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CASA DE GRANADA EN MADRID CÁLIDO HOMENAJE EN MEMORIA de ANTONIO JIMÉNEZ BLANCO

Por la Casa de Granada en Madrid  han pasado granadinos  ilustres en los campos  de las Letras, Pintura, Música, destacados científicos y de la Política. Ha sido tribuna  y refugio  de los que empezaban y proyección y ejemplo de los consagrados en sus oficios. Ha sido y seguirá siendo La Casa de Granada en Madrid.

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            Al celebrar  esta Entidad granadina un merecido homenaje A Don ANTONIO JIMÉNEZ BLANCO en recuerdo  de uno de los hijos de Granada que ha destacado como político destacado, abogado de prestigio, Legislador y sobre todo granadino  muy cercano  a su  pueblo, con el máximo  respeto a todas las ideas y tendencias política y con una proyección nacional marcadamente en beneficio de los españoles, pero para este tipo de crónicas ya están las hemerotecas y un periodismo especializado en destacar todo tipo de cargos, funciones y trayectoria  de estos hombres.

                En esta, SU CASA, recibe en el día de hoy, 27 de noviembre de 2015, el recuerdo permanente de todos los que le conocimos y tratamos y hemos tenido el honor de escucharle  en multitud de ocasiones, en su condición de orador irrepetible y ameno, hablando de una Granada desconocida para el auditorio, salpicada de anécdotas que forman parte de esa historia “granaina” . En diversas ocasiones confesó haber conocido algún –MF- que nunca desveló, pero dejó ver que alguno era  muy significativo en la vida de la Provincia y también de la Ciudad.  Cuando nos hablaba de Sierra Nevada, sentíamos la sensación de saltar de peñasco en peñasco, describiendo hermosas colinas, midiendo barrancos y cuevas descubriendo a cada salto  la belleza de la hierbabuena y la manzanilla silvestre con ese amor  que él albergaba a estas tierras. Sentía orgullo descubriendo el futuro de la Sierra en su imaginación que más tarde se  convirtió en realidad en beneficio de la prosperidad del entorno serrano  y por ello de toda Andalucía. Cuando la nieve cubría valles, montañas, y senderos, Antonio era capaz de describir cada rincón de los que en invierno ocultaba la nieve. ¿Cuánta veces “saltó” el Veleta, el Mulhacén  o el cerro del Caballo, para “meterse” de improviso en la Alpujarra de la que en sus animadas conversaciones hablaba de sus buenas gentes, del rosario de riachuelos que besan sus montes y de caminos repletos de granadas, salpicados flores en primavera  y las costumbres  tal vez  centenarias  sus  pobladores.

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            Era uno de los fundadores de la Asociación Amigos de Granada que frecuentaba en el recordado restaurante de nuestro amigo Víctor Berrio. Era una tribuna de charlas, convivencia y donde el denominador común siempre era Granada.   En esta Asociación, junto a ilustres granadinos y académicos tertulianos, hoy también muchos desaparecidos, hacía semblanzas históricas de la vida del personaje homenajeado que distinguía este grupo de amigos.

            Si en  su referencia  en la conversación se hablaba de la Costa Granadina desglosaba en su ameno parlamento, una trayectoria de personajes ilustres de la zona  como Andrés Segovia, adornando con su verbo la calidad de los frutos tradicionales de la Costa recorriendo playa a playa las tremendas sinuosidades de la carretera que durante muchos años sufrimos los granadinos amantes de nuestra Costa.  En la última entrevista que le realicé, mencionó con satisfacción la  mejoras de estos “caminos” hacia la Costa.

            Asistí a muchas charlas y mítines cuando las elecciones, en el trascurso de un congreso de su partido, me presentó a la Señora Margaret Thatcher. En  algunas ocasiones  interrumpió la charla para anunciar mi  presencia: “bienvenida la Prensa…”  de este humilde periodista.             Antonio, era buen psicólogo y  humano; sabía dar su plato a cada comensal y no molestar al contrario. Tuvo siempre predilección y porque no decirlo, preocupación por esta Casa de Granada en Madrid. A ello le llevaba, el interés de  que fuera una auténtica embajada en Madrid como reflejo de la importante historia de la Ciudad y de la Provincia.

            Antonio, entre otros escritos, nos ha dejado lo podíamos llamar su biografía: “LOS NIÑOS DE LA GUERRA  YA SOMOS VIEJOS” donde expone ampliamente toda una vida política y profesional  con entera libertad y honestidad, con la cual nos da una visión panorámica de los acontecimientos  vividos por él.

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Francisco Almendros Alfambra

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Victor Berrio

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Victor Berrio, Miguel Rios, José Luis Martín y García Montero

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EL ACTO

            El periodista granadino Vicente Aspitarte, fue el encargado de ir presentando a las personas que, con unos breves  parlamentos generalizados recordaron en sus distintas facetas de la fecunda vida de Antonio Jiménez Blanco como, granadino, abogado, periodista, político y sobre todo amigo. Los intervinientes: Francisco Almendros Alfambra, como presidente de la Casa de Granada en Madrid, destacó la figura de este granadino abogado que siguió su trayectoria política. Ofreció la casa a todos haciendo hincapié de que la Entidad es de todos y todos deben colaborar en las actividades y en su promulgación cultural.

             Jerónimo Páez  habló de Antonio  como amigo y colaborador,  matizando su amistad desde niño y con el respeto que su  figura en todas sus actuaciones. Francisco Fernández Fábregas, Diplomático e íntimo amigo de Antonio que mencionó anécdotas  curiosas sobre la postura de Antonio en aquel 23 de febrero cuando unos pocos  tomaron el Congreso y él que se encontraba fuera de Madrid, junto al embajador F. F. Fábregas, al enterarse, manifestó con valentía “Paco, vámonos al Congreso ahora mismo, pase lo que pase”.

            Luis Rosales adornó el  acto con unos poemas; La Casa Encendida y otros de su padre y recordó la amistad con Antonio Jiménez Blanco desde hace muchos años.

            Algunos de los granadinos asistentes al acto mencionaron con crítica dolorosa la ausencia  de la Diputación y del Ayuntamiento granadinos o algún representante, ante el HOMENAJE a  un granadino con mayúscula  que pregonó siempre con orgullo el nombre de Granada en donde quiera que  estuvo

            En esta Cena-Homenaje destacó entre los granadinos, periodistas, músicos, políticos, familiares, Doña Lola, esposa de Antonio con sus hijos y nietos. Jaime Peñafiel, García Montero y Miguel Ríos, departieron con simpatía y recuerdos con los  granadinos que se asociaron al homenaje.

            Cerró el acto  con brillantes, el cantaor y rapsoda “granaino” Curro Albaycín, que sus intervenciones: “Adiós Granada……Gra…, Un guitarrista granaino llega al cielo….y una “media granaina” a la guitarra, que entusiasmaron a un público que junto a DON ANONIO JIMÉZ BLANCO, presente en el corazón de los que le recordamos,  en esta noche brillantemente organizada por la CASA DE GRANADA EN MADRID y por cuyo motivo estuvo presente el equipo de redacción de  GRANADA COSTA con su director don José Segura de Haro y el redactor gráfico Álvaro Segura.

José Luis Martín Correa

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