DE NUEVO CARLA BRUNI EN ESCENA
La ex primera dama francesa sale de nuevo al escenario de los medios. En una reciente publicación diferida desde su casa de Paris, dice “no saber el secreto de mi música” por el que ha vendido al parecer más de tres millones de discos. ¿Será que nadie ha tenido la valentía de decirle que sigue teniendo una belleza insultante a pesar de sus 52 años de edad? Ella, que dice odiar “el tiempo” y lo trata de maleducado, no habrá reparado que es complaciente con su figura hasta el punto de que mantiene su escultural belleza, su delicado estilo y su comunicación corporal que le permiten ocupar escenarios importantes, más que por su profesión de modelo, cantante, escritora de canciones y saber acariciar una guitarra, por su exquisita personalidad.
En su último disco pone su nombre como título, pero añade que en todos sus trabajos sobrevuela el amor y se refiere a títulos como “Un gran amor” y “Quiero el amor” matizando que el amor me conmueve y en la vida hay solo dos cosas importantes: el amor y la muerte.
La diva, dice refiriéndose a Sarkozy con el que lleva trece años casada, que, “nuestro amor está siempre vivo”. Y Sarko por su parte, en un libro de 800 páginas que escribió durante el confinamiento, reafirma su amor y se deshace en elogios hacia su mujer y su papel como primera dama…
Personalmente no oculto la admiración que siento por tan bella mujer y así lo decía en un artículo que escribí como fan, en mi primer encuentro personal en Madrid sobre un escenario, en el único concierto que dio en el teatro Apolo, donde en una butaca cercana se encontraba como espectador su inseparable Expresidente Sarkozy.
Ha pasado un poco más de año y medio desde aquel enero y escribía yo en mi crónica de Granada Costa, el párrafo siguiente:
La diosa Carla se presenta en escena elegantemente sobria, con una cumplida melena al viento y con micrófono en mano y un libreto cercano, canta y susurra una serie de canciones generalmente conocidas de diferentes autores, pretendiendo actualizarlas con música pop perfectamente orquestada. Ella es consciente de sus limitaciones y por ello ha dejado dicho: “Lo que traigo a Madrid y Barcelona es un show muy simple con el que intento llevar un poco de intimidad y de calor a la gente, saliendo de mi burbuja en la que vivo feliz”.
Y añadí: Vista su actuación, entendí perfectamente las razones por las que no se prodiga en los escenarios, se limita a un concierto por cada país y deja su impronta de calidad y señorío que le sobran a raudales, por su excepcional imagen, naturalidad, belleza y simpatía. Más que cantar actúa: mueve los largos dedos de sus manos soltándolos al viento de manera magistral. Sus brazos vuelan como si fueran remos navegando sin agua y el contoneo justo de sus caderas acompasan la estudiada colocación de sus largas piernas que van marcando los ritmos de la música que canta, resultando en su conjunto un espectáculo digno de disfrutar.
Carla Bruni vuelve a los escenarios con sus discos, conciertos y nuevos proyectos musicales. Bienvenida sea.
Julián Díaz Robledo