BIENVENIDA DE NUEVO, NOTRE DAME

El mundo se detuvo aquel lunes cuando se quemó parte de la catedral de Notre Dame de París. La estructura del monumento se salvó, las principales obras de arte también y la catedral ha sido reconstruida, pero aún persiste el sentimiento de angustia por lo sucedido. Hace 106 años escribieron sobre este monumento con 856 años de historia, que sobrevivió a dos guerras mundiales y a la Revolución Francesa. Las imágenes apocalípticas de la famosa catedral en llamas todavía hoy están muy frescas. Al igual que el derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, ya están marcadas en la memoria colectiva. ¿Es posible una catástrofe que pueda perjudicar más a los fieles, a los amantes de la cultura y a los turistas? La Catedral de Notre-Dame es el significado de la arquitectura gótica, el monumento más visitado de Europa, una obra que ocupó un lugar en el corazón de París durante casi 900 años y tiene un valor incomparable tanto para los cristianos como para los interesados en el arte y la cultura. ¡Y una vez más, París! Después de los terribles ataques terroristas a las oficinas de la revista Charlie Hebdo y al club Bataclan, esta lamentable noticia impactó profundamente y muestra lo frágil que es la civilización. ¿Cuántas heridas podrá soportar todavía esta magnífica ciudad? Los líderes políticos de todo el mundo dirigieron inmediatamente palabras de consternación y condolencia a Francia. El presidente francés, Emmanuel Macron, llamó a Notre-Dame “el epicentro de nuestra vida” y expresó el dolor colectivo de todos los franceses. Muchas personas comentaron la posibilidad de haber extinguido el fuego con el agua derramada por aviones, pero pensar esto es un error debido a que las toneladas de masas de agua habrían destruido por completo la estructura dañada del tejado y el interior de la catedral.

            El rey Luis XIV consideró anacrónica la decoración del espacio interior y lo hizo remodelar por completo. Durante la Revolución Francesa, en la iglesia se quitaron las figuras de piedra y el edificio sirvió como bodega. También resistió dos guerras mundiales. La impresión es que la catedral no debería permanecer en pie por toda la eternidad. Lo cierto es que la estructura necesitaba una limpieza urgente, pues había gárgolas dañadas, arcos volantes ennegrecidos por la contaminación, el agua había penetrado por las grietas de la estructura de madera de la aguja.

            La causa del incendio estuvo mucho tiempo sin ser clara, pues los investigadores suponían que no fue un acto intencionado, ni siquiera un ataque, sino más bien un accidente relacionado con obras de saneamiento. Esto sería paradójicamente grave, puesto que fue un intento por salvar la estructura de la catedral lo que hizo que ésta se destruyese. El encuentro entre materiales antiguos y nuevas tecnologías tuvo consecuencias devastadoras. Por el momento, lo que prevalece es la perplejidad. Pero: ¿París sin Notre-Dame? ¡Inconcebible! Menos de 24 horas después de que estallaran las llamas, los gobiernos polaco y alemán prometieron ayuda para la reconstrucción. Dos familias multimillonarias francesas anunciaron su intención de poner a disposición un total de 300 millones de euros para la restauración. París prometió 50 millones de euros y una conferencia para coordinar las donaciones internacionales. La fundación de la Iglesia de Nuestra Señora (Frauenkirche) en Dresde, que fue reconstruida gracias a una campaña de donaciones internacionales similar, hasta ahora sin precedentes, animó a los parisinos a tomar coraje. Al día siguiente del incendio destructivo, los muros exteriores y las torres seguían en pie, se pudieron salvar algunos tesoros artísticos y el órgano histórico de los años 1730. Sin embargo, una cosa es segura, aunque el camino ha sido largo, ¡Notre Dame va a resucitar! Macron buscó recursos para reconstruir la catedral tras el incendio y los magnates anunciaron donaciones millonarias. Unos 400 bomberos lucharon para salvar los campanarios principales, las reliquias religiosas y las obras de arte de la iglesia.

            El fuego se extendió rápidamente al tejado de la catedral. Se cree que las vigas de madera del siglo XII contribuyeron a la propagación del fuego. Notre-Dame es considerada un ícono del arte gótico, su construcción se inició en el siglo XII y duró casi 200 años y pocas horas de fuego fueron suficientes para devastar siglos de historia y arte, algo que dos guerras mundiales no pudieron hacer.

            La catedral de Notre-Dame de París, que sufrió un devastador incendio ya hace cinco años, restaurará su famosa aguja este año, pero probablemente no podrá reabrir a tiempo para los Juegos Olímpicos de julio de 2024. La fecha elegida fue el 8 de diciembre de 2024, día de la Inmaculada Concepción, de acuerdo con los deseos de las autoridades eclesiásticas. Notre-Dame era una de las principales atracciones turísticas de París antes del incendio, con alrededor de 12 millones de visitantes al año. La torre, de 96 metros de altura, fue diseñada en el siglo XIX por el arquitecto Viollet-Le-Duc y se derrumbó durante el incendio del 15 de abril de 2019, que hundió todo el techo de plomo del templo. Esta parte se está reconstruyendo de forma idéntica y con los materiales originales: madera de roble para la estructura (500 toneladas) y plomo para el techo y decoraciones (250 toneladas). Por motivos de salud, el uso de plomo fue un problema durante las obras de reconstrucción de la catedral. La Comisión Europea planea prohibir su uso. Francia está en negociaciones con las autoridades europeas para conservar este material. “Las obras respetan la normativa francesa, una de las más exigentes a nivel europeo”, garantizó el gabinete del ministro. Una vez que los cuatro arcos de piedra del crucero estén listos, se iniciará la reconstrucción de los cimientos de la torre. Hasta el momento se han colocado los andamios de madera, en forma de semiarcos y apoyados en las columnas. Las piedras que forman los arcos ya han sido talladas y se encuentran en su lugar. Ahora falta el andamio exterior que culminará a 100 metros de altura en la fase final.

            Ya ha finalizado la limpieza y restauración de 42.000 metros cuadrados de muros, así como las decoraciones (pinturas murales, cristalería, esculturas…) que se salvaron del incendio, en la parte sur de la nave principal. Los escultores, a su vez, trabajan en una gran carpa temporal frente a la fachada de la catedral. La diócesis aún trabaja en la elección de nuevo mobiliario para el templo, que será renovado aprovechando las obras. Ya se han seleccionado cinco profesionales y el ganador se anunciará este verano. En la publicación oficial, el arzobispo de París, Laurent Ulrich, explica que el objetivo es que Notre-Dame represente “un camino educativo y espiritual”, sin ser el equivalente a un museo. Los expertos en patrimonio aprobaron un eje central más austero y la presencia del arte contemporáneo. Se descartó la idea de bancos con algún tipo de luz, y en su lugar se utilizarán sillas. Se simplificarán los accesos a la iglesia, situada en el corazón de París, y se ampliarán las zonas verdes.

Francelina Robin

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