DIARIO DE UN POETA EL DÍA QUE CONOCÍ AL BARÍTONO FRANCISCO BOSCH

Aunque tenía conocimiento de la existencia del barítono Francisco Bosch a través de otras personas, que me hablaron de él, no lo conocí, personalmente, hasta el mes de junio de 1974. Fue en una fiesta, que había organizado la poeta María Gayá en su casa, ubicada, cerca de la calle Bosque, en el Terreno y cerca de donde vivió, durante años, el escritor Camilo José Cela. Esa noche resultó ser mágica, porque María Gayá había reunido a una selecta y variada concurrencia de destacados hombres y mujeres del mundo de la poesía, de la música y otros. Había tenores, barítonos, sopranos, mezzo sopranos, políticos y un humilde servidor. Me había invitado la anfitriona, o anfitrionas, pues creo que la fiesta que, por cierto, se llamaba las cuatro estaciones, fue organizada por ambas hermanas María y Catalina.

            Conocía a muchos de los presentes, pero no conocí, hasta esa tarde-noche, a Francisco Bosch. Me lo presentó una inolvidable amiga, ya fallecida (en accidente de coche) Maruja Durán. Esa noche escuché por vez primera cantar a Francisco Bosch. Ya era mayor, pero cantó extraordinariamente. Me gustó mucho. Recuerdo que cantó varias piezas de zarzuela entre ellas la romanza La del manojo de rosas. Le acompañó al piano el maestro, pianista y compositor, Andreu Bennásar (del que hablaré en otra ocasión).

            Esa noche conocí a distintos personajes de la vida social de Palma. Se recitaron poemas, se hicieron infinidad de fotografías para el recuerdo y se sirvió un espléndido buffet, que hizo la delicia de los invitados. No sigo describiendo como fue la noche, lo dejo para cuando hable de María Gaya, en mi sesión de DIARIO DE UN POETA.

            Pasados unos seis meses, asistí a una reunión que organizó una familia que vivía en la calle Joan Miró. No los conocía, fui acompañando a un matrimonio amigo suyo. Recuerdo que ese matrimonio conocía la revista Sa Roqueta que, por aquel entonces, yo dirigía. Fue la segunda vez que oí cantar al barítono Francisco Bosch. Recuerdo también, que el piano estaba junto a un bonito jardín, que rodeaba la casa. A continuación de la deliciosa cena, Francisco cantó varias romanzas de zarzuela, acompañado al piano por la anfitriona.

            Después de aquella noche tuve la oportunidad de escucharlo cantar en varias ocasiones más, incluso sin piano. Era un hombre que disfrutaba cantando, aunque a veces, tenía algunos fallos de voz, pero eran admirables las ganas que tenía de que se le oyera cantar alguna zarzuela.

En las fiestas de Son Ripoll, organizadas por Catalina Valls y un servidor, Catalina como presentadora y yo como coordinador, Francisco intervino junto a Gabriel Aguilera y Francisca Cuart, acompañados al piano por el maestro Andreu Bennassar.

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De izqu. a decha: Hijo de Francisco Bosch, el tenor Francisco Bosch y Marcelino Arellano Alabarces.

            Francisco Bosch, nació en Esporles, Mallorca, en 1917 y falleció el 29 de noviembre 2009 a los 92 años. Fue uno de los grandes de la Lírica Española. Actuó por primera vez en la Parroquia de Esporles, en la vigilia de Navidad de 1924, tenía siete años y, a petición del rector Mateo Tugores, cantó la Sibil.la, se la aprendió en ocho días. Al terminar el padre Tugores le dijo que tenía que ser artista y le dio un duro de plata.

            La Guerra Civil interrumpió su brillante carrera. Estuvo en el frente del Ebro, famoso por los horribles combates que allí sucedieron. Una vez terminada la contienda civil, debutó en el Teatro Lírico de Palma el 20 de octubre de 1943. Actuó en Méjico, Cuba, Nueva York, Miami, Alemania, Italia, etc.

            Su pasión por el canto no se la impidió la edad, ya que nunca dejó de cantar y tocar el piano en su casa, quizás acompañándose en su soledad. Tras el fallecimiento de su esposa, hecho que le afectó muchísimo, me dijo una vez, que las notas del piano eran, para él, como rosas que enviaba a su esposa.

            Siempre estará en el recuerdo de todas aquellas personas, que aman el bel canto y que tuvimos el placer de conocerle. Era un hombre abierto, campechano, bonachón. Siempre estaba dispuesto cuando se le requería para que interviniera en algún evento cultural, nunca dijo que no. No pude asistir a todas sus actuaciones, que eran incontables, sobre todo en el verano. Son famosas y recordadas sus intervenciones en algunas de las fiestas de los March.

            Su fallecimiento entristeció a sus seguidores y, especialmente, a sus paisanos de Esporles, donde era respetado y querido por todos. Su funeral fue grandioso, ya que acudió todo el pueblo a despedirlo. Es posible que dentro de unos años los jóvenes no sepan quién era Francisco Bosch, pero siempre, su voz única, se oirá cada vez que el viento suave descienda de las montañas, que rodean a la población de Esporles y, sosegadamente, recorra las calles de la localidad. Hasta es posible, que, en el canto de algún pájaro, aposentado en las ramas de alguno de los altos árboles, que hay junto al torrente, se escuchen las notas musicales de las zarzuelas que Francisco cantó por todo el mundo y que tanto éxito cosechó.

 

Recuerdo añadido:

            La primera vez que oí cantar a Francisco Bosch, fue con ocasión de organizar los Anillos de Circe, con Antonio Salas Colom, Esteban Pisón, Alfonso Monteagudo, Catalina Valls y un servidor. Pero eso lo contaré cuando escriba <<El día que conocí a Antonio Salas Colom>>.

 

Marcelino Arellano Alabarces      

Palma de Mallorca

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