De pederastas y otros monstruos que viven a nuestro lado.
Dra. Carme Tello i Casany Psicóloga clínica
No hace tantos años la palabra pederasta era desconocida para la mayoría de la población española. desgraciadamente cada vez es más habitual. Podíamos pensar que era un problema de sociedades anglosajonas y que nosotros estamos libres de semejante conducta. No ser conocido no implica que no exista.
Antes la figura del pederasta se asociaba al que acezaba a niños en los parques, a los que atraía con dulces y otro tipo de regalos. Pero realmente el problema es mucho más grave que «el solitario baboso». Los monstruos están a nuestro lado y es importante poder identificarlos. No sólo porque las redes de internet ha elevado el tema del intercambio de producción de pornografía, prostitución y trata infantil a un problema muy difícil de controlar, sino porque la violencia sexual contra los menores es un problema responsabilidad de toda la sociedad.
Hoy hablaremos de la violencia sexual hacia los niños niñas y adolescentes y dejaremos el tema de la violencia sexual en las redes para un próximo artículo. Hace pocos días, la prensa nos contaba que un padre había intentado matar al pederasta que, 30 años atrás, había violado y matado a su hija de 4 años. Y no era precisamente un desconocido, sino un primo de la familia.
El abuso sexual contra los niños y niñas es una lacra que convive con nosotros, está a nuestro lado, y muchas veces no vemos ni oímos. En el 95% de casos el agresor es una persona del círculo familiar o conocido. Esta lacra social se da sin distinción de clases sociales, nivel económico o cultural. Aunque bien es cierto que, en determinadas clases sociales puede ser más fácil de detectar, por el seguimiento de los servicios sociales. Pero en otras, debido a su estatus económico y reconocimiento social, puede quedar más fácilmente tapado. Es mucho más frecuente de lo que creemos la existencia de ese abuelo tan cariñoso, el tío tan simpático o el vecino atento y «buena persona» que nadie puede sospechar de él. Es más, si la víctima se atreve a insinuar algunos cosa se le suele tratar si la victima insinuar alguna conducta inapropiada de los mismos, la mayoría de los casos se le suele tratar de mentirosa o mentiroso.
El cine nos ha dejado grandes obras que ilustran perfectamente esto que planteo. En: «No tengas Miedo» (de Montxo Armendáriz) el padre es un dentista de una buena clase social y reconocido por todos. Pero el secreto familiar es que el padre abusa de su hija y la madre cierra los ojos, frente a esto. La madre no escucha a la hija cuando se lo dice, porque no lo quiere ni oír ni ver, y aun peor, se divorcia de su marido dejando a la hija al cuidado del padre. Todo muy normal socialmente hasta que la hija, ya mayor, hace un intento de suicidio y la psiquiatra que la atiende empieza a darle voz para que pueda hablar del abuso sufrido.
Pero no olvidemos a los que confiamos la educación de nuestros hijos. Volviendo al cie, no puedo dejar de recomendar la maravillosa «Spotligth» que obtuvo el Óscar el año 2016. Habla de la excelente investigación periodística hecha por el «Boston Globe» sobre los abusos a menores por parte de sacerdotes de la diócesis de Boston. B. Bradlee, M. Rexendes, S. Pfeiffer y W. Robinson es el nombre de los periodistas del «Boston Globe» que después de una meticulosa y seria investigación periodística (nada que ver con el periodismo amarillista al que estamos desgraciadamente acostumbrados, cuando se habla de estos temas) destaparon el caso más escabro de pederastia de la iglesia católica de Boston. El silencio cómplice, el mirar a otro lado, la negación de los abusos, generó mucho dolor. Pero, estos valientes periodistas permitieron dar voz a las víctimas, que se las pudiera ver y oír. Por prime a vez se perdió el miedo y se empezó a levantar el velo que dejaba al descubierto este gravísimo problema.
Tampoco podemos olvidar al pederasta de Castelldans (Lleida). Durante 15 años estuvo abusando de los niños que estaban a su cargo, centros de protección de menores. Estos niños le tenían como cuidador, formando una especie de familia de la que él era responsable. Niños que procedían de familias desestructuradas y que ya habían padecido violencia y negligencias por lo que fueron separados de sus familias, volvieron a ser víctimas, precisamente de la persona que debía cuidarles y darles otras posibilidades de futuro. Durante 15 años, pasó los «controles» que teóricamente debía hacer la fundación que gestionaba este acogimiento familiar. Castelldans es un pueblo pequeño, con lo que resulta realmente sorprendente que durante 15 años nadie viera ni oyera nada. Todo normal, el pederasta «un buen hombre» que «se dedicaba en cuerpo y alma a su tarea de ayudar a esos niños». Finalmente se pudo cerrar este abuso continuado, porque la madre de un menor del pueblo, alertó a los mossos de esquadra que había pornografía en el ordenador de su hijo. Empezaron a tirar del hilo y los mossos de esquadra se encontraron con un panorama dantesco.
Si bien es cierto que hay protocolos de actuación (en sanidad, educación, etc..) y campañas a nivel nacional, europeo y mundial, también cierto es que persiste una cierta anestesia en nuestra sociedad en relación a estos temas. Algunos de los programas más importantes son la campaña del Consejo de Europa «1 de cada 5» y el programa ECPAT.
