“COSAS” DE MUJERES TESÓN, VALENTÍA Y TRABAJO

Cuando era pequeña solía fijarme en las cosas que hacían las personas que me rodeaban, mi madre, mi abuela, mis vecinas… y todas coincidían en algo: eran amas de casa encargadas de que todo estuviese dispuesto.
Sin embargo, no era eso lo que yo quería ser. Desde que tuve uso de razón soñaba con otra forma de vida. Leía lo que caía en mis manos, escribía en aquellas libretas de grapas e imaginaba historias más o menos románticas según lo que había estado leyendo.
Aunque cuando empecé de verdad a querer saber, a estudiar para dar respuesta a las múltiples preguntas que iban formándose en mi mente infantil, fue cuando oí hablar de una mujer nacida en mi pueblo que llegó a ser la primera mujer Registradora de la Propiedad de España. Se trataba de Beatriz Blesa Rodríguez.
Creo que nunca tuve ocasión de hablar personalmente con ella, pero cuando la veía por la calle me quedaba mirándola con una sublime admiración porque había logrado ser la Primera en una carrera de reconocido prestigio y dificultad, si, la primera y de forma brillante.


Me resulta gratificante, como mujer y como huercalense, que esta persona alanzase tan alto cargo por su propio esfuerzo y conocimiento.
Pero mi admiración hacia ella viene de ese objetivo tan claro que se había planteado en su vida y cómo para conseguirlo no escatimó en el trabajo y la dedicación que necesitó para que éste se hiciera realidad.
Una vida forjada a base de tesón y sacrificio
Beatriz nace en Huércal-Overa el 10 de diciembre de 1914, siendo la 4ª hermana de los diez hijos habido en el matrimonio entre María Rodríguez Navarro y José Blesa Camacho, abogado que siendo joven consigue llegar a ser oficial del registro de la propiedad.
Pero la vida no siempre es un edén y el padre fallece repentinamente.Este acontecimiento luctuoso deja a la familia desprotegida económicamente y Beatriz se ve obligada a recorrer los alrededores del municipio en una carreta para enseñar a leer y escribir a niños y niñas, trabajo que le permite ganar algo de dinero mientras estudia bachillerato que logra acabarlo en 1933.
En 1931 se había aprobado la normativa que permitía a la mujer acceder a la formación para ser notarias o registradoras. Beatriz y su hermano Pedro solicitan ser admitidos para cursar estudios de derecho aparecen como aceptados aunque ella realiza los estudios por libre.
Está volviendose loca.
Utilizó el peculiar sistema de pasear mientras recitaba en voz alta, lo que le valió la fama de estar volviéndose loca pues no entendían lo que decía.
Poseía una mente prodigiosa y cuando asistía a los exámenes los profesores quedaban asombrados. Finalizó sus estudios y decidió prepararse para ir a oposiciones.
Acabada la Guerra Civil inicia la preparación para opositar y persisitió en el método de estudio con la finalidad de pulir su propia dicción.
Cuando estuvo delante del tribunal examinador observó cierto menosprecio y hostilidad hacia su persona por ser mujer. Pero a ella no le importó y empezó su exposición con gran seguridad y brillantez, hasta el extremo de que al acabar su magnífica disertación, todo el tribunal se puso en pie ovacionándola. ¡Lo había conseguido!. Era la primera mujer registradora del país y además número 1 de su promoción.

Dificultades para adjudicación de plaza
A pesar de su expediente brillante y haber conseguido superar la difícil oposición, no puede ejercer de inmediato, debido a cuestiones burocráticas que el nuevo régimen imperante hacía establecido en torno a la función de la mujer en la sociedad. Resultaba desesperante, pero con voluntad y fortaleza de espíritu encara la adversidad y aguanta hasta que, finalmente, recibe su primer destino en Belorado (Burgos), donde lo pasa mal por el clima, la lejanía de su entorno familiar y el escaso sueldo; pasado un tiempo es trasladada a Purchena (Almería); después a Novelda (Alicante) ; también pasa por Caravaca de la Cruz (Murcia) y, finalmente a Murcia, donde permaneció hasta su jubilación con honores siendo condecorada con la Cruz Distinguida de 1ª clase de San Raimundo de Peñafort, el 18 de diciembre de 1984.

