CARMEN CARRASCO. La sencillez hecha magia

Normalmente siempre echo la vista atrás para traer al presente personajes que me fascinan, maravillan, admiro o simplemente creo que merecen un poquito más de reconocimiento. No es que yo tenga el poder de dárselo, pero como dice el refrán (y yo soy muy refranera) “grano a grano se forma una montaña”.

El caso es que hace unas semanas, me hicieron un regalo que hasta esta semana no he tenido tiempo de leerlo. Y tengo que reconocer que lo siento mucho por la parte que me toca, porque siento una enorme culpabilidad haber dejado algo tan maravilloso en la estantería de mis libros hasta ahora.

Ese libro me lo regaló José Segura, una de las veces que nos reunimos por temas de la edición de mi libro. Se llama: Huella literaria de Carmen Carrasco. En un rápido ojear cuando me lo entregó Pepe, pude ver que Doña Carmen había tenido una gran carrera literaria, no solo por el contenido de este ejemplar sino por todos los premios recibidos a lo largo de su trayectoria como escritora.

            Comencé sin más hace un par de días a leer sus poesías. Pues bien, me ha fascinado tanto que hoy en día en pleno siglo XXI alguien opte por hablar en verso de una manera tan sencilla y amena que no me ha sido nada difícil sacar tiempo para leerlo. (Tengo que reconocer que no me agrada mucho un texto con palabras rimbombantes, tecnicismos o simplemente “palabros” de un alto contenido en sabiduría aprendida, pues siempre he pensado que esa gente escribe con un libro de sinónimos y eligen el más difícil de pronunciar, así porque sí… sin más). El caso es que me fue imposible al comenzar la lectura a no transportarme a “Campos de Castilla” de Antonio Machado cuando leí “El campo se vistió” de Carmen.

Lean esta maravilla:

“…..esperó la llegada del otoño

que, piadoso, su cuerpo reseco aliviaría

con las primeras lluvias al caer.

Y el campo se sintió feliz con sus colores”

O este otro: “Crepuscular”

“Toda yo, a través de los años, me he sentido

azotada por un dios caprichoso

que escribió con renglones torcidos,

en el libro de mi vida, mi destino.”

Precioso ¿Verdad?, no es de extrañar que ganase el primer premio poético 2014 de “Amigos de la poesía”. Es una maravilla de poema.

            Una vez fascinada con los poemas, descubro que sus artículos no lo son menos, y que su labor durante tantos y tantos años en su carrera literaria, no ha sido solo la de poner en las manos del lector la cultura, sino homenajear a escritores de la historia de alguna manera y del mismo modo que ésta, mi humilde persona, intenta siempre que escribe un artículo. Carmen nos ha presentado a poetas olvidados como: Giacomo Leopardi, María Pemán o Paul Verlaine entre decenas de otros.

            Todos sus artículos nos evidencian su nivel de cultura, eso es indiscutible, pero hay más. Es su sencillez, es su humildad y es el cariño con el que elige cada palabra. Porque sí, sus relatos trasmiten un cariño majestuoso. (Siempre he envidiado a las personas que son capaces de hablar con tanta dulzura de los demás sin expresar ni una sola queja).

            No tengo la suerte de conocer a Doña Carmen Carrasco personalmente, pero tengo la impresión de que si algún día coincidimos en algún “rinconcito” de este mundo, sería como encontrarme todo lo que siempre me ha fascinado en los escritores y poetas que admiro en una sola persona. Inteligencia, cultura, sencillez, humildad, vivencias, experiencias, sentimientos, personalidad, ideales, carácter… Porque si, la admiro, aunque no me haya tomado un café con ella. (También estoy locamente enamorada de Oscar Wilde y ya me dirán ustedes que culpa tiene él).  Y es que se puede conocer a una persona entre sus versos y entre sus líneas, en esos artículos de Navidad, de San Valentín, de las cruces de mayo, de Todos los Santos…

            Hay quien dice por ahí, y no estoy nada de acuerdo. Que se puede separar la obra del artista sin ningún problema. Sinceramente no he escuchado mayor “estupidez” (y perdónenme la palabra) en mi vida.

Es imposible escribir con sentimiento y que ese sentimiento no baje por el brazo pasando por el lápiz mientras se plasma en el papel. Y el escritor o artista que lo haga, déjenme decirle que para mí sería una ofensa como lectora y me sentiría estafada emocionalmente. Por suerte aún no me he encontrado a ninguno. Eso sí, en eso no incluyo a los artistas del S. XXI.

            Quizás les sorprenda mi entusiasmo porque muchos de ustedes ya la conocen, pero es que yo: la acabo de descubrir y cuando descubro algo maravilloso, me encanta compartirlo.

            No creo que las cosas ocurran sin ninguna intención, no creo en las casualidades, creo más bien en las “causalidades”. Y creo fielmente que la vida te pone en el lugar adecuado en cada momento. Pues bien, me puso aquí hace unos meses, quizás sin un propósito claro, simplemente el de vivir una experiencia nueva y hacer lo que más me gusta: Escribir. Pero hoy tengo claro que además me ha puesto aquí con otra intención. Con la intención de decir: Yo quiero eso. Porque si, yo quiero una carrera literaria en esta fundación como la de Doña Carmen Carrasco, porque cuando veo a los mejores no los miro con envidia, sino que los escucho y aprendo todo lo bueno que pueden ofrecerme.

Querida Carmen: no se si leerás mi artículo, tampoco sé si te he hecho la justicia que te mereces con él. En cualquier caso, quiero darte las gracias porque seguir tus pasos en esta “familia” es mi propósito a partir de hoy.

Gracias.

Y gracias José Segura por hacerme tan maravilloso regalo.

Si me permitís… continúo con mi lectura.