La campaña del Consejo de Europa «1 de cada 5» de sensibilización y prevención de la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes, tiene el objetivo de promover la sensibilización social de forma que los niños, niñas, sus familiares y todas aquellas personas que tiene relación con ellos tengan los conocimientos e instrumentos adecuados para prevenir y denunciar los casos de abuso sexual infantil. Porque, como les decía, los monstruos viven al lado y debemos tener los instrumentos para poderles ver y aplicar resortes preventivos para neutralizarlos. En la Asociación Catalana para la Infancia Maltratada (ACIM), conjuntamente con las asociaciones a nivel nacional en FAPMI (Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil) nuestro interés es dar visibilidad a esta lacra social, porque es un problema que afecta a toda la sociedad y toda la sociedad (no solamente las familias, los profesionales que están directamente relacionados con la infancia o las administraciones) es responsable de ser agentes de prevención de la misma.
Otro programa importante a nivel mundial es el que lleva a cabo ECPAT (Ed Child Prostitution, Child Pornography and Traffic of Children for Sexual Purposes: Acabar con la Prostitución Infantil, la Pornografía Infantil y el Trafico de Niños con Fines Sexuales). ECPAT tiene estatus consultivo en el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC). Es una red mundial de organizaciones y personas que trabajan juntas para poner fin a este tío de violencia. Se dedica a alertar a la comunidad internacional para que sea capaz de poder proteger a todos los niños del mundo, para que puedan gozar de sus derechos fundamentales libres de todo tipo de explotación. Dentro de sus funciones está todo el tema del control del turismo sexual. No se abusa de niños y niñas de los países de origen, sino que se va a países subdesarrollados, con menores controles, para poder dar salida a sus más bajos instintos sexuales. Muchas veces, en España, pensamos que el tema de la prostitución, la pornografía o a trata sexual de menores es un fenómeno que se da en tierras extrañas y lejanas, pero no es así, también en nuestra tierra tenemos este tipo de problemas desgraciadamente. Aquí también tenemos niños y niñas que se prostituyen y se dedican a la pornografía o son objeto de trata.
El silencio, no sólo de los agentes ligados a la infancia y adolescencia, sino de la sociedad en general, dificulta poder identificar los monstruos que viven a nuestro lado. Para las victimas hablar no es fácil. sufren diferentes tipos de presiones, especialmente si se trata de personas que son las que deben cuidar de él y que «le quieren». Se pueden juntar tano el miedo a mayor violencia hacia ellos o los suyos, como vergüenza por sentirse culpables de lo que les pasa. Y lo peor es la incomprensión cuando, se deciden a desvelar el abuso y no se les cree o se les cuestiona. Negar los abusos (como la madre de la película «No tengas miedo») puede generar muchos problemas en la victima, tanto des del punto de vista somático, conductual, fracaso escolar como psicológico Por ello es importante poder detectar cuanto antes mejor el que se está produciendo algún tipo de violencia sexual contra menores. Especialmente cuando un menor tiene un cambio importante y sin causa aparente, en la conducta o en la escuela, debe dársele un espacio para que pueda hablar de ello.
No necesariamente este cambio puede deberse a una situación de violencia sexual, puede ser motivado por la separación de los padres, algún tipo de cambio familiar, etc.… Pero cuando se detecta este cambio brusco, es fundamental que le demos este espacio mental para que pueda hablar. Y una vez se ha presentado la denuncia, el tema está en la victimización secundaria. Se le suele separar de la familia e ingresar en un centro residencial de protección, mientras que el agresor se queda en casa. Y si no se tiene en cuenta la necesidad de que se tome en consideración la prueba pre constituida (el menor solamente hace una declaración de los hechos y esta es la que la que se toma en consideración por parte de la instancia judicial o el ministerio Fiscal), el menor puede tener que ir repitiendo infinidad de veces lo que le pasó.
El problema es que muchas veces (como en el caso de los Maristas) se detecta que una persona padeció violencia sexual de pequeño, porque de adulto tiene graves trastornos psiquiátricos (trastorno límite de la personalidad, trastornos por estrés post traumático, adicciones, trastornos alimentarios e intentos de suicidio, entre otros), problemas laborales, familiares, de pareja o a nivel social. Y la sensación de impotencia y frustración al darse cuenta que la ley contempla unos plazos para poder denunciar los hechos, y pasados estos plazos ya no se puede hacer, quedando el agresor impune. Otro problema añadido es que ahora se piden los antecedentes penales a todas las personas que tienen que trabajar con niños, pero si no existe una condena en firma, no existen antecedentes penales. En Estados Unidos, a raíz del asesinato de La Niña Megan Kanga por un pederasta vecino suyo, entró en vigor la ley Megan, que a más de tener un registro de delincuentes sexuales, permite a la policía informara los vecinos de su llegada al barrio.
En Gran Bretaña, la muerte de otra niña, Sara Payne, dio lugar a la ley Sara (también asesinada por un delincuente sexual que era vecino suyo). A diferencia de la ley Mega, es que los delincuentes sexuales tienen la obligación de registrarse en una base de delincuentes sexuales, y los policías los controla y vigila, los vecinos no pueden tener acceso a ese registro (no es público como en Estados Unidos). Pero esto, a día de hoy, no es posible en España. Todos recordamos el asesinato de Mari Luz Cortés de 5 años por un pederasta reincidente y vecino de la niña. Pero a pesar de que se produjo todo un movimiento social pidiendo está medida, sigue sin existir un registro similar al de los Estados Unidos o Gran Bretaña.
Dra. Carme Tello i Casany Psicóloga Clínica Presidenta de la Asociación Cataluña para la Infancia Maltratada (ACIM)