Desde cerca: cuatro microrrelatos

Alberto Giménez Prieto

Microrrelatos de Alberto Giménez (Valencia)

Finalista del IV Concurso de Microrrelatos de Godella 2018

Celestial previsión

Polemizaban un creyente y seis incrédulos sobre la existencia de Dios.

La desventaja numérica no amilanaba al religioso, antes al contrario, se crecía con cada argumento de sus oponentes y los rebatía en base a la fe.

El fervoroso consideró que había llegado el momento de atacar con hechos a sus rivales y propuso el siguiente enunciado.

—Es tan grande la sabiduría de Dios que al crear al hombre, hace siete millones de años, lo hizo anticipando la existencia del WhatsApp.

—¿En qué te basas para afirmar eso?

—Muy sencillo, lo dotó de dedos pulgares.

La afirmación enmudeció a los impíos.

 

Seleccionado y publicado en la revista «La sirena Varada» de México

Un magnifico despertar

Me encuentro bien; no me duele la espalda como todos los días al levantarme; no siento la acuciante sed de cada mañana; la artrosis no tortura mis dedos; no toso; los ojos no me escuecen; no tengo frio ni calor; ni me acucia la urgencia por orinar.

Aunque hace tiempo que me abandonó el sueño reparador, hoy me encuentro lucido y despejado.

Hasta las preocupaciones desaparecieron. 

En definitiva: me siento feliz.

Sin embargo mis parientes, no sé por qué merodean a mi alrededor y no cesan de llorar cuando me miran, aunque no parece que me vean.   

Este relato resultó finalista de la VIII Edición de Microrrelatos «Escribir por Derechos» de Amnistían Internacional de Madrid del año 2021

Los renglones torcidos de un dios menor

Cuando empecé a escribir aquella novela sobre una cruel distopía, adelanté su acción unos decenios en el futuro, por lo que era inimaginable que el mundo real llegara a alcanzarla.

No sé si es por mi parsimonia al escribir o porque el tiempo avanza desenfrenado, pero la realidad ya casi ha alcanzado a mi ficción. Apenas le quedan unas páginas para precipitarse por el despeñadero de un capítulo por iniciar.

¿Debo abandonar el proyecto y saltar de la distopía a la utopía?

Si varío la ficción, ¿se alterará la realidad?

¿Debo renunciar a mi idea para sobrevivir?

¿Debo dejar de escribir?

¿Continúo con mi proyecto inicial y desafío a esa realidad plagiaria?

Si la realidad sigue empeñada en seguir mi dictado, ¿con mis derechos de autor deberé cubrir los estragos que cause?

¿Merezco mejor suerte que la que ideé para mis personajes?

Sacudí la cabeza tratando de alejar de mi mente aquellos aciagos pensamientos y volví al teclado.

El cursor parpadeaba en la pantalla mientras avanzaba mi ficción: «Capítulo VI. De cuando el cambio climático anegó el planeta».

 

Publicado en «Tardes de lluvia»

El premio

El goce de la siesta llegó al paroxismo cuando aquel sueño la ocupó.

Soñaba con la obtención de un nuevo galardón literario, que uniría al único que tenía hasta ese momento y que ya empezaba a sufrir la soledad.

Sin miramientos por lo delicado de la hora, el teléfono lo arrancó del sueño en el preciso momento en que le entregaban el premio.

Miró la pantalla, desconocía el número, pero a esa misma hora le habían comunicado en la ocasión anterior que era el ganador. Un último jirón del sueño, con vocación premonitoria, lo asaltó. Sintió que el exultante destino llamaba de nuevo a su puerta. Podía ser un nuevo premio, últimamente había mandado obra a varios certámenes. ¿Quién sabe? Quizá… de nuevo…

Revivió el recuerdo de la sensación que sintió cuando se supo ganador del pasado premio con tal realismo que su respiración se colapsó al igual que le ocurriera entonces y, aunque quiso respirar profundamente, no pudo porque sus pulmones estaban ahítos de satisfacción.

Creyó escuchar de nuevo la voz pretendidamente solemne, aunque cargada de alegría contenida, de quien es consciente de que va a dar una excelente noticia y, tras los protocolarios circunloquios, le anunciaba que era el vencedor en las fustas literarias y le detallaba los pormenores del día y la hora de la recogida del galardón.

Sintió una alegría desbordante. Necesitada gritarlo al viento, que todo el mundo supiera que, de nuevo, había ganado el premio.

Cuando se dio cuenta de que no había descolgado el teléfono y que el comunicante podía colgar pensando que no estaba interesado, descolgó rápido y, entre jadeos, dijo:

—Diga…

—Lo llamamos de Vodafone y queríamos ofertarle…

I CERTAMEN DE ARTÍCULOS Y POESÍA PERIÓDICO DIGITAL GRANADA COSTA

Cada tres meses se entregarán dos premios: uno concedido en la vertiente de textos y otro para los poemas

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