CARLOS BENÍTEZ VILLODRES, MÁS ALLÁ DE SU MÁLAGA NATAL

En los años 90 y siguientes se produjo un auge cultural significativo en Palma de Mallorca. En todos los centros culturales, continuamente, había exposiciones, presentaciones de libros, reuniones, conferencias, recitales poéticos, etc. Asociaciones como la Agrupación Hispana de Escritores o el Círculo de la Juventud Idente realizaban una intensa actividad literaria, de tipo social, educativo, religioso… durante todo el año.  Fueron muchos años de esplendor  para las artes y la literatura en general y, la poesía en particular.

         En 2005 Pedro Parpal Lladó, patrocinador del certamen Ramón Llull, convocó el IV CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESÍA SOBRE LA PAZ, (RAIMUNDO LULIO).

Participaron poetas de muchos países de Europa, EEUU, México, Brasil, Cuba, y de casi todos los de Sudamérica de habla hispana. Un total de 650 poemas, pues cada año aumentaba considerablemente el número de concursantes.

De entre los 650  presentados, el ganador fue Carlos Benítez, el cual se desplazó a Palma a recoger el galardón, según las bases de Concurso, era obligatorio recogerlo personalmente.

El acto de entrega de los premios tuvo lugar en el salón  noble del Círculo de Bellas Artes de Palma (Casal Balaguer).  Típico palacio mallorquín del siglo XVII.

Aquella tarde-noche tuve el honor de conocer a Carlos y Loli Molina y charlar con ellos después de recoger el premio en un ambiente acogedor y rodeados de amigos. Fue un acto emotivo, solemne, alegre donde la poesía fue la protagonista.

Carlos dijo unas palabras de agradecimiento y leyó el poema premiado en el que pudimos valorar su calidad poética tanto en la forma como en el fondo. En él  expresaba los sentimientos más profundos del alma humana. Resaltaba la solidaridad, empatía, sensibilidad, la Paz y el Amor Universal. En su breve disertación hizo hincapié en el tema de la PAZ,  esa palabra  tan anhelada y tantas veces pronunciada, cuyo deseo era que llegase a las personas y países de todo el mundo.

Desde ese momento ya vislumbré en Carlos una persona sensible, culta, generoso, excelente poeta y un hombre bueno  en el más amplio sentido de la palabra. Pues como hemos podido comprobar en su larga trayectoria de poeta y escritor, el amor, la paz, la religión, la filosofía… han sido una constante en sus obras.

     Fue a partir de entonces cuando surgió una estrecha amistad con Carlos y Loli, la cual se hizo extensiva a la familia Benítez-Molina, especialmente la que me une con su hija  Lolita, magnífica  escritora y excelente amiga por la que siento gran admiración y cariño.

Ésta es una familia de escritores y poetas al completo, Loli Molina, amante de la literatura y de las artes que todos los meses publican sus poemas y sus artículos de opinión en el periódico Granada Costa.

Desde aquí quiero resaltar que conocí Granada  con la lectura del libro de Carlos: “CANTO A GRANADA”, y años más tarde se hizo realidad; coincido con él que es una ciudad encantada y encantadora, que cautiva. Carlos era un enamorado de Granada, siempre decía: “mi Graná”.

Son numerosos los actos, visitas culturales, viajes, tertulias, sobremesas…  compartidas con Carlos y Loli a lo largo de tantos años  en Granada y en su Málaga natal. Magníficos recuerdos que guardaré siempre en mi memoria.

AURORA  FERNÁNDEZ

Merendero

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