«Ceniza y Fuego: El renacer del ave fénix”

Ceniza es lo que fui, fuego es mi ahora,
pues la llama no es el fin, sino una aurora;
Arde el sendero en estos cuarenta días,
pues Él murió por mí y en Él soy renacida.
No llora en su final quien cree que lo perdió todo,
encuentra en la cruz esa luz que ansía,
y tras la muerte enciende una pequeña llama,
que al espíritu encandila.
¡Oh fuego santo, oh llama redentora,
que en Cuaresma consume y da la vida!
Del polvo eres y al polvo vuelves, pues
que queda detrás de esa alegoría.
Un ave fénix, con majestuoso vuelo,
que al alba se alza y renace de nuevo,
tras haber caído y morir su cuerpo.
No teme el alma de aquellos que confían,
pues en Dios su vuelo siempre hallan salida,
y como ave fénix en el renacer está nuestra alegría.
