CAUDAL DE SENTIMIENTOS

LA VIDA ES UN SUEÑO

María Manrique

Editorial “Granada Club Selección”,

Molvízar (Granada), 2019, págs. 234.

Carlos Benítez Villodres

Málaga

“La vida es un sueño” se presenta en una exquisita edición de la reconocida y prestigiosa editorial “Granada Club Selección”, dirigida y gestionada por José Segura Haro.

            La poesía para María Manrique Pérez es luz creada que va directa al alma, donde sus rayos portadores de mensajes esparcen semillas de vida y esperanza, y maduran los frutos de lo minúsculo y de lo grandioso. Frutos estos que la embellecen y la enriquecen, encumbrando e iluminando los campos que los reciben. Del mismo modo, esa luz, esos mensajes (fondo o contenido sustancial) pueden destruir aquellos frutos ya agusanados que les son perjudiciales al hombre y a la mujer, en definitiva, a los pueblos. Un poder que muy pocos reconocen, y menos aún valoran, porque son muy pocos los que se acercan a beber el agua cristalina, pura, que mana de los inagotables veneros de la poeta. Para Joseph Joubert “la poesía no se puede encontrar en ninguna parte a no ser que la llevemos nosotros mismos”. Y María Manrique bien que la lleva en cada célula de su ser.

Al sumergirnos en las aguas cristalinas de sus poemas, atisbamos una lírica cimentada en lo íntegro y en lo indeleble, en lo puro y en lo trascendental, en lo admirativo y en lo reflexivo, en la idiosincrasia del ser humano y en las incógnitas de la propia vida…  Por ello, en la lírica de María encontramos el prodigio de la unidad perfectamente estructurada. Una unidad orgánica tejida por procedimientos conceptuales e imaginativos, sensitivos y expresivos…, cuyo núcleo vital está formado por la introspección profunda y meditativa, por la observación de su entorno y del orbe y por una sensatez sublime ante la problemática de lo racionalmente desconocido. Es una unidad carente de recovecos y de fisuras, culminación de un quehacer poético sorprendente, asombroso, en el que la originalidad, la belleza lírica, la musicalidad, la sencillez lingüística, sin barroquismos ni adjetivaciones superfluas, que tanto gusta a nuestra querida poeta, el dominio del orbe literario-poético… están presentes de principio a fin.

            Cada poema de María Manrique se adentra sutilmente, como luminosidad primaveral, en las arterias y venas de la realidad cotidiana, tanto de los hombres y mujeres de nuestro tiempo como de la suya propia. Entrambas son recibidas por la poeta, para ser consciente de todo cuanto acontece a su alrededor y en su “yo íntimo”.  Así capta los diferentes valores que la vida alberga en cada gota de sus aguas mágicas, como sucede en los diversos poemas que componen este magistral y preciado poemario, titulado “La vida es un sueño”. “La poesía, asevera Carmen Conde, es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano”.

            La creación literaria de la poeta gimnesiense María Manrique Pérez, afincada en Torremolinos (Málaga), es hoy, y siempre lo será, una de las glorias de la poesía andaluza, uno de los honores de la lírica española. Nuestra poeta es esa llama inextinguible que ilumina los mundos de las almas y de los siglos desde el cielo de sus creaciones, porque María es poeta paradigmática del verso en plenitud de vida solidaria, comunicativa, del verso, armoniosa y profundamente, transcendental. Verso procedente de las fuentes inextinguibles de su quehacer metafísico-poético. La energía que desencadena la poética de María Manrique fluye continuamente de su psique para, en su avance veloz y fecundo, llenar los corazones de amor a la vida, de amor a la poesía abierta, útil y luminosa, como es la suya. Ella recoge y enciende, con su magia de agua y cielos, lo que cualquier hombre o mujer no ve con los ojos del espíritu.

            El arte creativo de la poeta balear-malagueña es todo bondad en comunión permanente con su infinita capacidad para donar luz clara y pura. Es caminos de ventura y paz y fraternidad abiertos al ritmo que vibra la belleza, la generosidad y el entusiasmo del alma deslumbrante y de la propia naturaleza en cada amanecer. También es potencia cósmica, emisora y receptiva, para crear mundos nuevos, inundados de realidades hermosas, esperanza, alegría y sonrisas sobre este nuestro planeta, en definitiva, la poesía de María Manrique tiene la misma riqueza espiritual que posee en su ser, mixturada con la sapiencia, la inquietud, el coraje y el ímpetu que la capacitan para abrir puertas y ventanas fraternales en amurallados corazones repletos de cardos y ortigas.

            María Manrique es una poeta que escribe sus versos con talento creador y elegancia, lo cual es muy difícil encontrar en la poesía actual y en la de décadas anteriores. La autora crea sus poemas con un léxico y unas figuras exuberantes que elaboran unas imágenes poéticas, sugerentes y meditativas, donde el virtuosismo lírico se halla presente tanto en la forma como en el contenido. Asimismo, una de las aspiraciones conscientes de la poeta es su aportación novedosa, sorprendente, a cada una de sus creaciones, lográndolo con eficacia y eficiencia sumas.

Ciertamente, las creaciones poéticas de María, impecables y trepidantes, fluyen de sus valores personales y literarios, de su rigor en el pensamiento y la expresión, de los análisis exhaustivos de sus captaciones naturales…, en definitiva, de su inmensa riqueza anímica. El resultado es un apabullante paraíso de poemas en el que se nota la pasión de la poeta por vivir en poesía. Por ello, en pleno auge del mundo virtual, la inspiración reflexiva de María Manrique posee esa fuerza y sentido que proporcionan al lector ideas y percepciones y sensaciones que no le permiten proseguir, con indiferencia, su camino.

La singularidad rige todos los componentes de esta obra, gracias a los cuales se reconoce el pálpito emotivo de la autora, ese esfuerzo por recrear literariamente su autenticidad y experiencia, sus evocaciones y deseos, sus inquietudes y liberalizaciones vitales…desde lo más íntimo de su conciencia.

María Manrique, mujer de ternura mágica y de marcado dinamismo, alma al desnudo, sorprende por su tersura poética-musical, don especial que se le entrega al artista antes de ver la luz por vez primera y que, posterior y constantemente, cultiva lo mejor posible para hacer bien sus creaciones poéticas.

El prólogo de “La vida es sueño” lo escribió la insigne escritora y periodista Soledad Durnes Casañal. En él nos refiere: “Este libro tuyo, que encierra pensamientos abiertos y escritos con el corazón, donde expresas alegrías, tristezas, vivencias, deseos, es una redacción variable hecha con mucha motivación y sencillez…”.

El presente poemario consta de 216 poemas monoestróficos, escritos con versos libres. Cada poema está ilustrado con una fotografía, o un dibujo, o una pintura.