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CONCIENCIA, HONOR Y LEALTAD AL REY…

En estos días de estancia obligada en casa y restringida movilidad, da tiempo a  dedicarle muchas horas a la lectura, pues como declara el dicho, leer, tal vez, no te  hará más inteligente pero te hará menos ignorante. Releyendo la Historia de España abrí el libro y el azar me llevó por el capítulo donde se narra  la invasión de España por los árabes. El historiador decía esto: “los moros habían intentado ya varias veces apoderarse de España, pero siempre habían sido rechazados. Más juntos árabes y moros, y seducidos por la esperanza de poseer esta tierra hermosa, fértil y bella, templada y dulce, abundante en aromas y flores, frutos y metales y aprovechándose de la ayuda  de ALGUNOS MALOS ESPAÑOLES (traidores) penetraron en España en el siglo VIII”.

Como se puede ver, en pocas líneas se dice mucho, España era una tierra que todos querían poseer, y fue invadida por  la ayuda de traidores a la Patria. Volviendo unos siglos atrás, los romanos también invadieron España por la ayuda de TRAIDORES. Conocida es la historia de Viriato y la contestación romana cuando estos malos españoles fueron a cobrar el precio de su traición: “Roma no paga a los traidores”.

¿Tenemos hoy en el siglo XXI traidores a la Patria en España?  Traidores siempre los hubo, los hay y los habrá. Claro que en cada época se visten con distintos ropajes, incluso el de la legalidad, por falsa filantropía, por la libertad y otras absurdas y falsas expresiones para justificar las acciones de los malos españoles. Hoy las invasiones no se hacen con la violencia de las armas sino por la inmigración en pateras que ocupan viviendas, propiedades, calles y plazas campando a sus anchas y haciendo imposible la vida a los españoles ante la indiferencia e inacción del gobierno. Lo profetizó hace años el que fuera presidente  de Libia, Coronel Gadafi: “La invasión de Europa vendrá a través del vientre de nuestras mujeres”. Hace años que ya estamos en esto.

         Una muestra más de que tenemos malos españoles, son los constantes ataques  a la CORONA por  partidos  en el gobierno cuyo presidente, vicepresidentes y ministros han jurado o prometido por su “conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones de su cargo  con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución  como norma fundamental del Estado”. El Rey que es el único con preparación para esa misión de Jefe del Estado y que siempre sabe representarnos con dignidad.

         Los ataques a la Monarquía y la preparación hacia una república ¿no es una traición a la Constitución, al Estado, a España?   La Constitución en su Título  Preliminar, Artículo 1º-3 dice: La forma política del Estado español, es la Monarquía parlamentaria. Claro que en la actualidad las promesas y la palabra dada están muy devaluadas en aquellos que carecen de honor, pero  la  deslealtad en un alto cargo es de lo más abyecto y peligroso. Antes hechos tan graves los partidos de la oposición apenas reaccionan. ¡qué más da!

Cuando se oyen los comentarios de los medios de comunicación de otros países sobre cómo los españoles han tratado la pandemia del Covid, da vergüenza. El mayor número de muertos y de contagiados del mundo: ESPAÑA, y entre todos  estos los sanitarios que tenían que estar sumamente protegidos. Y todo en un ambiente de mentiras y corrupciones que hace que vivamos en una perenne inquietud y arruinando España. Con cuánta razón los grandes estadistas han afirmado que el enemigo más temible de la democracia es la demagogia. Además a este gobierno hay que sumarle su horror profundo a las responsabilidades. Hoy había que darle la razón a Ortega y Gasset  cuando decía que “fuera de España, ser español es ser algo ridículo”. No tiene nada de extraño que así piensen pues el prestigio de un país  está en razón directa con el prestigio social  y político, es decir, el de sus dirigentes, y el de España está por los suelos.

         Otro tema que nos desprestigia es el del lenguaje con las leyes y decretos absurdos del gobierno que choca con el más elemental sentido común, pues es España el único país del mundo donde en algunas de sus autonomías o regiones  se prohíbe hablar el español. Ya lo advirtió  el ilustre músico Ruperto Chapí: “estúpida inconsciencia para inmolar lo más grande que tiene un pueblo, una nación: su propia lengua”. Pues en ello estamos.

Hay una gran diferencia entre el ayer y el hoy. Emociona y se siente el orgullo de ser Español cuando en la Historia de América se lee esto: “La lealtad fue la primera cualidad de que dispusieron todos los hombres que, sin ser escogidos previamente llevaban la bandera de España por las Indias”.

         En la actualidad, esa primera cualidad de los hombres de ayer, parece no existir, y eso que en apariencia son escogidos, pero ante la realidad  está claro que no sabemos escoger. Y nos lo advirtió D. Quijote: “Amigo Sancho: compruebo con pesar cómo los palacios son ocupados por gañanes y las chozas por sabios”.

No obstante, tengo la esperanza de que algún día los españoles sabremos elegir a quienes nos representen con dignidad.

         No es mi intención hacer inquisidor del Gobierno, pero teniendo en su haber unos 70.000 muertos en unos meses por el virus, la economía en ruinas, más de 4 millones de parados y un gran número de errores en su gestión, pues pienso que no son momentos de hacer gesto de arrogancia y autocomplacencia sino de humildad y de tristeza que es el ambiente donde estamos inmersos. Ante este panorama puede uno preguntarse: ¿Tienen estos señores conciencia, honor y lealtad a lo prometido?

JOSÉ ANTONIO BUSTOS

Katena

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