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DIARIO DE UN POETA EL DÍA QUE CONOCÍ A LA POETA MARÍA JESÚS PARRAS DE LA ROSA

La llegada de la poeta María Jesús Parras de la Rosa al grupo Arboleda fue como un rayo de luz potente que hizo que pudiese coger más fuerza el grupo, debido a su gran cultura y sensibilidad y, por qué no decirlo, por su contribución económica a la revista, ya que, sin su aportación, la revista no hubiese podido seguir publicándose. María Jesús ha sido una figura muy importante e imprescindible dentro del grupo. Gran señora, con una educación exquisita, que hizo que debido a ella llegaran a nuestro grupo personas muy importantes tanto del mundo de la cultura como de otros campos. En cada reunión, en cada acto cultural, ella era el espejo en el que todos nos mirábamos, ya que siempre tenía a flor de labio la palabra exacta para corregir aquello que no estaba bien.

              María Jesús Parras de la Rosa nació en Barcelona. A los cinco años inicia sus estudios de guitarra clásica con su padre, empezando la escolaridad en el Colegio Alemán, donde estudiaba el Abitur, a la vez que el bachillerato español y la carrera de música, guitarra y piano en el Conservatorio Municipal de Música de Barcelona, donde su padre era profesor.

              Empieza la carrera de Filosofía y Letras, que interrumpe al contraer matrimonio, fijando su residencia en Andalucía. Al estar sus hijos en edad escolar, regresa nuevamente a Barcelona y estudia tres cursos de literatura alemana en el Goethe-Institute V, adjunto al Colegio Alemán, ganando una de las cinco monedas de plata conmemorativas del 150 aniversario de la muerte del gran poeta Friedrich Von Schiller.

              Para la revista Arboleda, he dicho en muchas ocasiones que María Jesús fue una persona muy importante; de hecho, la revista pudo publicarse durante 27 años ininterrumpidamente, no solamente por su generoso aporte económico (entre otros), sino por sus indicaciones, correcciones de los textos y total entrega a la revista. Fue miembro de la Agrupación Hispana de Escritores siendo yo el presidente, pero, aparte de su colaboración literaria y participación en los actos culturales, no tuvo ninguna responsabilidad. Fue al dimitir yo como presidente de la AHE y fundar el Grupo Arboleda, y especialmente al fundar la revista del mismo nombre, cuando nombré a María Jesús presidenta del grupo y secretaria del equipo de redacción.

              Debo reconocer que su nombramiento fue el empujón que necesitaba el grupo y la revista. Ella sabía imponer su criterio literario ya que su gran bagaje cultural se lo permitía. Fue casi como nuestra madre, ya que decir María Jesús era decir la amiga, la colaboradora, la consejera y, quizás, un poco la «madre intelectual» de todos nosotros.

              Muchas de las reuniones se celebraron en su casa, en donde éramos muy bien acogidos por su esposo, persona también de gran cultura. Allí recitábamos poesías, hablábamos de cultura en general y proyectábamos los eventos que se iban a realizar en fechas próximas. Por su gran personalidad, señorío, educación esmerada y don de gentes, propició que se integraran a la revista personas de gran valía.

              Poeta exquisita, publicó solamente tres libros –estando dentro del grupo Arboleda–, cuyas presentaciones fueron siempre un éxito, por la gran participación de personas que acudían al evento, en el que se ofrecía al final de la presentación un «vino español» muy generoso.

              El tiempo pasa para todas las personas y enfermó de una dolencia en el riñón, que la tuvo bastante tiempo retirada de cualquier actividad; debido a ello, le organizamos un homenaje que se celebró en el Centro Deportivo Militar «Es Fortí», a donde asistieron una gran cantidad de amigos, compañeros y conocidos de ella. La mesa fue presidida por el poeta Esteban Pisón, María Francisca Ramis de Ayreflor, por la homenajeada y un servidor. Intervinieron en el acto con bellas palabras y poemas dedicados a María Jesús, entre otros, Margarita Joy, Mercedes Guasp, María Gayá, Gloria Sainz, Ana Cintas, Catalina Gayá, Xisca Aguiló, Xim Llamas, María Rosa Gómez de Bringa, Catalina Valls, Concha Coll, Antonio Salas, Pedro Parpal, Rafel Bordoy, Alfonso Monteagudo, Mari Carmen Mestre, etc. También hubo un recital lírico a cargo de los tenores Gabriel Aguilera y Francisco Bosch, acompañados al piano por el maestro y compositor Andreu Bennassar. Participaron, asimismo, la cantautora Amparo Morell de Villalonga y el guitarrista y catedrático César Augusto Roche.

              Fue un acto espléndido, en el cual tanto los organizadores como los participantes quedaron muy satisfechos. La homenajeada dijo unas palabras de agradecimiento y obsequió a Alfonso Monteagudo, Esteban Pisón y a un servidor con un regalo. Se sirvió un aperitivo en los salones del Club.

              Conocí a María Jesús una tarde en el salón de actos de La Caixa, en un evento organizado por la AHE, creo recordar que era un recital de poesía en el que intervinieron poetas de la AHE y otros muchos poetas mallorquines. Me la presentó la recordada amiga Gloria Sainz, y con sus primeras palabras supe que se trataba de una señora muy culta. Durante muchos años mantuvimos una amistad llena de respeto y admiración por ella hasta su muerte.

Afortunadamente, nuestra invitada de hoy vivió muchos años más y seguimos aprendiendo de ella hasta el año 2012, en que falleció. Para mí supuso un duro golpe emocional, ya que ella era en la persona que me corregía con buena intención en todos los proyectos literarios que decidía emprender. Ella fue la compresión, la amistad, la generosidad y el compañerismo más fiel y sincero.

Marcelino Arellano Alabarces

Palma de Mallorca

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SONETO DEL AMOR A OTRO AMOR

Dicen que Amor, al otro Amor procura,

desnudando de luces aires y cielo,

el desplomar la luna, como en vuelo,

para vestir de hechizo su figura.

Dicen, que experto en letras, su escritura

es poesía inefable canto, anhelo.

Un beso es Amor, ardor, consuelo.

El desamor, la rígida amargura.

A ti, que del Amor naciste amada,

divina luz y musa transparente,

eres del mar la espuma enamorada…

Oigo tu voz, que llama persistente.

Tu presencia, de perlas adornadas,

surgiendo como ninfa de una fuente.

María Jesús Parras de la Rosa

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