DIARIO DE UN POETA EL DÍA QUE CONOCÍ AL POETA DIEGO SABIOTE

Qué duda cabe y, nadie lo puede poner en dudas, que el poeta y profesor emérito de la Universidad Balear, Don Diego Sabiote, es un poeta de gran espectro, con una poesía muy personal y llenas de reflejos luminosos. Poesía reflexiva y sensitiva llena de mensajes que llegan directamente al alma. Aunque para algunos pudiera parecer una poesía sencilla y fácil de escribir, nada de eso, es una poesía muy elaborada, ya que dentro de su línea poética no varia nunca el concepto de su mensaje, aunque, por otro lado, es siempre una poesía nueva, incluso novedosa, porque, aunque parezca que se parecen entre sí, no es verdad. La poesía de Diego, entra dentro de la espiritualidad, del mensaje sutil, no es leer solamente su poesía, sino que hay que reflexionar al leerla, hay que saber entrar dentro del poema y desde adentro analizar verdaderamente que es lo que quiere decir. Es la verdad del pensamiento espiritual y filosófico de un hombre que es poeta y que pertenece a la escuela de los grandes poetas que en su poesía -o con su poesía- se acercaron a Dios.

              La poesía de Diego Sabiote, trasciende incluso en su propio mensaje que quiere trasmitir, que quiere hacer llegar y pienso que, su poesía es como el canto mañanero de los pájaros en la primavera. Su poesía podríamos emparejarla con la poesía religiosa, porque toda ella es una reflexión en una comunión con la naturaleza. La poesía de Diego no nos deja indiferente, y es una equivocación leer su poesía rápido, hay que leerla despacio, saboreando cada letra, cada matiz, cada sugerencia y si así se hace, nos llegará al corazón y nos sorprenderá, nos acercará más a Dios. Que, al fin y al cabo, es la arquitectura espiritual que emana de la poesía de Diego. Su gran capacidad de hacer que, en poemas de solamente tres versos, puede encerrar todo un universo de espiritualidad, de ingenio de sabiduría de ir construyendo un camino que llega hasta el corazón de sus lectores. Lamento no tener la capacidad suficiente para poder hacer un análisis más profundo de la poesía de Diego, que como pétalos de flores espirituales esparce a los cuatro vientos como un mensaje de: amor, concordia y de bondad.

            Conocí a Diego Sabiote hace ya muchos años, concretamente lo conocí en un acto cultural organizado por la actriz, poeta y rapsoda doña Catalina Valls, señora de gran cultura y persona emblemática en Palma -de la que escribiré en otra ocasión-. A partir de ese momento hemos coincidido en múltiples actos culturales y lúdicos. La última vez que participamos en un acto cultural fue en la presentación de un libro de la poeta y escritora María José Alemán, que presentamos juntos con el director de cultura de la UOM. También tuve el honor de que presentara mi Antología poética en el salón de actos de la Universidad y, en donde hizo de moderador el director de cultura de la UOM. Dándonos una lección magistral como solamente él sabe hacerlo. Hemos participado juntos en recitales de poesía, algunos de ellos, organizados por el poeta Esteban Pisón.

Diego Sabiote recibiendo el Premio Humanidades del Proyecto de Cultura Granada Costa

            Diego es un hombre amable, buena gente, compresivo y de una profunda religiosidad. No en balde suele pasar temporadas en algunos Monasterio repartidos por la geografía española: Monserrat, Poblet, etc. yo personalmente le estoy muy agradecido por haber corregido algunos de mis poemas.

A Don Diego lo tengo como muy buen amigo, al que admiro mucho, ya que, desde la semiesclavitud en las canteras de mármol de su pueblo natal Macael (Almería), supo como el ave Fénix, remontarse sobre la adversidad y el polvo de las canteras, volar a cotas -pienso-, no soñadas por él. Diego permaneció desde los 10 a los 19 años, desempeñando un trabajo durísimo, que le mantuvo enganchado al yugo de un trabajo no acorde con su edad ni con su sentir. Sus ojos no divisaban más allá de las paredes de mármol y las cercanas lomas de los alrededores. Pero en su alma de niño germinaba la semilla por las cosas bellas y en su corazón sentía el anhelo irrefrenable de superarse a sí mismo, a pesar de las circunstancias adversa que suponía la falta de recursos económicos de la posguerra.

Es un hombre genuinamente Andaluz por todos los costados, a la que quiere y siente. Todos los amigos y admiradores de Diego Sabiote debemos agradecer al Ayuntamiento de Vícar (Almería) y a sus distinguidas autoridades que hayan puesto el nombre de nuestro Poeta y Profesor a una de sus calles. Aprovecho para hacer un llamamiento a las autoridades de Macael que, igual que ha hecho Vícar, ponga el nombre del Ilustre Profesor a una de sus calles y sea nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad. Diego Sabiote es un embajador permanente que lleva el nombre de Macael en particular y el de Almería en general por todas partes.

No se concibe que no sea homenajeado en el pueblo donde nació y lo sea en localidades limítrofes. Pienso que las dignísimas autoridades de Macael, deberían reflexionar en esta cuestión y rotular una de sus vías con el nombre del poeta y profesor mencionado.

Diego es Doctor en Filosofía por la Universidad Civil y la Universidad Pontificia de Salamanca. Licenciado en Teología. Reside en Mallorca. Está casado con la profesora María Ignacia Mercadal, tiene dos hijas y cinco nietos. Nuestra común amiga la poeta Pilar Quiroza-Cheyrouse dijo de Diego: <<Lleno de reflexiones filosóficas y de estética de su contagiosa capacidad de entusiasmo y asombro ante el milagro de lo cotidiano, de su inquebrantable búsqueda del equilibrio y sencillez que emana de la propia naturaleza, de la verdadera dimensión espiritual del poeta>>.

            No quiero extenderme más, cualquier cosa que pueda decir de Diego, quizás podría ser repetitivo. Y motivado por mi admiración hacia él. Solamente lamento no poder estar a la altura que él se merece al escribir esta semblanza.

Marcelino Arellano Alabarces