DESESPERADA

Estos días no me centro
no sé muy bien que me pasa,
pero no quiero pensar
por si descubro la causa.

No me contento con nada
nada me hace estar contenta,
me gustaría no pensar
no estar siempre tan alerta.

Intento estar sosegada
pero me pueden los nervios,
y lo peor es que intuyo
que, para esto, no hay remedios.

Siempre fui yo, una persona
de una ingeniosa agudeza,
pero voy perdiendo el rumbo
y me invade la tristeza.

Los vientos vienen muy malos
vienen dejan amargura,
y Nicolás, cada día,
va perdiendo más cordura.

A veces yo me pregunto
donde se fue mi coraje,
intento sobreponerme
pero es muy negro el paisaje.

No sé cuál será el camino
que yo tenga que escoger,
pero el talento que tuve
esa ya, no ha de volver.

Solo ya pido la paz
nunca envidié la riqueza,
y solo le pido a Dios
que no me hunda en la tristeza.