Beatriz jamás se casó, su mundo era su trabajo, su dedicación al ámbito del registro de la propiedad y a todo lo concerniente con la legislación y organización de este importante trabajo. En recuerdo de su propia experiencia de juventud creó becas intentando ayudar a jóvenes de escasos recursos económicos para que pudieran estudiar y alcanzar sus sueños, realizó donaciones importantes a diferentes instituciones murcianas y huercalense. Una persona, sin duda, de grandes valores y todo un ejemplo a seguir.

Beatriz fallece en Murcia en 2001.Esta ciudad la reivindica como suya, sin embargo esta extraordinaria mujer nunca olvidó sus raíces, sus orígenes y su casa en el municipio que la vio nacer es el testimonio vivo de su vinculación al pueblo.
Sirvan mis palabras para rendir un sincero homenaje a una persona ejemplar que supo hallar la senda de su propia realización tanto personal como profesional.
Y otras pioneras a tener en cuenta porque demostraron con sus logros que:
¡¡Mujer, si quieres, puedes!!.
Pero no voy a pasar por alto que este camino que ahora recorremos, no sin dificultades ciertamente, tuvo, como es el caso de Beatriz Blesa, el empeño de otras que, de la misma manera, fueron pioneras en alcanzar puestos de responsabilidad porque su empuje y preparación personal así lo han puesto de relieve.
Las que voy a citar pertenecen al mundo del Derecho, aunque podrían ser de cualquier otro sector laboral.
Y empezaré citando a la primera mujer abogada de España, nacida en Valencia el 28 de enero de 1893.

Ascensión Chirivella Marín
Nació en Valencia un día 28 de enero de 1893, pudo realizar estudios superiores gracias a que en 1910 se reguló el acceso de la mujer a los mismos.
Consciente de la oportunidad que se le presentaba no dudó en matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valencia. Tenía 25 años cuando inició su carrera y en 1921 obtiene la titulación que le acredita ser la 1ª mujer licenciada en Derecho del país.
Pero no era fácil para la mujer pues debemos adentrarnos en la segunda mitad del SXX, concretamente 1964, cuando Beatriz Blesa consigue la gran proeza, como hemos visto, de ser la 1ª mujer Registradora de España.
Pasan algunos años, y en 1971 hay en el país sólo tres Notarias:
Consuelo Mendizábal Álvarez, Margarita Baudín Sánchez y
Carolina Bono Huerta

Llegamos a 1978 para poder disfrutar de la 1ª mujer que ostenta el cargo de jueza y esta no es otra que:
Josefina Trigueros Agudo

Muy lentamente, la presencia de la mujer en esta profesión tan marcadamente masculina, se va perfilando a través de estos nombres que han abierto resquicios para que la carrera pueda ser ejercida en un mismo plano de igualdad tanto por hombres como por mujeres.
En 1985 otra figura relevante es la primera en acceder al Consejo General del Poder Judicial. Se trata de:
Cristina Alberdi Alonso

Una década más tarde, 1996 una mujer jura su cargo como Ministra de Justicia, se trata de:
Margarita Mariscal de Gante

Saltamos de siglo, ya estamos en el XXI , concretamente en el año 2002 que es cuando entra la 1ª mujer a formar parte del Tribunal Supremo, se trata en esta ocasión de :
Mª Milagros Calvo Ibarlucea

En 2004 una mujer, la primera en la historia, es nombrada Presidenta del Tribunal Constitucional, en esta ocasión se trata de:
Mª Emilia Casas Baamonde

En 2015 es nombrada Fiscal General del Estado, la primera, y se trata de
Consuelo Madrigal Martínez-Perea

Al año siguiente, otro nombre de mujer se alza con el nombramiento, por vez primera también de Presidenta del Consejo General de la Abogacía española. Se trata de: Victoria Ortega

¿Demasiado?, No. Evidentemente, no solo no es demasiado sino que es a todas luces insuficiente. Las mujeres, como los hombres, poseemos unas capacidades que nos igualan, aunque aún hay grupos sociales que ignoran esa realidad incluso en países más desarrollados.
Como mujer que ha luchado por alcanzar sus metas, sus sueños, no quiero pasar por alto el reconocimiento hacia las mujeres que han sido pioneras en alcanzar los suyos y que para ello han debido demostrar su valía tras una ardua tarea.
