo su origen en la lengua inglesa en los años noventa. Incluye a diversas comunidades discriminadas por su sexualidad. El término conjunto LGBT no genera un consenso entre todos. Por ejemplo, algunos argumentan que los problemas y objetivos de las personas transexuales y travestis no son las mismos que los de los homosexuales, las lesbianas y las personas bisexuales. Este argumento se centra en la idea de que las personas “transgénero” y la transexualidad tienen que ver con la identidad de género o con el hecho de sentirse hombre o mujer, no con la orientación sexual. En cambio, los temas de estos colectivos son percibidos como un asunto de orientación sexual o de atracción, no de identidad. Otros niegan la existencia o el derecho a la igualdad de las orientaciones y de la transexualidad.
Los prejuicios o etiquetas han dado muchas connotaciones negativas para las personas diferentes, como un insulto y una provocación. El término no ha sido adoptado por todos, al entender algunos que es demasiado políticamente correcto; sin embargo en nuestro país ha logrado unir por primera vez a los partidos más representativos, que es lo importante como si de un verdadero pacto se tratase; ojo vayan tomando nota y sirva como ejemplo para trasladarlo a otros asuntos que son preocupantes y no menos discriminatorios; véase la precariedad laboral, la educación o enseñanza del no esfuerzo, una sanidad no claramente universal que excluye a gente que ni siquiera puede pagarse los medicamentos o la Ley de dependencia… a no ser que lamentablemente sea por criterios materialistas o económicos. Con un slogam de “Madrid por Amor” que sería un intento de empatizar tan importante como el de solidarizarse con los más desvalidos, grupos desfavorecidos de personas, que suponen también una preocupación y prioridad, que debería de los principales grupos políticos recibir igual consideración.
Algunos no suscriben o aprueban la campaña política y socialmente solidaria de derechos humanos, y la visibilidad que normalmente va con ella. Creen que agruparse por orientaciones no heterosexuales perpetua el mito de que ser gay/lesbiana/bisexual o transexual hace a una persona deficientemente distinta de otras personas. Asimismo supone que se apoya la liberación y la visibilidad del colectivo en la sociedad, incluyendo el derecho a vivir la vida que uno quiera de un modo distinto al de la mayoría, como en la canción: “a quién le importa lo que yo diga, a quién le importa lo que yo haga…”
Francisco Velasco Rey